Crisis institucional

Polonia, multada por la justicia europea con un millón de euros al día por vulnerar la independencia judicial

El Tribunal de Justicia de la UE pide a Varsovia suspender la actividad de la sala disciplinaria del Tribunal Supremo por posibles “perjuicios irreparables”

El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki
El primer ministro polaco Mateusz MorawieckiSTEPHANIE LECOCQEFE

La guerra entre Varsovia y las instituciones comunitarias se recrudece. El Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) condenó este miércoles a Polonia a una multa récord de un millón de euros diarios hasta que el país no desmantele la sala disciplinaria del Tribunal Supremo, un organismo que según Bruselas socava la independencia de los jueces del país.

En caso de que Polonia se declare en rebeldía y no quiera pagar esta multa, el Ejecutivo comunitario ya ha anunciado que descontará esta cantidad de los fondos europeos que recibe el país. No existe escapatoria.

El pasado 14 de julio, el alto tribunal europeo dictaminó mediante medidas cautelares paralizar el funcionamiento de este tribunal. Aunque en un primer momento, Polonia dio a entender al Ejecutivo comunitario que iba a obedecer lo dictado por la corte europea, en el mes de septiembre la Comisión Europea concluyó que Polonia no estaba cumpliendo lo prometido y es cuando pidió al tribunal con sede en Luxemburgo la imposición de una multa diaria.

“El cumplimiento de las medidas cautelares ordenadas el 14 de julio de 2021 es necesario para evitar un daño grave e irreparable al ordenamiento jurídico de la Unión Europea y a los valores en los que se basa esa Unión, en particular el Estado de Derecho”, según reza el comunicado difundido hoy por el alto tribunal europeo.

Según el análisis de Bruselas, el régimen de los jueces polacos y esta cámara disciplinaria que toma las decisiones cercena la libertad de los magistrados ya que permiten dictar investigaciones disciplinarias y sanciones en función de sus sentencias  y de las cuestiones prejudiciales planteadas ante el Tribunal de Justicia de la UE. Además, esta cámara esta compuesta únicamente por magistrados seleccionados por el Consejo Nacional, nombrado por el Parlamento polaco lo que redunda en la intromisión del poder legislativo en el judicial.

La respuesta del país ha sido fulminante. El viceministro de Justicia, Sebastian Kaleta asegura que el alto tribunal europeo se está extralimitando en sus funciones. “El TJUE desprecia e ignora por completo a la Constitución polaca y las sentencias del Tribunal Constitucional. Actúa fuera de sus competencias y abusa de las sanciones económicas y otras medidas provisionales”, criticó hoy Kaleta a través de las redes sociales. “Esta es la siguiente fase de una  operación para impedir la soberanía de Polonia, de sus propio sistema de Estado, es una usurpación y un chantaje”, añadió.

La guerra entre Polonia y Bruselas ha vivido en las últimas semanas nuevas batallas. A principio de mes, el Tribunal Constitucional de país puso en duda la preeminencia del derecho comunitario sobre el nacional lo que constituye uno de los principios nucleares de la pertenencia al club comunitario. Lejos de rebajar la tensión, el pasado martes en un discurso ante el hemiciclo europeo de Estrasburgo (Francia), el primer ministro Mateusz Morawiecki, acusó a Bruselas de estar utilizando el “chantaje” económico y de querer convertir Polonia en una “provincia” de la UE.

La Eurocámara y algunos países como Holanda han presionado en las últimas semanas a la Comisión Europea para que active el mecanismo  que supedita la llegada de los fondos europeo al cumplimiento del Estado de Derecho. La legalidad de este instrumento ha sido recurrida ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo y, aunque desde el punto de vista formal, nada impide que la Comisión comience a actuar, ésta ha decidido esperar hasta que se conozca este fallo, en línea con las tesis defendidas por países como Alemania y España. Una vez activado el mecanismo, serán necesarios de cinco a ocho meses para que se pueda proceder a la congelación de las remesas europeas y será necesaria una mayoría cualificada de países que refrenden este veredicto.

De momento, Bruselas se ha limitado a congelar la aprobación de las partidas provenientes del fondo de reconstrucción europeo para hacer frente a los estragos del coronavirus del que a Polonia le corresponden 36.000 millones de euros, pero existe más margen de actuación ya que en los próximos años Varsovia recibirá más de 200.000 millones de euros provenientes de las arcas comunitarias.

Aunque la decisión del Ejecutivo comunitario de posponer la activación de este nuevo mecanismo en pos de dar una última oportunidad al diálogo parecía haber calmado las aguas, Morawiecki acusó este lunes a los líderes comunitarios de negociar “con una pistola en la cabeza” desde las páginas del rotativo británico Financial Times e incluso llegó a hablar de que podía desatarse una “tercera guerra mundial”.

Unas palabras sorprendentes ya que durante la cumbre de este pasado jueves y viernes en la capital comunitaria el equipo del presidente del Consejo, Charles Michel, intentó en todo momento que la discusión a puerta cerrada se realizara de manera sosegada, algo que acabó consiguiendo. La máxima era no acorralar a Polonia y no dar un espectáculo similar al de la última cumbre de junio, cuando la mayoría de las capitales pusieron contra las cuerdas al mandatario húngaro Viktor Orban, por una ley considerada homófoba por las instituciones europeas.