Guerra en Ucrania

Sin noticias desde hace tres días del periodista español encarcelado en Polonia acusado de ser espía de Rusia

Su abogado pretende reclamar a Cruz Roja Internacional que le garantice la protección de prisionero de guerra ante el temor de que pueda sufrir “un trato inhumano y degradante”

Pablo González en una visita a una fábrica en la localidad de Dnipor al este de Ucrania el pasado 2 de febrero
Pablo González en una visita a una fábrica en la localidad de Dnipor al este de Ucrania el pasado 2 de febreroefem0565Cuenta de Pablo González en Twitter/EFE

La defensa del periodista español Pablo González -detenido el pasado lunes en Polonia mientras cubría la guerra en Ucrania acusado de espionaje en favor de la inteligencia militar rusa- no tiene noticias de él desde hace más de 72 horas. González se encuentra encarcelado por orden judicial en la prisión de Rzeszów, una ciudad del sureste de Polonia situada a apenas 170 km de Leópolis, la puerta de salida del conflicto para miles de ucranianos que han visto frustrada su huida del país después de que el Kremlin no respetara el corredor humanitario de evacuación de la población civil pactado.

Las últimas noticias que tiene su letrado, Gonzalo Boye, del periodista vasco provienen del consulado español en Cracovia, desde donde se le trasladó el pasado jueves se le informó de la situación en la que se encontraba el colaborador de La Sexta y del diario Público, a quien se acusa, según su defensa, de “participar en actividades de inteligencia para un servicio exterior en contra de la República de Polonia”.

Boye reclama a las autoridades consulares que antes del próximo miércoles pueda visitar en prisión a Pablo González, cuya situación califica de “inadmisible”. De ahí que el letrado vaya a solicitar a Cruz Roja internacional que le garantice “la protección que establecen las convenciones de Ginebra en caso de conflicto armado (guerra), tal cual lo definió Borrell”.

No obstante, deja claro que esa petición “bajo ningún concepto” implica “el reconocimiento ni la aceptación de los hechos imputados, ligera e infundadamente, por las autoridades polacas”, pues Pablo González -insiste- “se ha dedicado, exclusivamente, a su trabajo como periodista”. El abogado manifiesta su preocupación por “el estado de salud en que se puede encontrar” el periodista y por los “riesgos reales de sufrir un trato inhumano y degradante”.

Teme por su integridad física

Según ha trasladado Boye a la embajada española en Varsovia, las autoridades polacas “no están respetando los derechos que mi defendido tiene reconocidos, entre otros, en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea” pues, se queja, “no tenemos garantía alguna sobre su integridad física y psíquica a partir de su detención” ni tampoco la garantía de poderle visitar para prestarle asistencia letrada.

El abogado se ha quejado a la legación diplomática de que las autoridades polacas están llevando a cabo “una campaña de desprestigio” en contra del periodista español, presentándole como miembro del GRU (el departamento de inteligencia militar ruso), “con las connotaciones que ello tiene no solo legales sino en el plano de su seguridad personal”.

Para el abogado del periodista español es “de extrema urgencia” que pueda entrevistarse con Pablo González no solo para conocer articular su defensa jurídica, sino también con vistas a designar a un letrado polaco que se encargue de “llevar su defensa ante los tribunales polacos”. Por este motivo, reclama a las autoridades diplomáticas españolas en Polonia que la visita al preso “quede autorizada en el más breve espacio de tiempo posible”.

El pasado jueves, desde la embajada de España en Polonia se informó al letrado de que la Fiscalía polaca les había trasladado que Pablo González se encontraba detenido en la prisión de Rzeszów después de que la autoridad judicial acordase su ingreso en prisión provisional durante tres meses, una situación de la que se había puesto al corriente al Ministerio de Asuntos Exteriores que dirige José Manuel Albares.