Pandemia

El primer ministro sueco entona el mea culpa por la gestión del virus: “No vimos la ola delante”

Su tasa de mortalidad es cinco veces superior a la de Dinamarca y diez a la de Noruega y Finlandia

El primer ministro sueco Stefan Lofven
El primer ministro sueco Stefan LofvenPOOLREUTERS

Las autoridades sanitarias de Suecia, que optaron por no imponer un confinamiento nacional en la primera ola de la pandemia, minusvaloraron el peligro de propagación del coronavirus. Así de categórico se mostró hoy el primer ministro del país. “Creo que la mayoría de la gente no vio la ola frente a ellos”, señaló el jefe de Gobierno Stefan Lofven al periódico Aftenposten. Su posición marca un cambio de rumbo respecto a su análisis de la pandemia en julio, cuando pese a los 5.000 muertos registrados por la covid-19, el primer ministro defendían aún que la “estrategia es la correcta, estoy completamente convencido de eso”.

Lofven, que encabeza una coalición socialdemócrata con el Partido Verde, ha hablado unas horas antes de que una comisión que ha investigado la gestión de la pandemia publicara sus conclusiones preliminares y cuando el país sube el número de contagios. Hace tan solo cinco días, Karin Tegmark Wisell, jefa de departamento de la Agencia de Salud Pública (FHM), resaltó que aunque la subida de infecciones se ha ralentizado, “la situación es muy grave, hay muchos casos en todo el país”.

La estrategia gubernamental de apelar a la responsabilidad individual ha fracasado, según señalan muchos expertos. Por ejemplo, la activista Kelly Bjorklund y el científico sueco Andrew Ewing publicaron el mes pasado un artículo en Times en el que afirman que la estrategia sueca ha sido un “desastre” pues el país es el único no fue capaz de reducir la tasa de mortalidad por coronavirus a medida que la pandemia iba evolucionando. Hasta el punto de que el primer ministro tuvo que hacer un llamamiento nacional para que los suecos sigan las nuevas restricciones e impedir así que los hospitales queden desbordados.

La agencia de estadística de Suecia afirmó el lunes que había registrado un total de 8.088 muertes por diferentes causas en noviembre, lo que supone la mortalidad más alta jamás registrada en el país escandinavo desde el primer año de la gripe española en 1918, cuando murieron 16.600 personas murieron en el país escandinavo, dijo Tomas Johansson de Statistics Sweden.

Este año, Suecia ha tenido 320.098 infecciones por coronavirus. Su promedio de contagios de los últimos siete días y muertes per cápita supera actualmente al Reino Unido, Francia y España,y no está muy lejos de las cifras de Estados Unidos. Si bien las muertes totales de Suecia (7.514) son más bajas que esos países, su tasa de mortalidad de 71,65 por 100.000 habitantes es cinco veces superior a la de Dinamarca y diez a la de Noruega y Finlandia.

En el otoño, el país experimentó un rápido aumento de nuevos casos de coronavirus que tensaron su sistema de atención médica. Las infecciones se han extendido rápidamente entre el personal médico nacional, lo que ha obligado al gobierno a respaldar más restricciones, incluida una prohibición nacional de la venta de alcohol después de las 10 de la noche en bares y restaurantes. Suecia también ha impuesto sus restricciones más estrictas hasta la fecha al prohibir las reuniones públicas de más de ocho personas.

En el citado artículo del Times, los autores aseguran que “los países que cerraron pronto y testaron y rastrearon de forma masiva, como Dinamarca, Finlandia, Noruega, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Vietnam y Nueva Zelanda, salvaron vidas y limitaron el daño a sus economías”. En cambio, añade, “los países que confinaron tarde, que levantaron las restricciones demasiado pronto, que no testaron, ni realizaron cuarentenas de manera efectiva, o que solo usaron un bloqueo parcial, como Brasil, México, Países Bajos, Perú, España, Suecia, EE UU y Reino Unido, ha registrado peores tasas de infección y muerte”.