Corea del Norte

Kim Jong-un viaja con su propio inodoro personal

El líder norcoreano se desplaza con sanitario propio para evitar que sus excreciones caigan en manos indeseadas

El líder norcoreano Kim Jong-un ha sido visto recientemente notablemente más delgado
El líder norcoreano Kim Jong-un ha sido visto recientemente notablemente más delgadoDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Cientos de miles de norcoreanos crecen con la certeza de que su amado líder, Kim Jong-un, tiene poderes mágicos que hacen que nunca tenga que ir al baño. Un don biológico que, por cierto, se dice que también ostentaba su difunto padre, Kim Jong-il.

No obstante, el gran reto internacional tanto para espías como analistas que estudian a Corea del Norte, es evaluar con precisión la salud tantas veces cuestionada de Kim Jong Un, el dictador de 37 años del hermético Estado.

En su última aparición, Kim compareció en la televisión estatal tras una larga ausencia y se le vio notablemente más delgado. Esto desató un frenesí de especulaciones entre los observadores de Corea del Norte. Si el líder del país enfermara, podría desencadenar una lucha de poder por el control de un vasto arsenal de armas nucleares y químicas.

El líder supremo de Corea del Norte tiene sus propias costumbres, por decirlo amablemente. Por eso no es sorprendente el hecho de que nunca utilice los baños públicos, sino que viaje con sanitarios personales para evitar así que sus preciadas excreciones corporales caigan en las manos equivocadas.

Aunque cualquiera que haya hecho un viaje por carretera puede entender el atractivo de evitar por completo los baños públicos, se dice que el trono móvil de Kim también tiene un propósito de seguridad nacional. No es que los baños públicos le produzcan ansiedad: todo forma parte de un método meticuloso para proteger sus heces.

El dictador norcoreano no se fía de ningún otro inodoro, y se dice que viaja con varios retretes, incluidos los incorporados a un Mercedes blindado y a vehículos especiales diseñados para viajar por terrenos montañosos o por la nieve, mientras que muchos de sus ciudadanos carecen de las comodidades básicas en casa.

Cualquiera que sea sorprendido usando uno de sus baños personales –que son administrados por sus guardaespaldas– podría ser fuertemente castigado o ser condenado a muerte, incluso si se tratara de un confidente de alto rango.

Lee Yun-keol, que trabajó en el Mando de la Guardia de Corea del Norte antes de desertar al Sur en 2005 donde dirige un grupo de expertos (el Centro de Servicios de Información Estratégica de Corea del Norte), declaró al diario Washington Post que «las excreciones del líder contienen información sobre su estado de salud, por lo que no pueden ser abandonadas».

Occidente se enteró por primera vez del orinal en 2015, cuando se filtraron noticias de desertores y de fuentes internas de Corea del Norte, en una publicación de Seúl llamada Daily NK.

La salud del líder se controla con mucha precisión. La orina y la materia fecal de Kim se examinan periódicamente para comprobar si hay enfermedades y otros indicadores de salud, según el Daily.

Kim sucedió a su padre Kim Jong Il como líder en 2011 y es conocido por su afición al alcohol y los cigarrillos. La familia Kim también tiene un historial de diabetes y enfermedades del corazón y los gobiernos extranjeros han buscado durante mucho tiempo cualquier pista sobre su salud.

Aunque la preocupación por la seguridad de Kim en relación con el uso del baño puede parecer un tanto extraña al principio, en realidad tiene un fundamento histórico.

En 2016, los periódicos rusos hicieron una extraña revelación sobre Stalin. Según esos informes, la policía secreta de Stalin aseguraba los excrementos de otros líderes mundiales y los estudiaba en un laboratorio secreto para averiguar detalles.

Un antiguo agente soviético informó de que los espías de Stalin recogían los excrementos de Mao Zedong en retretes especiales que instalaban. El estiércol de Mao se recogió en secreto y se estudió durante 10 días; al parecer, los resultados del estudio hicieron que Stalin se negara a firmar un acuerdo con él.