Análisis
¿Se encamina el mundo hacia el final de la pandemia tras Ómicron?
Las tasas de mortalidad disminuyeron en todo el planeta, por lo que la enfermedad ya no se considera una razón para imponer confinamientos o cerrar fronteras
El final de 2021 y el comienzo de 2022 podrían ser un momento decisivo en la historia de la pandemia de la covid-19. Aunque el número de nuevos contagiados se haya disparado recientemente en muchos países (en España se registraron más de 3,2 millones de casos en los últimos 30 días, o el 58% de la cantidad infectada desde marzo de 2020 hasta el 17 de diciembre de 2021), las tasas de mortalidad disminuyeron en todas partes, por lo que la enfermedad ya no se considera una razón para imponer confinamientos a nivel nacional o cerrar fronteras. A día de hoy, con la rápida disminución de nuevos casos, parece que lo peor finalmente ya ha pasado.
No obstante, aunque la propia pandemia pueda encaminarse hacia su final, quedan todavía muchas preguntas sin respuesta, casi todas relacionadas al ámbito de las relaciones internacionales. En primer lugar, se encuentra el tema de la responsabilidad. La pandemia del coronavirus se ha convertido en la primera que ha afectado en gran medida a la economía global y se transmitió desde un solo país, China. Hay muchas evidencias que sugieren que el virus se originó en un centro de investigación del país asiático, al igual que remarcar la posición de China de negarse a compartir “información crucial” sobre la covid con datos sobre su propagación por todo el país y más allá de sus fronteras.
Sin embargo, el gobierno chino rechazó todas las peticiones de llevarse a cabo una investigación internacional detallada sobre el problema y descartó todo tipo de compensaciones, incluso cuando el coste de los daños ascendía a billones de dólares. Los rumores de que los chinos influyeron en la OMS para “tumbar” dicha investigación siguen dando que hablar a día de hoy. Yo diría que la comunidad internacional debería preocuparse en buscar algún tipo de derecho o autoridad que haga frente a las enfermedades infecciosas.
La segunda cuestión importante es el tema del desarrollo, uso y reconocimiento de las vacunas. La pandemia de la covid fue única porque muchas naciones lucharon contra la enfermedad por separado, las vacunas inmediatamente se convirtieron en competencia entre sí y las principales potencias ofrecieron solo su propia cura, cerrando sus mercados a los productos de otros países. Por lo tanto, la libertad de movimiento se redujo considerablemente para muchas personas vacunadas que no tenían elección entre diferentes vacunas, pero no para aquellos que optaron por no vacunarse, pero sí se sometieron a pruebas PCR sin sentido al no poder reconocer el virus en la etapa latente de la enfermedad. Sería necesario diseñar una respuesta más coordinada para los próximos casos posibles de infecciones globales que seguro que llegarán en las próximas décadas.
El tercer tema debería abordar la respuesta global a pandemias como la del coronavirus: aprovechando que actualmente nuestro planeta está interconectado en gran medida, las enfermedades peligrosas tal vez puedan desaparecer en todo el mundo o suponer una amenaza durante un tiempo ilimitado. Entonces, aquí nos encontramos con la necesidad de diseminación de vacunas en los países más pobres que podrían ser incapaces no solo de elaborarlas sino de comprarlas o incluso administrarlas, y la necesidad de seguir desarrollando las vacunas para incluirlas en la lista obligatoria de inmunizaciones en la mayoría de los países más ricos.
Ambas tareas necesitan acciones globales e intensivas como las que casi exterminaron enfermedades como la poliomielitis, la peste o la viruela. Cómo organizarse y gestionarlas sigue siendo una incógnita. La pandemia de la covid podría llegar a su fin este año, pero los problemas que planteo anteriormente seguirán siendo graves durante muchos años.
✕
Accede a tu cuenta para comentar