Tabloides

Acusan a la hija del difunto capitán Sir Tom Moore de utilizar la fundación de su padre para construir un spa en su jardín

Moore se convirtió en un icono durante la pandemia en el Reino Unido por su campaña para recaudar fondos para el Servicio Nacional de Salud (NHS)

Tom Moore ha recibido la felicitación de la reina Isabel II
Tom Moore ha recibido la felicitación de la reina Isabel IIEmma SohAgencia AP

El escándalo en el Reino Unido viene una vez más de la mano de las exclusivas de los tabloides. Este martes ha sido el turno de The Sun, que ha revelado que Hannah Ingram-Moore solicitó en agosto del año pasado, y en compañía de su marido Colin, un permiso de obras en su residencia privada por valor de 1 millón y medio de libras con la justificación de que estas serían utilizadas con el fin de construir una oficina para la fundación benéfica que lleva el nombre de su difunto padre, el capitán Sir Tom Moore.

En su lugar, sin embargo, el matrimonio levantó un complejo de piscinas de hidromasaje en su jardín con vestuarios, aseos y duchas, confirma la prensa local.

El capitán Moore fue un oficial del Ejército británico reconvertido en héroe nacional a la edad de 99 años y en plena pandemia de Covid-19, cuando decidió embarcarse en una campaña de recaudación de fondos para el Servicio Nacional de Salud (HNS, por sus siglas en inglés) dando vueltas a pie en su jardín con el reto de completar las 100 vueltas antes de cumplir 100 años.

Consiguió recaudar una cantidad superior a las 32 millones de libras, además de la simpatía y el respeto del Reino Unido. De hecho, la reina Isabel II le nombró caballero en julio de 2020. Murió unos meses después, en febrero de 2021, precisamente por una neumonía sobrevenida por el coronavirus.

La fundación Capitán Tom Moore ha salido en respuesta a las acusaciones contra la hija del difunto capitán, señalada por “utilizar su nombre” para obtener el permiso de construcción de un spa, una frivolidad que no se puede pasar por alto, a ojos de los tabloides.

Los administradores de la organización sin ánimo de lucro aseguran “no tener conocimiento” de los hechos. En caso de haber estado al tanto de las intenciones de la señora Ingram-Moore –creadora de la sociedad–, “los fideicomisarios independientes no la habrían autorizado”, trasladan a la prensa local. “En este momento, el único objetivo [de la fundación] es asegurarse de que coopera plenamente con la investigación legal en curso de la Comisión de Caridad”.

La organización tenía como objetivo recaudar fondos para ayudar a los ancianos en su memoria, pero hay dudas sobre su conducta y su relación con una empresa privada dirigida por los Ingram-Moore.

En junio, la Comisión de Organizaciones Benéficas inició una investigación sobre la gestión de la fundación, meses después de que las primeras cuentas anuales de la organización mostraran que solo había donado 160.000 libras a buenas causas, al tiempo que declaraba gastos por valor de 240.000 libras.

El regulador citó “preocupaciones sobre los acuerdos entre la organización benéfica y una empresa vinculada a la familia Ingram-Moore, así como preocupaciones constantes sobre la toma de decisiones de los fideicomisarios y la gobernanza de la organización benéfica”.