Oriente Medio

Irán ya enriquece uranio al 60% de pureza y se acerca a la bomba nuclear

Teherán desoye las críticas de EE UU, Europa y la OIEA sobre su programa atómico

Cartel de Mohsen Fakhrizadeh, uno de los padres de la bomba nuclear iraní
Cartel de Mohsen Fakhrizadeh, uno de los padres de la bomba nuclear iraníVahid SalemiAgencia AP

Mientras prosigue la brutal represión contra la revolución de las mujeres, Irán anunció este martes que ya está enriqueciendo uranio a un 60% de pureza. El régimen de los ayatolás, que defiende la medida como una respuesta a la creciente repulsa internacional, aceleró la maquinaria de las instalaciones subterráneas de Fordo. De este modo, acaricia ya el porcentaje de 90%, la cifra que permitiría la fabricación de bombas atómicas.

Ante el estancamiento de las negociaciones para el posible retorno de EE UU al pacto nuclear–que preveía retirar sanciones económicas a Teherán a cambio de aceptar la supervisión internacional-, Irán anunció al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que elevó el nivel de enriquecimiento gracias a las centrifugadoras avanzadas IR-6, que sustituyeron a las viejas IR-1.

”Ya avisamos que Irán reaccionaría seriamente a cualquier resolución o presión política. Por ello aumentamos el nivel de enriquecimiento de uranio a un 60% en la planta de Fordo”, confirmó Mohammad Eslami, jefe del proyecto nuclear.Según la prensa oficialista iraní, se trata de una respuesta al rechado de la OIEA, que la semana pasada protestó por la falta de cooperación del régimen de los ayatolás. Rafael Grossi, director del oganismo internacional, se mostró “gravemente preocupado” por la incertidumbre que despierta el plan nuclear iraní.

La OIEA exige explicaciones respecto a partículas de uranio no declaradas que se encontraron en tres localizaciones, un hallazgo que torpedeó el posible retorno de la Administración Biden al acuerdo nuclear. Tras la retirada unilateral de EE UU y la restauración de las sanciones que impulsó Donald Trump en 2018, Irán violó los parámetros firmados para acelerar su agenda atómica, con la instalación de centrifugadoras más avanzadas como la IR-2m, IR-4 o IR-6. Este último modelo permite cambiar fácilmente los niveles de enriquecimiento.

Paralelamente, se anunció que se instalarán nuevas centrifugadoras en las instalaciones de Fordo y Natanz. En esta última ya se alcanzó el porcentaje anunciado ayer en 2019, y no se aclaró cuanta cantidad se ha producido hasta la fecha en la planta de Fordo. “Se empezó el proceso de inyección de gas en dos cascadas de centrifugadoras IR-2m e IR-4 en Natanz”, publicó la televisión oficial. La OIEA reportó en julio que el régimen almacenó hasta 43 kilos de uranio enriquecido a un 60%.

Hace dos años que no se permite el acceso a los supervisores internacionales, y cinco meses desde que se retiraron los equipos de monitoreo en las instalaciones iraníes. Bajo los parámetros del acuerdo nuclear firmado en 2015 con las grandes potencias, Irán se comprometió a limitar el enriquecimiento de uranio a un 3.67% de pureza para teóricamente limitar su uso a fines civiles y evitar que derivara hacia la producción de armamento.

Los enemigos regionales de Teherán, con Israel al frente, desconfiaron de la vía diplomática impulsada por Occidente. En los últimos años, se atribuyeron a los servicios secretos israelíes múltiples sabotajes de infraestructuras y asesinatos de científicos, incluido Mohsen Fakhrizadeh, considerado el padre del programa nuclear iraní. En 2021, la planta de Natanz sufrió un ataque cibernético, que Irán catalogó como “terrorismo nuclear”. En setiembre, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, avanzó que la maquinaria de Fordo triplicó sus capacidades de enriquecimiento respecto al año anterior. Meses antes, el régimen iraní informó que la planta subterránea enriquecía uranio a un 20% de pureza.

Aharon Haliva, jefe de la inteligencia militar hebrea, consideró la semana pasada que Irán logró un “progreso significativo” hacia la soñada cifra del 90%, aunque sea de modo simbólico. “Irán acumula ya suficiente capacidad para producir cuatro bombas nucleares, lo que requiere unos 100 kilos de uranio enriquecido a un 90%”, consideró. Para Haliva, la estrategia de Teherán es ir dando pasos, y luego calibrar la respuesta de la comunidad internacional.

Ante mayor presión, el régimen podría mostrar más agresividad, lo que podría incluir “un ataque sobre Arabia Saudí, a quien culpan de inmiscuirse en los asuntos internos (protestas) en su país”. El jefe de la inteligencia israelí insistió en que el mundo no es consciente del poderío militar iraní, y que los términos acordados en el pacto de 2015 han quedado totalmente obsoletos.

Pese al esprín del régimen, todavía debería diseñar las bombas atómicas y su sistema de activación, algo que precisa varios meses de trabajo. El anuncio de ayer fue para vengar las quejas emitidas por parte de EE UU, Francia, Reino Unido y Alemania ante la OIEA. Nasser Kanani, portavoz del ministerio de Exteriores iraní, ya avanzó que se cancelará la próxima visita de delegados de la OIEA a su país. “La República Islámica de Irán siempre está preparada para responder apropiadamente a las acciones de actores occidentales”, alertó Kanani.

La represión contra las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, así como el suministro de drones iraníes a Rusia, ha alejado a EE UU del hipotético retorno al acuerdo nuclear con Irán.