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Maduro: «¿Será que el bobolongo Guaidó quiere ser candidato de Vargas?»

El chavista insulta al presidente interino pero no actúa contra él por el blindaje que le ha brindado el reconocimiento de la administración Biden

Juan Guaidó en una reunión con diputados este miércoles
Juan Guaidó en una reunión con diputados este miércolesCENTRO DE COMUNICACIÓN NACIONAL DE VENEZUELACENTRO DE COMUNICACIÓN NACIONAL

“Si lo veo, yo misma le pongo las esposas y lo entrego a las autoridades”, dijo la primera vicepresidenta del parlamento de Maduro en Venezuela, Iris Varela. Se refería a Juan Guaidó y lo hacía al reclamar que no entendía por qué el líder opositor aún no ha sido encarcelado. La exministra de prisiones hacía reflotar así un reclamo de las bases más radicales del chavismo, pero cuyas exigencias caen en saco roto desde 2019, pues el régimen no actúa directamente contra Guaidó, sobre quien además pesan cuatro causas penales iniciadas por la Fiscalía contolada por el Ejecutivo.

En cambio, Nicolás Maduro lo convoca a medirse en elecciones regionales, que aspire a la gobernación del estado donde nació. “¿Será que el bobolongo Guaidó quiere ser candidato de Vargas? Dale Guaidó, déjate de orgullo, no seas tan estúpido y lánzate (…) Tú eres tremendo líder, el pueblo te necesita (…) Lánzate a gobernador y después a candidato presidencial en 2024”, sostuvo el mandatario en transmisión televisada la noche del jueves.

Agredir a Guaidó aún tiene costos. Si bien su popularidad ha mermado, alianzas se han quebrado y algunos gobieros ya no son enfáticos en reconocerlo como presidente interino del país, aún cuenta con validación internacional: todo el Grupo de Lima lo considera el legítimo gobernante de Venezuela, así como Canadá, Colombia, Reino Unido, Marruecos y otras tantas naciones, incluyendo a Estados Unidos.

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha ratificado esta semana que la administración de Joe Biden mantendrá su respaldo a Guaidó y a la Asamblea Nacional electa en 2015 como última representación legítima de la nación petrolera, y ha descartado intención alguna de mantener reuniones con Maduro.

De hecho, el embajador nombrado para Venezuela por Donald Trump, James Story, fue ratificado por el Senado para continuar con sus labores; y el enviado especial Elliot Abrams se mantiene como tal. Desde allí, le ha enviado mensajes a la Unión Europea.

“El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, negoció con el régimen venezolano durante meses, tratando de obtener términos mínimamente aceptables para las elecciones. Fracasó porque el régimen no se movió ni un centímetro. Entonces, ¿cuál es el punto de convocar nuevas negociaciones y nuevas elecciones a menos que haya nuevos ingredientes que puedan traer éxito la segunda vez?”, escribe Abrams en un artículo publicado en Foreign Policy este viernes.

Sus señalamientos son amplios y crudos. “Partes de Europa, especialmente España, siguen siendo refugios seguros para los peces gordos del régimen de Maduro (...) ¿a qué está esperando la UE antes de imponer sanciones más amplias para presionar al régimen para que inicie negociaciones serias?”.

Dentro de Venezuela hay coincidencia en que sin alineación de esfuerzos internacionales, lograr una salida democrática es cuesta arriba. Juan Guaidó ha llamado a reconstruir la unidad interna para poder presionar por condiciones que permitan acuerdo que abran paso a unas elecciones presidenciales reales.

Otros actores, como Henrique Capriles o Timoteo Zambrano -que son muy escuchados por las autoridades españolas- apuntan a las próximas elecciones regionales como ineludibles, en las que hay que participar mientras unas presidenciales pueden esperar.

Estudios de opinión, como de la encuestadora More Consulting, revelan que la mitad de los opositores quiere votar y la otra reniega de las condiciones electorales que brinda la dictadura. Y sin unidad, los candidatos que lo intenten lucen condenados a perder.