Maduro tratará de ser protagonista en la Cumbre Iberoamericana para volver a la escena internacional

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, pretende ser el gran protagonista de la XXVII Cumbre Iberoamericana, la cual iba a ser celebrada el año pasado en Andorra pero debido a la pandemia por la Covid-19 fue pospuesta para este año y ha arrancado la tarde de este martes.

El tema central de la cumbre es el coronavirus y sus devastadores efectos en Latinoamérica, que con un 9% de la población mundial tiene el 30% de los muertos por covid. Sin embargo, lo más sorprendente de esta edición de la cumbre es sin duda la presencia del mandatario del país caribeño, quien ha decidido esta vez estar presente para reivindicar su legitimidad como presidente de Venezuela (y que varios países rechazan) y volver a la escena internacional.

Y es que Maduro es repudiado por buena parte de las naciones latinoamericanas. La invitación del dictador chavista ya es en sí polémica porque algunos países creen que debería haberse convocado en su lugar a Juan Guaidó, el dirigente al que Europa y Estados Unidos avalaron como presidente interino del país, aunque desde las elecciones venezolanas del pasado diciembre, la UE le ha retirado este reconocimiento.

Lo cierto es que Guaidó ha ido perdiendo protagonismo en los últimos meses y Andorra -el país organizador- ha decidido aplicar el criterio de la ONU, que reconoce a Maduro como presidente, e invitarlo. El líder venezolano será el último que hable este miércoles, pero no cabe duda de que tratará de ser el protagonista porque muchos otros protestarán por su presencia y él se defenderá. El dictador buscará dejar una huella, por pequeña o simbólica que sea, en la comunidad internacional.

A pesar de esta polémica que rodea a la XXVII Cumbre Iberoamericana, la organización tratará de llevar la cumbre por otros derroteros, especialmente económicos, debido a que en Latinoamérica la crisis de la covid ha provocado una caída del PIB del 8%, una bajada de las exportaciones del 13%, la muerte de 2,7 millones de pequeñas empresas y la creación de 78 millones de pobres nuevos.

Es por ello que la cumbre de este año se centrará en establecer sistemas de colaboración internacional para que la vacuna llegue a todos los países, especialmente a los más pobres. Las diferencias en la región son enormes; mientras Chile está a unas 10 semanas de vacunar a toda su población, en Venezuela al ritmo actual tardarían varios años. Por eso, esta edición pretende promover el mecanismo Covax, impulsado por la ONU para garantizar un reparto equitativo de las vacunas, y otras soluciones para que lleguen a los países más pobres.