Política

Terrorismo yihadista

Ajeno a la realidad, a la vagancia y a la curiosidad, “cualidades” del buen combatiente de Daesh

Ajeno a la realidad, a la vagancia y a la curiosidad, “cualidades” del buen combatiente de Daesh
Ajeno a la realidad, a la vagancia y a la curiosidad, “cualidades” del buen combatiente de Daeshlarazon

Daesh quiere moujahidines (combatientes) ajenos a la realidad, trabajadores (los vagos sobran) y que no tengan curiosidad por otra cosa que no sea la propia organización yihadista y las órdenes que recibe de sus jefes.

ISIS, en unas sencillas normas de seguridad destinados a ser difundidas entre “los hermanos” a través de los canales de Telegramn, considera al teléfono móvil como el elemento más peligroso para sus moujahidines. Y no les falta razón, porque “el mal uso de esos aparatos, así como los medios de la ciencia y la comunicación, especialmente la computadora e Internet” pueden conducir a su localización y posterior neutralización.

Pero el consejo tiene trampa, ya que lo que también pretende el Estado Islámico es que sus miembros destinen los medios telemáticos a asuntos de la “yihad” (la guerra) y no consulten otras páginas, no vaya a ser que se den cuenta del mundo siniestro en el que viven, en el que sólo cabe la muerte y la destrucción “en nombre de Alá”. Que en pleno siglo

XXI haya gente que viva así, supone, además del consiguiente peligro para el resto de los ciudadanos, una negación de los principales valores de la humanidad.

El “manual” incluye otros puntos, inspirados también por los principios de aislamiento y de pertenencia a un solo grupo excluyente: “cuidado con la lengua, con lo que se habla, que no debe estar “desatada”, ocultar lo que no se debe contar. Y, a la vez, ser (la lengua) un elemento importante para el creyente en los asuntos del mundo y el Más Allá.

Otro aspecto importante es el de no caer en la pereza cuando se trata de la aplicación de las reglas. “Se puede llegar a la falta de sensación de peligro e ignorancia de los astutos enemigos que luchan contra nosotros día y noche; siguen nuestros errores y equivocaciones, sin descanso y aburrimiento”.

Otro asunto es el de la información, que debe ser la precisa, “sin caer en la curiosidad de lo que no le importa al moujahidin, de lo que no tiene nada que ver con la yihad”.