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Alemania impone un encierro estricto en Semana Santa por el repunte de contagios

Tras una reunión de emergencia durante la madrugada, la canciller advierte de que que la situación es “muy grave” y obliga al comercio minorista a echar la persiana

Alemania extenderá hasta el próximo 18 de abril las actuales restricciones para contener el coronavirus. Una decisión que sumirá al país en su sexto mes de confinamiento y que da al traste con las aspiraciones de muchos alemanes de poder celebrar y viajar durante las vacaciones de Semana Santa.

El Gobierno anunció un cierre general para Semana Santa y obligó al comercio minorista de la mitad del país a bajar de nuevo la persiana. La canciller alemana, Angela Merkel, y los jefes de gobierno de los 16 estados federados acordaron en una tensa reunión de más de 11 horas este paso, ante el ímpetu que ha tomado la tercera ola -con la variante británica ya como mayoritaria- cuando aún no se había aplacado completamente la segunda.

La medida llega tan solo dos semanas después de que la canciller aceptara ligeras reaperturas de algunos comercios minoristas, pese a la circulación en el país de las variantes más contagiosas del virus. Pero el recrudecimiento de la situación hizo revertir la situación y regresar al lado más duro de las restricciones, en medio de un aumento de contagios que amenaza con colapsar los hospitales germanos.

De hecho, el ejecutivo alemán aplicó el llamado «freno de emergencia», aprobado en la última reunión, para aquellas regiones donde las cifras de contagios se disparen y si la incidencia acumulada sobrepasa durante más de tres días seguidos los 100 casos. En ese caso, se debía dar un paso atrás en la vuelta a la normalidad.

Este indicador llegó el domingo a 107,3 –según informó el organismo de control de enfermedades de Alemania, el Instituto Robert Koch (RKI)–, cuando 100 es la cifra máxima de incidencia del coronavirus que puede soportar el sistema de salud alemán. Si la situación ya es crítica, poco antes de la reunión, médicos de unidades de cuidados intensivos alemanes alertaron sobre la situación de saturación, con más de 3.000 pacientes con covid-19 tratados actualmente en todo el país.

Ahora la decisión es firme. Las reuniones volverán a limitarse a una persona además de los convivientes y el comercio minorista, los museos y los centros deportivos tendrán que volver a cerrar sus puertas apenas 14 días después de que se permitieran ligeras reaperturas. No obstante, y a pesar de la delicada situación, muchos alemanes mostraron su decepción por la repercusión que estas medidas supondrán en sus vacaciones de Semana Santa.

Aunque al cierre de esta edición todavía no se hicieron públicos los resultados del encuentro, algunos medios apuntaron que aún no se había alcanzado un acuerdo sobre los próximos feriados y la posibilidad de hacer o no una excepción en esos días a las restricciones a los encuentros familiares como se hizo en Navidad.

Otro asunto que se puso sobre la mesa fue el turismo interno e internacional ante las inminentes vacaciones de Semana Santa, en especial después de que las autoridades alemanas sacasen de la lista de zonas de riesgo a las Baleares, el primer destino internacional de los alemanes. Como consecuencia, la demanda de vuelos a las islas Baleares se disparó y las principales empresas turísticas y aerolíneas comenzaron a ampliar su oferta de viajes. Esto obligó a su vez al Gobierno alemán a reiterar que «la ausencia de una alerta de viaje no es una invitación a viajar» y a llamar a la población a prescindir de desplazamientos innecesarios.

Al respecto, la tercera portavoz del Gobierno alemán, Martina Fietz, avanzó ayer que Berlín estudia ligar la posibilidad de los viajes turísticos no solamente a la incidencia de la pandemia en los países de destino sino también a la evolución de esta variable en su propio territorio. Desde el domingo cientos de turistas alemanes aterrizaron en Mallorca en medio de las dudas sobre el cierre de fronteras en su país y con la postura de algunas autoridades alemanas contrarias a viajar y solicitando la revocación de la autorización.

La Comisión pide coherencia

La Comisión Europea pidió ayer «coherencia» en las restricciones de viaje que se aplican con respecto a los desplazamientos desde y hacia otros países de la Unión Europea, al tiempo que ha apuntado que los riesgos vinculados al coronavirus son similares ya sean los viajes interiores o transfronterizos. «La recomendación –propuesta por la Comisión y adoptada por los Veintisiete– dice claramente que dado que la transmisión y riesgo es similar para los viajes domésticos y los transfronterizos, los Estados miembro deberían asegurar coherencia entre las medidas aplicadas a los dos tipos de viaje”, ha expresado el portavoz de Justicia del Ejecutivo comunitario, Christophe Wigand.

En una rueda de prensa en Bruselas, Wigand ha dicho en respuesta a una pregunta sobre la situación en España que no deseaba hacer comentarios «específicos» sobre este caso, pero ha añadido la explicación de la posición de la Comisión con respecto a los desplazamientos dentro de los Estados miembro y entre ellos.

En nuestro país, de cara a las vacaciones de Semana Santa, el Gobierno ha pactado el cierre perimetral de las comunidades para limitar al máximo los desplazamientos y tratar de contener así el virus. Sin embargo, estas restricciones no se aplican a la frontera que España tiene con el resto de la UE ya que sí se permiten viajes no esenciales con origen o destino a otros países de la UE. La libertad de circulación dentro del espacio sin fronteras Schengen es un derecho fundamental de los europeos.