Premio Nobel de la Paz

“Con hambre no hay paz”

Nils Grede, director del Programa Mundial de Alimentos en Turquía, reconoce que “la inseguridad alimentaria y la pobreza no pueden convivir en el largo plazo con la paz”

Andre Mislene, de 15 meses, es medida en una de las escalas del PMA en Haití
Andre Mislene, de 15 meses, es medida en una de las escalas del PMA en HaitíAriana CubillosAP

A Nils Grede, director del Programa Mundial de Alimentos en Turquía, el Premio Nobel de la Paz le sorprendió en la oficina de Correos, en su descanso para comer. “Alguien me comentó ayer que cabía la posibilidad de que fuéramos galardonados, pero después busqué en Google y todos los candidatos que se mencionaban eran otras agencias y otras personas -que también lo merecían- y me dije: ''No va a suceder". Aun así, como era justo la hora, me conecté. La persona que me atendía en Correos no apreció mucho que yo estuviera al mismo tiempo conectado a Youtube, y ahí, salió el premio. Fue una sorpresa, por que en verdad me conectaba para alegrarme por otra agencia...", cuenta un par de horas después de conocerse la decisión del Comité.

“No pensaba que fuera a suceder”, confiesa Grede por teléfono a LA RAZÓN.

“Obviamente, recibir este reconocimiento es una gran alegría para todo el personal (más de 15.000 personas) que está trabajando día a día, muchas veces en contextos muy difíciles. Pero obviamente, el trabajo que estamos haciendo es gracias a que tenemos socios muy comprometidos y muy capaces: gobiernos, ONGs y donantes... Y es que a principio de año no tenemos ni un dólar en nuestras cuentas, todo el trabajo que estamos haciendo es por las donaciones que recibimos para los diferentes programas que tenemos. Así que este premio es para un grupo mucho mayor que sólo el PMA”.

De hecho, Grede que es alemán y antes de ser nombrado director en Turquía lo fue en El Salvador, recuerda las palabras del Comité de los Nobel: “El PMA desempeña un papel clave en la cooperación multilateral para hacer de la seguridad alimentaria un instrumento de paz y ha contribuido en gran medida a movilizar a los Estados miembros de la ONU para combatir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto. La organización contribuye diariamente a promover la fraternidad de naciones a que se refiere el testamento de Alfred Nobel”. En opinión de Grede, con estas palabras el Comité de Oslo concedió el premio “al multilateralismo, un deseo de apoyar y de recordar al mundo que no podemos invertir la tendencia negativa, en la cual llevamos desde hace varios años, si no se da más peso al multilateralismo”.

Al comentarle a Grede, que además, debido a la pandemia de coranavirus nos estamos aislando aún más, el director del PMA Turquía, explica que “estábamos aislándonos ya en nuestras cabezas, en muchos países y contextos, y ahora también el coronavirus nos puso la distancia física, países cerraron fronteras... Obviamente los motivos se entienden, pero si alguien hubiera entrado en coma en diciembre de 2019 y se hubiera despertado ahora, hubiera pensado que está en otro planeta y que han pasado 10 o 15 años, pero no, tan sólo unos meses y es el mismo mundo. Por lo que espero que este premio, que es muy simbólico, suponga una inversión de tendencia, para de aquí en adelante minimicemos la cantidad de gente que está padeciendo hambre, menos conflicto y más iniciativas de paz”.

Y es que para Grede, el Comité ha querido resaltar es que “el hambre es el resultado del conflicto muchas veces, como vivimos aquí en Turquía, con 4 millones de refugiados que están en una situación difícil por la guerra de la que tuvieron que huir, pero también muchas veces es el hambre el origen del conflicto y de la migración. De los trece contextos del mundo donde la inseguridad alimentaria es más alta, y se padece más hambre, diez de los trece -dicen nuestras estadísticas- el conflicto es el origen del hambre”. Incluso Grede recuerda que respecto al conflicto en Siria, muchos investigadores explican que se inició “después de varios años de malas cosechas, una tendencia de migración a las ciudades, que no pudieron soportar esa nueva población, y ahí nació, poco a poco, el conflicto que nueve años después, seguimos sufriendo”.

¿En qué se relaciona el hambre con la paz?

“Con hambre no hay paz”, sostiene el director del PMA para Turquía.

“La inseguridad alimentaria y la pobreza no pueden convivir en el largo plazo con la paz. A fin de cuentas, cuando la gente tiene hambre y no es temporal, sino una tendencia (ya sea por el cambio climático o por una guerra), empieza a migrar. También hemos comprobado cuántas situaciones difíciles crea la migración en el mundo. Hoy tenemos más refugiados y migrantes en el mundo que en cualquier año anterior. Creo que si la gente está en seguridad alimentaria y no vive en la pobreza, tendríamos muchos menos conflictos en el mundo. Esto no había sido reconocido hasta hace poco, cuando en Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad reconoció por primera vez que había un vínculo muy directo entre la inseguridad alimentaria, el hambre y los conflictos o la paz”.

En tiempos de covid-19, Grede destaca que ahora es más importante invertir en seguridad alimentaria que nunca. El director del PMA en Turquía asevera que de 2005 a 2015 bajaba el número de personas malnutridas, sin embargo, “desde 2015 hasta ahora, esta tendencia se invirtió, y cada año vemos más. Creo que con el coronavirus, veremos un incremento significativo en los próximos años de gente que necesita asistencia”.

Grede también reconoce que la mayoría de los estados donantes, viven también una crisis interna y sus economías están afectadas. “Nuestra esperanza es que los países desarrollados, ricos, a pesar de sus propios problemas, se den cuenta de que seguir este apoyo es crucial, porque sino, al final la pobreza se convierte en migración y un problema que se podía resolver en el país de origen, se mueve a los países ricos. Esperamos que no sólo sigan apoyando, sino que incrementen su ayuda”.