Caso Madeleine McCann

Christian Brueckner pudo violar a una niña de 10 años un mes antes de la desaparición de Madeleine

El fiscal alemán que lleva el caso está convencido de su implicación en varios casos de abusos sexuales en 2007

Madeleine McCann y el sospechoso de su desaparición, Christian Brueckner
Madeleine McCann y el sospechoso de su desaparición, Christian BruecknerBildLa Razón/Diario Bild

Hans Christian Wolters, el fiscal alemán que investiga el caso de Madeleine continúa estrechando el cerco contra el pedófilo Chistian Brueckner. En la actualidad, trabaja mano a mano con las autoridades portuguesas en varios casos de violación de menores durante los meses previos a la desaparición de Maddie. En concreto, se han centrado en la posible implicación de Brueckner en el abuso sexual de una niña alemana de 10 años en una playa del Algarve, que se produjo en abril de 2007, apenas un mes antes de la desaparición de la pequeña británica de 3 años.

Así lo ha confirmado la cadena portuguesa RTP en una entrevista celebrada esta mañana, en la que también indicó que está en estrecha colaboración con las autoridades portuguesas y que habrá otros delitos, otros abusos sexuales contra niños que también habrán ocurrido en el Algarve al mismo tiempo y que están bajo la mirada de las autoridades.

Las autoridades alemanas están convencidas de que el caso de Madeleine McCann está resuelto al 90 por ciento. Después de que la fiscalía hiciera público el nombre del sospechoso el pasado mes de junio, explicaron que están convencidos de que Brueckner, encarcelado en Kiel (Alemania) por traficar con drogas, es el responsable del secuestro de Madeleine McCann y su posterior asesinato.

La menor británica desapareció entre las 21:00 y las 22:00 horas de un apartamento de Praia da Luz el 3 de mayo de 2007 mientras sus padres cenaban con unos amigos en el restaurante Oceans club, ubicado en el complejo turístico.

Los investigadores han logrado averiguar que Brueckner se encontraba cerca de los apartamentos aquélla noche y que recibió una llamada de 30 minutos, que terminó pocos minutos después de las 20:00 horas. Es decir, entre una y dos horas antes de la desaparición de Maddie.

Esa llamada permitió geolocalizar al Brueckner esa tarde-noche muy cerca de los apartamentos y la compañía telefónica les aclaró que la conversación ta tuvo con una persona con un dispositivo local y que su titular era portugués. El problema es que su nombre es tan común que es difícil de localizar, siempre y cuando sea un nombre verdadero y no una identidad falsa.

El teléfono de Brueckner fue “pinchado” por una torre de telefonía en Praia da Luz, cerca de donde Madeleine pasaba unos días de descanso con su familia. La misteriosa llamada, que se realizó justo antes de que desapareciera la niña británica, se recibió en un teléfono móvil que pertenecía al sospechoso a las 19:32 y finalizó a las 20:02.

Madeleine fue vista por última vez a las 21:05, momento en el que su padre Gerry McCann visitó el apartamento y comprobó que todo estaba bien. A pesar de los enfrentamientos entre las policías alemana, británica y portuguesa, están trabajando juntas para tratar de rastrear a la persona a la que llamó Brueckner.

Según explica Hans Christian Wolters, fiscal de Braunschweig, en el documental de ITV “Madeleine McCann: The Hunt for the Prime Suspect (Madeleine McCann: la caza del principal sospechoso)”, que se emite esta noche en el canal británico de pago. “Ahora estamos buscando a la otra persona que estaba en la llamada. Queremos saber de qué hablaron. Pero también queremos que la otra persona nos diga con quién estaban hablando”, explica en el documental el fiscal germano.

“Los datos muestran que el teléfono estaba allí, no quién lo usó. Es por eso que la otra persona en la llamada sería tan importante para nosotros. Podría decirnos con quién habló, posiblemente nuestro sospechoso. En ese sentido, podría suponer una condena”.

Pero los investigadores van a tener que emplearse a fondo porque va a ser complicado localizar a alguien que reconozca los hechos y se incrimine. De hecho, de ser así, podría ser condenado a 10 años de prisión, por lo que será complicado que alguien reconozca que habló con el sospechoso.

La que sí ha confesado que habló con Brueckner fue su ex novia, que recordó que la noche anterior a la desaparición de la niña Brueckner le dijo durante la cena “Tengo un trabajo que hacer en Praia da Luz mañana. Es un trabajo horrible, pero es algo que tengo que hacer y cambiará mi vida. No me verás por un tiempo”.