Ofensiva

Putin viaja a Bielorrusia para abrir un segundo frente

Mañana arranca una semana decisiva para la futura estrategia militar de Rusia en Ucrania. Aumenta la presión sobre Lukashenko para que movilice a sus tropas

El presidente ruso, Vladimir Putin, escucha al jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, mientras visita al Estado Mayor conjunto de las tropas que participan en la operación militar de Rusia este sábado
El presidente ruso, Vladimir Putin, escucha al jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, mientras visita al Estado Mayor conjunto de las tropas que participan en la operación militar de Rusia este sábadoGavriil GrigorovAgencia AP

El presidente ruso, Vladimir Putin, viaja a Bielorrusia en una semana decisiva para la futura estrategia militar de Rusia en Ucrania, donde la apertura de un segundo frente podría poner en muchas dificultades al Ejército ucraniano.

“Esperamos anuncios importantes”, informó el domingo el programa de televisión “Moscú. Kremlin. Putin” sobre la agenda del presidente ruso para la próxima semana.

Putin se reunirá el lunes en Minsk con su principal cómplice en la “operación militar especial”, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, y en los próximos días presidirá la reunión del Ministerio de Defensa y el jueves la del Consejo de Estado.

PUTIN VISITA A SU ÚNICO ALIADO

Putin viajará acompañado del ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, quien sobrevoló el fin de semana el frente ucraniano en helicóptero e inspeccionó las posiciones rusas en el campo de batalla.

Además del proceso de integración, según el Kremlin, las conversaciones entre rusos y bielorrusos se centrarán en “la situación político-militar” que rodea a ambos países, sus “capacidades defensivas” y las “medidas conjuntas de respuesta” al reto que representa la OTAN.

El presidente ruso Vladimir Putin y el bielorruso Alexander Lukashenko llegan a una reunión del Consejo Económico Supremo Euroasiático en Bishkek, Kirguistán, a principios de mes
El presidente ruso Vladimir Putin y el bielorruso Alexander Lukashenko llegan a una reunión del Consejo Económico Supremo Euroasiático en Bishkek, Kirguistán, a principios de mesIGOR KOVALENKOAgencia EFE

En Bielorrusia ya se encuentra desplegada una agrupación militar conjunta y, además, en ese país se entrenan parte de los 300.000 reservistas movilizados por Putin.

Según Minsk, el componente ruso de la agrupación regional está formado por hasta 9.000 militares, unos 170 tanques, hasta 200 vehículos blindados de combate y hasta 100 cañones y morteros de grueso calibre.

Hasta ahora, Lukashenko se ha negado a que su Ejército participe directamente en los combates e incluso tuvo que salir al paso al proclamar esta semana que él es quien manda en Bielorrusia, en clara alusión al Kremlin.

Además, la visita coincide con los rumores sobre que el servicio militar en Rusia podría ser incrementado de uno a dos años, como en tiempos de la Unión Soviética. Los llamados a filas en primavera servirían 18 meses, los reclutados en otoño, 24 meses, según informó a la prensa un comisario militar de la región de Moscú.

La noticia fue desmentida por el ministerio ruso de Defensa, pero tras lo ocurrido con la caótica movilización parcial, corrió como la pólvora en este país. Putin prometió en su momento que ni los reclutas serán enviados al frente ni será necesaria una segunda movilización de hombres en edad militar.

ABRIR UN SEGUNDO FRENTE

Al respecto, el comandante de la Fuerzas Conjuntas ucranianas, el teniente general Serhiy Nayev, cree que Putin busca una mayor implicación bielorrusa en el conflicto.

“Desde nuestro punto de vista, durante esa reunión se abordará el asunto de la futura agresión contra Ucrania y una mayor implicación de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia en la operación”, comentó hoy en Facebook.

En su opinión, esa mayor participación sería “terrestre”. De hecho, Bielorrusia celebró esta misma semana maniobras militares cerca de la frontera con Ucrania y ambos países preparan para 2023 los ejercicios conjuntos “Escudo de la Unión”.

En cambio, el Instituto para el Insituto de la Guerra (ISW) cree que existen pocas posibilidades de que Moscú lance una nueva ofensiva contra Kyiv desde territorio bielorruso, como la que le permitió en febrero tomar la central de Chernóbil y aproximarse a la capital, aunque no lo descarta definitivamente.

Más bien considera la visita parte de una campaña de desinformación para que el enemigo se vea obligado a dispersar sus fuerzas.

UNA GUERRA MUNDIAL

En vísperas del Año Nuevo, el papa Francisco admitió en declaraciones a la prensa española que no veía un final del conflicto a corto plazo, ya que se trata de “una guerra mundial” con muchos intereses implicados.

El pontífice, que se ha mostrado dispuesto a mediar entre Moscú y Kyiv, llamó a rezar por los niños ucranianos.

Ambos bandos ya rechazaron la posibilidad de una tregua navideña. De hecho, los bombardeos masivos rusos y los combates se han recrudecido en el Donbás en las últimas semanas.

Al felicitar el sábado al santo padre por su 86 cumpleaños, Lukashenko le invitó a visitar la antigua república soviética.

“Aún estoy muy impresionado con su sabiduría y clarividencia. Usted fue el primero en advertir sobre la amenaza del estallido de la Tercera Guerra Mundial. Es una pena que aquellos que debían escucharle, no lo hicieran”, decía su telegrama de felicitación.

El director de la CIA, William Burns, antiguo embajador en Moscú, descartó en declaraciones a la prensa estadounidense que Rusia se plantee seriamente a esta altura de la campaña unas negociaciones con Kyiv.

En la misma línea, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se mostró pesimista sobre que Putin vaya a renunciar a sus objetivos iniciales, pero optimista sobre el resultado de las negociaciones con EE UU para el suministro de los misiles Patriot, sistemas capaces de cambiar el signo de la guerra.