El entramado de drones con los que Marruecos blinda su territorio y ataca a sus enemigos

Drones de ataque, de vigilancia, de destrucción de naves similares y hasta “suicidas”. Marruecos está articulando, dentro de su entramado de defensa-ataque, un sofisticado sistema con la ayuda inestimable de Israel, convertido en su gran aliado, aunque también compra ingenios de este tipo a otros países, como Turquía y Estados Unidos.

Jerusalén ha anunciado, incluso, la instalación de fábricas de armamento en territorio magrebí, en las que no se puede descartar que se incluyan las de mantenimiento y perfeccionamiento de los drones. Se habla de la instalación de una base conjunta en Drius, cerca de Melilla...y así un largo etcétera.

Lo cierto, es que los drones se han convertido en un arma esencial del Ejército marroquí para cubrir los distintos frentes estratégicos en los que se desarrolla su aparato defensivo y de vigilancia de fronteras, con especial atención a los flujos de inmigración y el narcotráfico.

El primero, por ser un conflicto bélico en marcha, es el del Sáhara Occidental y la guerra que, desde hace más de un año, declaró a Rabat el Frente Polisario, con el apoyo militar y logístico de Argelia. Se trata de una “guerra” singular, en la que los saharauis emplean, sobre todo, lanzacohetes y misiles mientras que Marruecos defiende sus posiciones con la utilización de drones, tanto desde el punto de vista de la vigilancia como de ataque.

Además del turco Bayraktar TB2, los marroquíes utilizan el de fabricación hebrea Hermes 450, que, en su dotación de ataque, va equipado con dos misiles Hellfire, en sus distintas modalidades, carga hueca, fragmentación...

Ideal para misiones militares de larga duración

Se trata de un avión no tripulado diseñado para misiones militares de larga duración. Tiene una autonomía de vuelo de 20 horas. Con 6,1 metros de largo, pesa 450 kilogramos y puede acomodar una carga útil de 150 kilos. Un motor Wankelle da una velocidad máxima de 176 km/h y un “techo” de 5.500 metros.

Sus efectos son demoledores y bien lo sabe el Frente Polisario que perdió al jefe de su gendarmería en un ataque con uno de estos ingenios. La vigilancia del muro de contención es constante y la neutralización de vehículos sospechosos, inmediata.

La excelente colaboración que mantienen Marruecos e Israel ha propiciado también la adquisición, a la empresa Skylock Systems, subsidiaria del grupo Avnon, el Skylock Dome, que detecta, verifica y neutraliza drones no autorizados. Rabat ha comprado, de momento, cinco unidades, que “se enmarca en el desarrollo de capacidades de las FAR con el objetivo de proteger las instalaciones críticas y sensibles del Reino, tanto civiles como militares”, según informó el foro Far-Maroc.

El sistema Skylock Dome se mostró por primera vez en febrero de 2021 en la Conferencia y Exhibición de Defensa Internacional (IDEX), la feria comercial más grande en seguridad pública y armamento en Oriente Medio que se lleva a cabo cada dos años en Abu Dhabi. Un total de 27 países, incluidos Marruecos, Emiratos Árabes Unidos y varios países del este de Asia, han comprado estas armas. Según sus diseñadores, constituye un sistema de protección modular, ágil y eficiente contra las incursiones ilegales de drones, ofreciendo soluciones completas para aeropuertos, infraestructuras críticas, bases militares y grandes eventos nacionales.

Asimismo, Marruecos ha iniciado, en colaboración con Israel, el desarrollo de un programa de “drones suicidas”. Se trata de “dispositivos relativamente sencillos de construir y con consecuencias devastadoras”. No se dan más detalles sobre sus características y su precio.

Conflicto con Argelia

Todo este entramado, hay que enmarcarlo también en el conflicto que Argelia mantiene con Rabat, con la ruptura unilateral de relaciones diplomáticas. Recientemente, algunos medios se hacían eco de las supuestas declaraciones de un jefe militar argelino que recomendaba iniciar cuanto antes la guerra contra sus vecinos, consciente del rearme que ha emprendido, con la ya comentada colaboración incondicional de Israel a la que hay que añadir la de Estados Unidos.

Sáhara y Argelia, al que no se debe añadir, insisten fuentes militares magrebíes y españolas, a nuestro país por el asunto de Ceuta y Melilla y los islotes. Es cierto que, antes de que se cerraran las fronteras por la pandemia, Rabat ha desarrollado un estudiado plan de marroquinización de las Ciudades Autónomas por un sistema tan sencillo como la adquisición de inmuebles, implantación de negocios, utilización del sistema sanitario española para que los niños nazcan en territorio nacional, abandono de menores para que sean atendidos en centros asistenciales de ambas plazas, etcétera. Entre los planes para el despliegue de los drones, se incluye la vigilancia de las citadas fronteras pero, se insiste desde Rabat, es para cortar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Desde la invasión ceutí de mayo, la colaboración para frenar a los inmigrantes ilegales es absoluta y el rey Mohamed VI dictó una instrucción para repatriar a los menas que habían entrado en las avalanchas de entonces, que no ha sido utilizada por España. En cualquier caso, está absolutamente descartado la utilización de los drones con fines agresivos.

Marruecos es consciente de su importante posición geoestratégica, tanto desde el área mediterránea como atlántica. Al menos hasta el momento, parece saber mover sus piezas en este difícil tablero de ajedrez. La semana que viene comienzan las gestiones para la incorporación de un nuevo reemplazo de jóvenes que realizarán el servicio militar obligatorio. Nuestro vecino del sur prefiere estar preparado y no tener que hacer las cosas a prisas, cuando surja, si es que surgen, los problemas. O cuando, si así lo estima, tomar la iniciativa.