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Cumbre de Oporto

La UE exige a Biden una respuesta clara sobre las patentes de las vacunas

Sánchez urge a la tramitación del certificado de vacunación europeo para impulsar el turismo este verano

El primer ministro portugués, Antonio Costa, (i); la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en una imagen de archivo Lavandeira jrEFE

Cuando este pasado miércoles el presidente de EE UU, Joe Biden, anunció estar a favor de la liberación de las patentes de las vacunas contra el coronavirus, a los líderes europeos se les quedó cara de póker. Tras digerir la noticia bomba, el malestar con Washington es cada vez más evidente y los mensajes han subido de tono.

No gustan ni las formas -los socios europeos no fueron consultados sobre esta iniciativa y se enteraron poco antes del anuncio- ni el contenido. De hecho, los líderes europeos no saben qué propone exactamente EE UU y ven en esta iniciativa más oportunismo político que interés genuino para ayudar a los países pobres en el acceso a los antídotos. Los Veintisiete intentan modular el mensaje ante el temor a quedar como los villanos del orden internacional, pero el desconcierto y las buenas palabras ha dado paso al enfado.

“Sobre la propiedad intelectual de las vacunas, no creemos que pueda ser una solución mágica a corto plazo, pero también pensamos que tenemos que estar preparados para un debate sobre este tema, con propuestas concretas sobre la mesa”, aseguró el presidente del Consejo, Charles Michel, en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que tuvo lugar este sábado en la ciudad portuguesa de Oporto.

Los Veintisiete reclaman a Washington que ofrezca una iniciativa clara ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y no se escude en anuncios efectistas que llegan justo cuando el 50% de la población estadounidense ha sido vacunada.

Según mantienen los líderes europeos, el problema del acceso a los sueros está originado por la lentitud en el ritmo producción y aquí las patentes tan solo suponen un obstáculo secundario. Según la analogía utilizada por fuentes diplomáticas, levantar los derechos de propiedad intelectual no resuelve prácticamente nada porque una cosa es tener la receta de un plato y otra disponer de la materia prima, los instrumentos y la facultad de ejecución.

En el caso de los complejos antídotos de ARN mensajero, como los de Pfizer y Moderna, estaríamos hablando de más de 200 ingredientes y de 80 y 90 patentes. Un plato de alta cocina que no puede preparar cualquier chef. Por eso, los Veintisiete creen que hay que abordar otros asuntos como la transferencia de tecnología para los países en vías de desarrollo y el veto a las exportaciones tanto de sueros como de ingredientes impuesto por, entre otros países , los EE UU de Biden.

“Primero, se trata de abrir. Nosotros, de lo que hemos producido, hemos dejado exportar el 50%. En Estados Unidos y Reino Unido, el 100% de lo que se ha producido se ha consumido en su mercado nacional. Es necesario en primer lugar que los anglosajones pongan fin a las prohibiciones de exportación”, exigió hoy el presidente francés, Emmanuel Macron.

El inquilino del Eliseo también recordó que el laboratorio Curecav se está quejando de que puede tener problemas para producir su suero (todavía no ha recibido el aval de las autoridades sanitarias europeas) porque EE UU está vetando la exportación de ingredientes clave.

La canciller alemana, Angela Merkel, que no acudió a la cumbre presencial en Oporto debido a las restricciones del coronavirus, ya expuso el pasado jueves su oposición a la propuesta de Biden y recordó la necesidad de remunerar de manera apropiada a los laboratorios que deben seguir investigando para dar soluciones antes las nuevas cepas.

A pesar de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, fue uno de los líderes más entusiastas con la propuesta de Biden de liberalizar las patentes, la frialdad del resto parece que ha acabado contagiándole. El líder español abandonó este sábado Oporto sin dar una sola rueda de prensa, pero mediante un comunicado subrayó que el acceso universal a las vacunas debe ser “una prioridad insoslayable” y animó “al resto de líderes a redoblar los esfuerzos para acelerar la producción y la distribución de vacunas a escala global”. En este comunicado final tras la cumbre de dos días no se menciona en ningún momento la liberación de los derechos de propiedad intelectual.

Sánchez aprovechó su visita a la ciudad portuguesa para mantener un encuentro bilateral con el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli. Esta entrevista fue aprovechada por el presidente del Gobierno para pedir a la Eurocámara una rápida tramitación del certificado de vacunación europeo para impulsar la temporada turística.

El Parlamento Europeo quiere que este documento sirva para impulsar la libre circulación, mientras que las cancillerías europeas pretenden que cada país pueda seguir decidiendo qué restricciones imponer a los ya inmunizados. Un choque institucional que puede retrasar la puesta en marcha de esta propuesta.

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