Antisemitismo

El ataque a la sinagoga de Texas “une” a los yihadistas y a los de extrema derecha

El pistolero era un militante de Al Qaeda, según se deduce de lo publicado en la revista “Lobos de Manhattan”

Policía de Dallas, en Texas, Estados Unidos 15/01/2022
Policía de Dallas, en Texas, Estados Unidos 15/01/2022AVI ADELMAN / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTOAVI ADELMAN / ZUMA PRESS / CONTA

El atacante de la sinagoga de Texas era un miembro de Al Qaeda, según se deduce de lo publicado en la revista de la banda, “Lobos de Manhattan”, que se mueve en el entorno de la banda yihadista. Por otra parte, el atentado ha tenido la “virtud” de unir a los yihadistas con los extremistas de derecha norteamericanos en sus objetivos antisemitas.

Un equipo del FBI abatió a Malik Faisal Akram, de 44 años, originario de Blackburn, en Lancashire, Inglaterra, el sábado por la noche al final de una toma de rehenes, que resultaron ilesos, de más de 10 horas de duración. Akram llegó a los Estados Unidos a través del Aeropuerto Internacional JFK en Nueva York hace dos semanas y adquirió un arma de fuego. Las autoridades están investigando cómo viajó a Texas, donde pasó tres noches en el refugio para personas sin hogar, informa HSTODAY.

El Jaysh Al-Malahim Al-Electroni, que apoya a Al-Qaeda y publica la revista “Lobos de Manhattan”, que alienta la actividad yihadista en solitario y en células, publicó un artículo en inglés y árabe en el que llama a Akram “Malik al-Britani” y dice que estaba intentando “la venganza de la hermana” al referirse a una militante de la banda, condenada en Estados Unidos y cuya liberación exigía.

El grupo elogió a Akram por ingresar al “Templo de los Descendientes de Monos y Cerdos” y detener a cuatro judíos mientras “pidió a los cristianos que liberaran a la hermana Afia Al-Siddiqui, que Dios la libere”.

“Y con esto, los logros del hermano Malik en esta operación son muchos, el más hermoso de los cuales es el terror que Malik [que sembró] en los corazones de los enemigos de Dios”, continuó el comunicado. Destaca que el ataque tuvo “muchos efectos” que incluyen captar titulares mundiales “para que los enemigos de Dios puedan entender que esta hermana paquistaní Aafia cuenta con el apoyo del hermano Malik Al-Britani... y muchos de los otros grandes”; y provocó la reacción del primer ministro israelí Naftali Bennett, quien habló con el rabino Cytron-Walker y el gobernador de Texas, Greg Abbott, después del incidente.

El último número de “Lobos de Manhattan” recordaba el 20 aniversario de los atentados del 11 de septiembre y animaba a atacantes solitarios o en pareja a intentar emular la operación cuidadosamente planificada durante años por al-Qaeda, argumentando que la táctica de utilizar aviones como armas es “una puerta abierta incluso para los lobos solitarios”.

Jaysh Al-Malahim Al-Electroni insistió en que “quizás un simple grupo formado por dos o más” sería “capaz de humillar a los infieles con una operación similar” a los secuestros del 11 de septiembre.

El grupo publicó una edición de la revista en abril ofreciendo una recompensa de 60.000 dólares en Bitcoin a cualquier atacante en Occidente que matara a un oficial de policía judío, cristiano o ateo, y abogó por aprovechar las protestas para realizar ataques a vehículos o provocar el caos. Días después de que se publicara el artículo, Jamel Gorchene apuñaló fatalmente a una agente del departamento de policía en Rambouillet, Francia; aunque los investigadores no dijeron si había una conexión con la oferta de recompensa, sí notaron que Gorchene era un consumidor de propaganda terrorista en línea.

Los extremistas norteamericanos también reaccionaron al ataque en línea, con un cartel en el foro neonazi Stormfront que decía que estaban “aliviados de que no fuera uno de los nuestros quien hizo esto, ya que sólo hace que el enemigo sea exponencialmente más poderoso”. Un usuario le contestó que pronto ocurrirá. Otro calificó el ataque como una “bandera falsa para que los judíos puedan lograr que se aprueben seis millones de leyes contra el odio”. Otro, afirmó que “los ataques a los lugares de culto no son tan efectivos como podrían ser los ataques a los museos, monumentos y memoriales del ‘holocausto’” porque “el mensaje sería mucho más claro”.