Ratko Mladic

La Haya ratifica la cadena perpetua contra el ‘carnicero de los Balcanes’

Mladic, de 78 años, fue condenado en 2017 por genocidio y crímenes contra la Humanidad, entre otras razones por la matanza de 8.000 musulmanes en Srebrenica

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Ratko Mladic, de 78 años, apodado como el “carnicero de los Balcanes” por la matanza perpetrada en Srebrenica en 1995 pasará el resto de sus días en prisión. La justicia internacional ha confirmado la sentencia del año 2017 -que el ex general serbio-bosnio había recurrido- y que le hace responsable directo del genocidio contra 8.000 hombres y adolescentes bosnios de religión musulmana en la citada ciudad.

Ya no cabe ningún tipo de apelación. Con este veredicto concluye la batalla judicial contra los responsables de la mayor atrocidad cometida en suelo europeo desde la II Guerra Mundial. Radovan Karadzic, ideólogo de la masacre y jefe político de Mladic cumple también pena de prisión hasta el final de sus días en una cárcel británica. La tercera parte del triángulo, el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, murió en su celda por un ataque cardíaco en 2016 sin que hubiera concluido el juicio.

Este mes de julio se cumplen 26 años de la tragedia que la comunidad internacional fue incapaz de evitar. Aunque los cascos azules holandeses eran los encargados de proteger a la población civil, se vieron desbordados por la entrada de las tropas de Mladic en la ciudad. Después de separar a los hombres de las mujeres, los niños y los ancianos, se produjo el genocidio.

En este fallo, emitido por un organismo de justicia sucesor del antiguo Tribunal Penal Internacional para la Antiguo Yugoslavia, se rechaza el argumento de que el antiguo general no conocía los planes de limpieza étnica de sus subordinados. La sentencia desmonta las tesis de sus abogados y le hace culpable directo del genocidio ya que él y sólo él controlaba las tropas y las unidades de Policía durante esta matanza. El tribunal tan sólo ha rechazado que Mladic fuera también el autor del genocidio en otras aldeas bosnias. Un nuevo cargo que el fiscal general, Sege Brammertz quería incluir. Además, este fallo también declara culpable a Mladic del asedio a la ciudad de Sarajevo entre 1992 y 1996 y de haber utilizado a las fuerzas de Naciones Unidas como rehenes y escudos humanos, con el objetivo de frenar los bombardeos de la OTAN contra objetivos militares serbio bosnios.

El cerco de Sarajevo se prolongó durante 43 meses, el mayor récord conocido en las guerras modernas, y las tropas del ex general acabaron con la vida de 4.000 personas. Los cargos contra Mladic confirmados hoy incluyen genocidio, persecución, exterminio, asesinato, deportación y otros crímenes contra la humanidad así como terror, ataques perpetrados contra civiles y violación de las leyes de guerra.

A pesar de que para la justicia internacional el condenado es un criminal de guerra, merecedor de cadena perpetua, para muchos serbios que viven en Bosnia sigue siendo un héroe. Aunque el propósito de este fallo consiste en reparar a las víctimas de la barbarie, es difícil saber si se conseguirán restañar las heridas.

“Mladic debería ser condenado por todos los funcionarios de la antiguo República de Yugoslavia y todo el mundo. Su nombre debería pasar a la lista de las figuras más depravadas y bárbaras de la historia. Esta no es una sentencia en contra de los serbios, a los que Mladic y sus seguidores han manipulado durante décadas. La culpa de Mladic es exclusivamente suya”, declaró Brammertz tras conocerse el veredicto.

A pesar de las restricciones impuestas por el coronavirus, familiares de le las víctimas decidieron desplazarse a La Haya. “Es un día histórico, no solamente para nosotras, las madres, también para el conjunto de los Balcanes, Europa y el mundo”, declaró a la agencia AFP, Munira Subasic, presidenta de una de las asociaciones de “madres de Srebrenica”.

Tras estar 16 años en fuga y captura, Mladic es ya un anciano con problemas de salud, en prisión desde al año 2011. A pesar de que la justicia ha cumplido su parte, las víctimas lamentan que todavía no haya pedido perdón. Ayer el viejo general escuchó el veredicto con desagrado, sin ningún gesto de contrición.