Internacional

Al Sisi, el nuevo aliado de EE UU

Trump agasaja al líder egipcio en su primera visita a la Casa Blanca tras años de distanciamiento. Destaca la alianza bilateral contra el terrorismo y aparca la violación de los derechos humanos.

Donald Trump recibe afectuosamente al presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, a su llegada ayer a la Casa Blanca
Donald Trump recibe afectuosamente al presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, a su llegada ayer a la Casa Blancalarazon

Trump agasaja al líder egipcio en su primera visita a la Casa Blanca tras años de distanciamiento. Destaca la alianza bilateral contra el terrorismo y aparca la violación de los derechos humanos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó claro ayer su apoyo sin fisuras a su homólogo egipcio, Abdelfatah al Sisi, y prometió que ambos lucharán juntos contra el terrorismo al aparcar, al menos por ahora, las preocupaciones sobre la situación de los derechos humanos en Egipto. «Estamos de acuerdo en muchas cosas. Sólo quiero que todo el mundo sepa, en caso de que haya alguna duda, que apoyamos mucho al presidente Al Sisi. Él ha hecho un trabajo fantástico en una situación muy difícil», afirmó Trump ante los periodistas al recibir al mandatario egipcio en su primera visita a la Casa Blanca.

Tras el enfrentamiento durante la Administración de Barack Obama, el nuevo presidente tiene la voluntad de «resetear» las relaciones con su tradicional aliado en Oriente Medio. «Egipto tiene un gran amigo y aliado en Estados Unidos y conmigo», aseguró Trump antes de estrecharle la mano a Al Sisi mientras sonreía ante las cámaras.

«Es mi primera visita a Estados Unidos», indicó, por su parte, el presidente egipcio, al que Obama le negó una visita a la Casa Blanca después de que depusiese en 2013 al presidente elegido en las urnas, el islamista Mohamed Mursi, tras las manifestaciones en contra de su régimen. Entonces, Al Sisi, comandante en jefe y ministro de Defensa desde 2012, recibió el visto bueno del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas para ser presidente en febrero de 2014. Cargo que abandonó en marzo para poder presentarse a unas elecciones presidenciales que ganó entre sospechas de fraude.

El ex presidente demócrata consideraba a Al Sisi responsable de diferentes violaciones de derechos humanos. Sin embargo, Trump no hizo ninguna mención a este último asunto citado o a la ayuda militar o económica que tradicionalmente Estados Unidos ha prestado a Egipto. Por un momento, el presidente norteamericano dio la sensación de que iba a responder si incluiría en la lista de grupos terroristas del Departamento de Estado a los Hermanos Musulmanes, pero optó por no decir nada. Ambos líderes comparten su hostilidad hacia la Cofradía, después de que algunos gobiernos árabes consideran que Obama había traicionado a Mubarak y había prestado demasiado apoyo a Mursi.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, habló de un «nuevo día» en las relaciones bilaterales, y comentó también que el Gobierno de Trump «comprende» la preocupación sobre el respeto a los derechos humanos en Egipto, pero cree que es mejor tratar esos temas «en privado» para lograr progresos.

Las sonrisas de Trump a Al Sisi contrastaron con el frío recibimiento dado a los líderes europeos. Y es que los mandatarios de EE UU y Egipto sólo han tenido halagos el uno para el otro durante los últimos meses. Después de que se reunieran en septiembre en el Hotel Plaza de Nueva York, Al Sisi reconocía que «no tengo duda de que [Trump] será un líder fuerte». Mientras, el magnate indicó del «rais» egipcio que «es un tipo fantástico. Hemos tenido muy buena química». Unos comentarios que pueden contradecir la retórica islamofóbica de Trump y su posterior controvertida prohibición de viaje a los nacionales de primero siete y después seis países musulmanes.

Con todo, la visita de Al Sisi se produce después de la del príncipe saudí Mohamed Bin Salman, que reconoció que Trump era «un verdadero amigo de los musulmanes». Asimismo, el líder estadounidense tuvo una conversación telefónica con el rey Abdalá de Jordania, que en parte es responsable de la decisión de posponer el traslado de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Precisamente, mañana Trump tiene previsto recibir en la Casa Blanca al monarca hachemí.