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Nuevo Gobierno en Italia

Berlusconi da su bendición a Draghi

«Italia se merece un gobierno con los mejores» dice Tajani, enviado de Berlusconi

Antonio Tajani en rueda de prensa anunciando el apoyo al nuevo Ejecutivo Riccardo AntimianiAP

Finalmente, el apoyo llegó por persona interpuesta. Silvio Berlusconi había anunciado su presencia en Roma, tras meses apartado por motivos de salud, pero su precaria condición le impidió acudir al encuentro con Mario Draghi. Conversó por teléfono con el encargado de formar Gobierno en Italia y le transmitió que contara con él, como ya había anticipado.

El responsable de acudir a la cita fue el vicepresidente y portavoz de Forza Italia, Antonio Tajani, quien refrendó la posición adoptada por el líder. «Italia se merece un Gobierno con los mejores», pronunció el ex presidente del Parlamento Europeo. Con esta decisión, la coalición de derechas, que hasta ahora se había mostrado compacta, se divide. Poco antes había pasado por el despacho de Draghi la ultraconservadora Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, que fue la primera en desmarcarse de forma clara y oficial. «Italia no es una democracia de ‘serie b’. Estamos yendo hacia la misma mayoría que nos ha llevado al desastre y Hermanos de Italia no irá nunca al Gobierno con el Partido Democrático, el Movimiento 5 Estrellas y Renzi», argumentó. Meloni, la aliada de Vox en Italia, volvió a presumir de coherencia. Dejó la puerta abierta a colaborar, incluso con la abstención, pero el «no» a formar parte del Gobierno fue rotundo. Tratará de capitalizar la oposición.

La otra pata de la alianza es la Liga de Matteo Salvini, al que hoy le toca el turno de acudir al encuentro de Draghi. Las posiciones en el partido están divididas entre sus dos almas: los barones del norte, que quieren un Gobierno presidido por un economista, como todo el sector empresarial; y el sector populista, comandado por Salvini, cuya naturaleza le empujaría a rechazar la oferta. Sin embargo, las bravatas de Salvini ya no son las de antes. Italia y su partido han olido un cambio de tendencia global hacia el centro, procedente desde EE UU, por lo que el representante de la extrema derecha podría sumarse a una especie de Ejecutivo de concentración. «No estoy por las medias medidas, si estás dentro, colabora. Gobiernos técnicos como el de Monti ya los hemos probado. Me gustaría que esta vez estuvieran todos», anticipó.

Si el M 5E, a los que también les toca hoy el turno, confirma su apoyo, Draghi contará con una mayoría suficiente. El fundador del movimiento y alma máter del partido, Beppe Grillo, se ha desplazado a Roma para la ocasión. La incógnita está ahora en conocer si el Ejecutivo estará ocupado por tecnócratas sin filiación política o entran en él los partidos. Para los socios de la anterior coalición, sería la forma de mantenerse en el poder; mientras que la derecha podría así participar en la gestión de los fondos de recuperación europeos y en la elección el próximo año del futuro presidente de la República, una cuestión para la que parecían descartados. Mientras, quien quede en la oposición intentará sacar partido de su rechazo a un Gobierno impuesto. El riesgo, sin embargo, es que Draghi goza de un enorme prestigio, por lo que ir a la contra puede ser un alma de doble filo.

Las posturas aún están muy difusas, el futuro político ahora mismo es indescifrable. Lo que está claro es que el tablero se ha dado la vuelta y todas las fichas están por el suelo. Quienes más sufren el temblor son el M5E y el bloque de derechas, que han quedado desorientados. En el PD ayer mostraron su apoyo sin fisuras al Gobierno que nazca, mientras Renzi sonreía. «Draghi es un seguro para nuestros hijos y nietos», dijo el causante de la crisis. Su obra se había completado.

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