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¿Quién es Samia Suluhu Hassan, la primera presidenta de Tanzania?

Samia Suluhu Hassan jura su cargo y asegura que no hay que mirar al pasado

La nueva presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, toma juramento de su cargo
La nueva presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, toma juramento de su cargoSTRINGER

Samia Suluhu Hassan ya es presidenta de Tanzania. Sustituye, tal y como lo prevé la Constitución, al presidente fallecido John Magufuli hasta el final del mandato de cinco años que comenzó en octubre. Al menos esa es la intención. La vicepresidenta desde 2015 se convierte así en la primera mujer en ocupar el cargo y en la única jefa de estado actual en África (la presidencia de Etiopía tiene un papel ceremonial) y se une a la muy breve lista de mujeres del continente que han llegado al poder.

“Prometo honrar y ser fiel a la República Unida de Tanzania. Protegeré y defenderé la Constitución”. Esas han sido sus primeras palabras al prestar juramento en una ceremonia en la State House, la residencia presidencial en Dar Es Salam, capital económica del país. “No debemos mirar al pasado, sino unirnos para construir una próspera Tanzania”, señaló la mandataria, ataviada con un vestido negro y un hiyab (velo musulmán) rojo.

No lo tiene fácil. El país sufre la deriva autoritaria de su predecesor y las consecuencias de un negacionismo del covid que ha espantado a los inversores. Pero además de la situación de Tanzania, tiene otro obstáculo: su propio partido, Chama Cha Mapinduzi. Esta mujer de 61 años fue una elección sorpresa en 2015, superando a otros políticos más prominentes del partido que ha estado en el poder de una forma u otra desde la independencia en 1961. De hecho, el propio Magulufi reconoció después que su apuesta había sido el exministro de Defensa Hussein Mwinyi y que fue su partido quien le exhortó a designar a una mujer.

Ahora es ella la que tiene que elegir un segundo y necesitará la aprobación de un partido que estaba manejado por una persona muy diferente a ella. Frente a la impulsividad de su predecesor, Suluhu Hassan es más moderada y reflexiva. Frente al catolicismo de Magufuli, ella es musulmana. Y nacida en el archipiélago de Zanzíbar. Hasta ahora, pese a ser una política con experiencia y tener una amplia formación en Economía, su papel ha sido menor, a la sombra de un hombre que estaba presente en todos los ámbitos. Pero eso no le ha impedido demostrar que tiene sus propias ideas sin dejar de ser leal al presidente. Ahora entre sus primeras decisiones tendrá que ver si sigue con la política que ignora la pandemia o si empieza a tomar medidas en el país.

Lo que sí parece es que no tendrá la misma actitud ante la oposición, acallada por su predecesor. En 2017 no dudó en visitar al líder de la oposición Tundu Lissu en un hospital en la capital de Kenia, Nairobi, después de que sobreviviera a un intento de asesinato. Y eso en un momento en que los rumores apuntaban a una participación de funcionarios estatales en el ataque.

Ella ha sido, además, la cara visible del país fuera de África, asumiendo los viajes internacionales (el presidente no salió de África en su mandato).

Nació en enero de 1960 en Zanzíbar, la isla semiautónoma frente a la costa de la parte continental de Tanzania. Estudió Administración pública, primero en Tanzania y luego en la Universidad de Manchester.
En 1978, se casó con Hafidh Ameir, un experto agrícola. Tiene cuatro hijos.
Ha estado en política desde 2000, primero en diferentes puestos en Zanzíbar. Se incorporó a la Asamblea Nacional en 2010 y fue ministra durante la presidencia de Jakaya Kikwete.