Coalición

Los cuatro partidos del bloque de derechas alcanzan un acuerdo para gobernar Suecia

El texto prevé el endurecimiento de la política migratoria y de asilo para contentar a los ultras, que permanecerán fuera del Gobierno

El futuro primer ministro sueco, junto sus tres socios de coalición, anuncian su acuerdo de Gobierno
El futuro primer ministro sueco, junto sus tres socios de coalición, anuncian su acuerdo de GobiernoJONAS EKSTROEMERAgencia EFE

Treinta y tres días después de que los suecos acudieran a las urnas, los cuatro partidos del bloque de derechas (conservadores, democristianos, ultraderechistas y liberales) anunciaron esta mañana un acuerdo para gobernar el país nórdico los próximos cuatro años. Los ultras Demócratas Suecos (SD), que fueron la segunda formación más votada con el 20,5%, no entrarán en el Gobierno, pero su sello es visible en el texto de 50 páginas del conocido como Acuerdo de Tidö por el castillo donde fue negociado, que prevé un endurecimiento de las políticas de migración y asilo nunca visto hasta ahora en el país nórdico.

“Para los Demócratas de Suecia es absolutamente esencial que el cambio de Gobierno traiga un cambio de paradigma”, aseguraba el líder de la extrema derecha, Jimmie Åkesson, al presentar junto a sus tres socios el pacto esta mañana en el “Rikdsdag” (Parlamento). “Me hubiera gustado ver un Gobierno mayoritario en el que estuviéramos incluidos, por eso es extremadamente importante haber llegado a acuerdos sustanciales”, explicó. Si bien no entrará a formar parte del Gobierno, SD podrá elegir a funcionarios de las agencias estatales.

Resultados Parlamento Suecia
Resultados Parlamento SueciaTeresa Gallardo

Las nuevas políticas sobre migración incluyeron requisitos de ciudadanía más estrictos, un salario mínimo más alto para permisos de trabajo, la abolición de la residencia permanente para los solicitantes de asilo y la reducción de refugiados que Suecia recibe anualmente, que pasará de 6.400 a 900.

“Las reglas de asilo en Suecia no deben ser más generosas que lo que nos obliga el derecho comunitario”, afirmó Åkesson, que ve cumplido su sueño de ser la llave del Gobierno tras doce años de aislamiento en el Parlamento.

En la lucha contra el crimen, la derecha contempla prohibir la mendicidad, la repatriación de los pandilleros no suecos, la posibilidad de enviar a los presos a cumplir sus condenas en el extranjero, la introducción de un programa de testigos anónimos y un mayor uso de cámaras de seguridad.

El líder conservador y futuro primer ministro,Ulf Kristersson, ha tenido que mediar entre cuatro partidos más divididos de lo que prometían durante la campaña. El principal escollo ha estrado en el enfrentamiento entre liberales y ultras, que amenazaba con frustrar un pacto. Ambos partidos exigían su presencia en el Ejecutivo, pero, al mismo tiempo, se excluían mutuamente. Al final, los liberales, el socio más débil, ha tenido que ceder en política migratoria y policial a cambio de contar con una cartera en el Gobierno.

“Será un Gobierno tripartito con moderados, democristianos y liberales. Ese Gobierno cooperará estrechamente con los Demócratas de Suecia”, explico Kirstersson, que, por primera vez en la historia del país escandinavo, acepta cooperar políticamente con la extrema derecha.

Una hora después de anunciarse el pacto entre los cuatro partidos, Kristersson se ha reunido con el presidente del Parlamento, Andreas Norlén, que ha convocado para este lunes a las once de la mañana la sesión de investidura. El bloque de derechas cuenta con 176 diputados en la Cámara, tres más que el bloque de izquierdas (socialdemócratas, verdes, ex comunistas y centristas), por lo que, en principio, el líder del Partido Moderado debería ser elegido sin problemas como el 35º primer ministro de Suecia. “El mandato que obtuvimos en las elecciones significa no solo que el cambio es necesario, sino también que es posible”, aseguró Kristersson.

Por su parte, ejerciendo ya como líder de la oposición, la primera ministra en funciones, la socialdemócrata Magdalena Andersson, alertó contra las consecuencias de la agenda del futuro Gobierno. “Veo grandes riesgos para nuestro país. El acuerdo de la derecha va a incrementar las grietas y la división. La política económica puede hacer más pobres a los suecos aumentando la inflación y las hipotecas, a la vez que provocará recortes en sanidad, educación y atención a la tercera edad”, señaló Andersson, cuyo partido abandona el poder pese a ser el más votado el 11 de septiembre, con el 30,3% de los votos.