Cambios tras la muerte de Isabel II: monedas, pasaportes o el himno nacional

La muerte de Isabel II de Inglaterra ha conseguido dar la vuelta al mundo dada la importancia de la figura en el último siglo. La monarca, la más longeva de su país, falleció ayer jueves pasadas las seis y media de la tarde, hora inglesa, según anunció la propia Casa Real inglesa en un mensaje. Su reinado se ha prolongado 70 años. Ahora, será su hijo, Carlos III, el que coja las riendas de la corona británica.

La noticia del fallecimiento de la monarca fue todo un acontecimiento. Anunciada en directo en la cadena BBC que modificó durante todo el día su programación por el estado de salud recorrió el Planeta en minutos. Así, tras el comunicado emitido por los médicos de la familia real donde se hacía notar la “preocupación” el nuevo Rey e hijos se han desplazado al castillo de Balmoral, en Escocia, donde se encontraba Isabel II que fallecería horas después.

La figura de la Reina Isabel II era todo un emblema en Reino Unido. Además, en el resto del mundo esta también era muy reconocida. La monarca contaba con todo tipo de representaciones que se pueden ver en el día a día de los ciudadanos de la corona británica. Por ello, tras su muerte se van a producir una serie de cambios que afectarán múltiples campos y que poco a poco desplazarán a la monarca en pro de su hijo, Carlos.

Cambios tras la muerte

No solamente el trono cambiará estos días de dueño. La familia real británica se encuentra muy presente en la sociedad y algunos objetos del día a día. La moneda, por ejemplo, cuenta con el retrato de los monarcas. Por ello, a partir de ahora será Carlos III quien aparezca en el reverso monetario de los británicos.

La Reina Isabel II estivo presente en las monedas desde 1952 cuando Mary Gillick le hizo un retrato que fue aprobado. Tras este le sucedieron otros cinco cambios hasta el último, en 2015, donde portaba la Diadema de Diamantes. Ahora, será su hijo, Carlos III quien empiece a aparecer.

Como curiosidad, cabe destacar, que Carlos mirará hacia la izquierda. Esto se debe a la tradición de que el heredero al trono se enfoque en posición contraria a su antecesor. Además, tanto los sellos como los billetes también irán perdiendo de forma gradual el retrato de Isabel II para que se pongan en circulación los que lleven al nuevo monarca.

Otro cambio será la firma real. Carlos ya no estampará simplemente su nombre. A partir de su coronación el nuevo Rey deberá añadir al final la R en referencia a Rex - rey en latín. Además, el monarca necesitará cambiar la bandera personal que lo acredite como soberano.

Los pasaportes también sufrirán modificaciones. A partir de ahora los nuevos documentos emitidos se ajustarán para reflejar los pronombres masculinos del nuevo rey. Hasta la fecha estos rezaban en femenino. Sin embargo, es probable que los pasaportes solo tengan que actualizarse una vez que hayan caducado o en la expedición de los nuevos.

Ahora que la Reina ha muerto, el himno nacional ya no será “Dios, Salvo a la Reina”. Este volverá a la versión para un monarca masculino, que es “Dios salve al rey”, frase que ya pronunció la primera ministra británica Liz Truss. Así, con los pronombres dentro de las palabras cambiados a la versión masculina. Cabe destacar que esta versión del himno nacional se usó por última vez en 1952, cuando Jorge VI estaba en el trono.

Isabel II contaba con una E dorada con la corona real rodeada de otra guirnalda en un fondo azul. Estas deben ondear en todos los lugares oficiales y los medios de transporte donde el monarca viaje. Incluso, se iza cuando la monarquía visita los otros países de la Commonwealth.

Así las cosas, con el cambio de rey también cambia el título de sus abogados. Designados por el o la monarca estos contaban con la denominación de QC -Queen´s Counsel- por lo que a partir de la coronación de Carlos III serán KC -King´s Cousnsel-.

Por último, cabe destacar que el Escudo de Armas posiblemente no sufrirá modificaciones. Este fue adoptado por la reina Victoria en 1837 y pese a tener pequeños cambios ha mantenido su estética. Por ello, no se espera que se adopte uno nuevo o sufra un giro importante.