Candidato

Gustavo Petro, un ex revolucionario que acaricia el poder en Colombia

El izquierdista fue guerrillero urbano en el M-19 en la década de los ochenta. Veinte años después de dejar las armas ganó la alcaldía de Bogotá

El candidato izquierdista Gustavo Petro
El candidato izquierdista Gustavo PetroFernando VergaraAgencia AP

Gustavo Petro acaricia por segunda vez la presidencia de Colombia. Hace cuatro años cayó derrotado por el candidatouribista Iván Duque. Ahora, de cara a la segunda vuelta que se celebra el 19 de junio, tendrá nuevamente un gran reto: derrotar al candidato populista Rodolfo Hernández, un empresario calificado como el Trump colombiano que ha dado la sorpresa en Colombia con un mensaje directo y antisistema, cargado de palabras malsonantes. Es de suponer que todos los partidos de la derecha colombiana pedirán el voto para Hernández.

Petro fue alcalde de Bogotá. Tiene experiencia en la gestión política, pero es visto por muchos en Colombia como un candidato de extrema izquierda que llevará al país por los mismos derroteros que el chavismo en la Venezuela de Nicolás Maduro.

A pesar de haber pertenecido a la guerrilla del M-19, Gustavo Petro prefiere que le llamen revolucionario a guerrillero porque liderando revoluciones es como se ha sentido siempre cómodo y la de llevar a la izquierda a la Presidencia de Colombia es la que enarbola en estas elecciones.

Nacido en un pueblo del departamento caribeño de Córdoba hace 62 años, Petro es el mayor de tres hermanos de una familia de clase media. Tímido, callado y ufano en lo personal, es un efectivo orador que se siente cómodo cuando habla ante las masas.

“Una vida, muchas vidas”, la autobiografía que publicó pocos meses antes de la campaña, da cuenta de que siempre se ha sentido fuera de lugar, solitario, dejado de lado y también de cierta arrogancia con la que se ha sobrepuesto a muchas situaciones de su vida.

En el colegio La Salle de Zipaquirá, el mismo por donde pasó Gabriel García Márquez, ya sentía atracción por la política. Leía a intelectuales marxistas tan pronto que en 1978, con apenas 18 años, decidió entrar a la extinta guerrilla M-19, donde realizó labores de enlace urbano y pasó tiempo en la clandestinidad más dos años en prisión. En 1990, el M-18 fue disuelto tras la fallida toma del palacio de Justicia en el centro de Bogotá, uno de los episodios más salvajes y oscuros de la historia reciente de Colombia.

De esos 12 años que vivió en las filas del “eme” bajo el nombre de “Aureliano”, como el personaje de “Cien años de soledad”, tres los pasó en la clandestinidad y otros dos en prisión. Lo capturaron en 1985 en Bolívar 83, el barrio popular de Zipaquirá que ayudó a fundar, y lo torturaron como a tantos miembros de la guerrilla en la época.

Tras abandona la lucha armada, Petro entró en la política y durante años ha sido miembro de la Cámara de Representantes y del Senado. A principios de siglo XX fue uno de los congresistas más activos en denunciar los nexos entre políticos y paramilitares en lo que se consideró “parapolítica”, volviéndose también un dolor de cabeza para el expresidente Uribe y consiguiendo el enjuiciamiento de varias personas.

En esta campaña, el candidato denunció amenazas de muerte y tuvo que suspender su campaña. En el pasado también recibió amenazas y tuvo que exiliarse a Bélgica, en 1994.

En 2011 ganó la alcaldía de Bogotá. Personal que ha trabajado con él asegura que no es muy dado a colaborar en equipo y que toma las decisiones solo. Eso impulsó numerosas renuncias y el cambio de más de medio centenar de altos directivos en los cuatro años de gestión. Su carácter de no tener miedo al enfrentamiento también le valió una destitución por parte de la Procuraduría, que por sus decisiones en la gestión de la recolección de basuras de la ciudad quiso su muerte política y que la Corte Interamericana de Derechos Humanos revocó.

Petro, casado y padre de seis hijos con diferentes mujeres, llega a su tercer intento por la Presidencia alejado de varios de sus grandes compañeros de viaje, y sin muchas de las ideas “revolucionarias” que evocaba.