Ruptura caótica
Detrás de la mascarilla se intuye el gesto de disgusto de Liz Martin. Esta británica afincada en España desde hace 16 años augura un futuro negro a partir de enero para los compatriotas que, como ella, quieran instalar su residencia en el paraíso dorado una vez se haya hecho realidad el Brexit. Nos cruzamos con esta mujer de 69 años a la salida de un establecimiento de San Fulgencio, el pueblo español con mayor concentración de británicos. Según el censo, más del 40% de los residentes son «British», una cifra que aumenta si hablamos de extranjeros sin encasillarlos por nacionalidad: 5.000 de los casi 9.000 habitantes han nacido fuera de España. Por las calles de la urbanización La Marina, el idioma que se escucha en cada esquina es el inglés y los carteles de los bares, las tiendas y los restaurantes también dan buena cuenta de que allí se estilan más las pintas y el té de las cinco que una caña con pincho de tortilla como acompañamiento.
«Todo va a cambiar mucho, estoy muy preocupada. Tengo familia que vive en Reino Unido y una vez que se haga efectiva la salida de la Unión Europea no van a poder venir a visitarme con la misma facilidad que lo hacían hasta ahora. Todo serán problemas, como los 80 euros de visado que tendrán que pagar por viaje, sin contar el tiempo extra que habrá que dedicar a estos papeleos. Es algo ridículo, espero que los políticos puedan arreglarlo, yo quiero seguir viendo a mi familia», comenta Liz en la Consum Square del «little England» de la península Ibérica.
En España, según el INE, residen 249.015 británicos, la mayoría mayores de 45 años. De hecho, es el país de Europa con el mayor número de jubilados británicos (70.000) y donde Reino Unido envía cada año 245 millones de euros para compensar la asistencia médica de sus compatriotas.
Samantha Hull, se mudó a San Fulgencio hace 18 años: «Mis padres tenían una casa aquí y siempre me gustó la zona. Tengo dos niños y quería una vida mejor para ellos», relata. Ahora le preocupa que las personas que no tengan residencia y que no hayan conseguido realizar los trámites a tiempo «pierdan el derecho a utilizar los servicios sociales de los que hasta ahora gozaban por ser miembros de la UE.La gente sin residencia no tendrá acceso a la Sanidad. Solo podrá recibir asistencia médica privada». A Samantha, que ahora es también concejala en el Ayuntamiento, le inquieta el futuro de su pueblo: «Si la gente que tiene una casa aquí y en el pasado pensaba en mudarse por su jubilación, tendrá que cambiar sus planes. Quizá incluso barajen vender su propiedad porque no les compense mudarse aquí».
Más burocracia, menos visitas
Como consecuencia, la hostelería y los negocios que están dirigidos a toda la población británica del municipio se verán muy afectados. «No creo que puedan sobrevivir si el número de residentes ingleses baja», sentencia Hull. Esta teoría la confirma Tim Metcalf, originario de Kingston Upon Hull, en el condado de Yorkshire, Inglaterra, que regenta el bar Cafeina’s: «El impacto del Brexit va a ser muy grande para los hosteleros. Ten en cuenta que aquí viene mucha gente para estar más de 90 días, y a partir de tiempo, en teorías, les exigirán pagar un visado, por lo que a muchos no les compensará y eso lo notaremos en nuestros ingresos». A Chris Yates, hostelero de 63 años al frente del exitoso J’s Restaurant, otro de los aspectos que le tiene en alerta es el aumento de los precios de las importaciones: «Nosotros compramos muchos productos de Reino Unido y se encarecerán a partir de enero. Si encima vienen menos veraneantes británicos... será difícil. Aun así quiero ser positivo y pensar que seguiremos recibiendo turistas británicos».
Y no es una cuestión baladí la de los visitantes británicos ya que en el año pasado, España recibió a más de 18 millones de turistas procedentes de Reino Unido, que por tercer año consecutivo es el mercado emisor más importante de nuestro país. Por eso, el eurodiputado socialista Ignacio Sánchez Amor hace hincapié en que nuestra economía es la que está más expuesta al Brexit: «Tenemos una característica diferencial que son los residentes y turistas británicas. Las exportaciones de España a Reino Unido suponen alrededor 10% del total, lo que implica un 3,4% del PIB. Además, el 20% de los turistas que recibimos suponen el 20%. Nuestra mayor exposición recae en el sector del turismo, la automoción y el agroalimentario donde destacan bienes como el tabaco, el vino, el aceite, las frutas y las hortalizas», apunta para después subrayar que la Comunidad Valenciana, Murcia, Galicia y Aragón serán las regiones que resultarán más afectadas. «Todo esto sin olvidar que en cuestión de vivienda, el 2% de las compraventas en España son de británicos. Veremos si las condiciones futuras llevan a una contracción de ese mercado o no», avisa. Por su parte, el parlamentario europeo del Partido Popular Antonio López-Istúriz afirma que «los ciudadanos británicos residentes fuera de Reino Unido han sido completamente abandonados por su Gobierno. No han sido arropados por quienes debían protegerles». Un comportamiento que contrasta, según el popular, con el equipo negociador europeo «que siempre puso a los ciudadanos comunitarios en primer lugar». «La mayoría de los británicos en España estaban en contra del Brexit porque sabían las bondades de poder moverse libremente por esta Unión Europea de la que disfrutaban. Son conscientes del problema que se les viene encima ahora si Boris Johnson no firma un buen acuerdo», recalca.
Darren Parmenter, de 59 años, es de esos británicos a los que mejor no nombrar a su «premier». Él se instaló en San Fulgencio hace 31 años. Nació en Forest Gate, Londres, cuando sus padres se jubilaron optaron por mudarse con la familia a la costa levantina. «El tema de la jubilación supone una gran preocupación en la comunidad porque la mayoría de las personas que viven aquí son jubilados. De hecho, confiesa que ya hay varios británicos que se han visto obligados a aplazar los trámites para retirarse en España. «Sus intenciones se han visto frustradas porque a la incertidumbre y poca claridad ante la falta de un acuerdo se suman los impedimentos que ha traído la pandemia para poder recopilar toda la documentación para formalizar los trámites», añade.
Pese a la confusión, quiere dejar claro a sus ciudadanos «que todavía pueden venir a vivir a España y solicitar la residencia después del 1 de enero de 2021. Eso sí, habrá dos clases de ciudadanos de Reino Unido viviendo en España después del Brexit». «Los británicos han sido una parte importante de la población de San Fulgencio durante décadas. Algunos de los que se jubilaron aquí en los ochenta ya han fallecido, pero hasta ahora habían sido reemplazados por personas recién jubiladas que aprovechan la libre circulación dentro de la UE y los beneficios que ésta conlleva. Me temo que no será así en el futuro y, por lo tanto, la población británica residente disminuirá lentamente en los próximos diez o veinte años», sentencia con gran pesar.