La "locomotora de Europa"
Alemania entra en recesión con la popularidad de Scholz por los suelos
La actual coalición germana es más impopular que nunca, mientras la importante industria automotriz alemana que cayó un 6,5%
Alemania está en recesión técnica. El PIB de la primera economía europea cayó un 0,3% en el primer trimestre del año con respecto a los tres meses anteriores, después de haberse contraído un 0,5% a finales del pasado ejercicio, según datos difundidos este jueves por la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Setenta años después de que el diario británico “The Times” utilizara por primera vez la alusión “locomotora europea” para describir el crecimiento económico de la Alemania occidental tras la Segunda Guerra Mundial, el motor de esa coyuntura comienza a frenar ralentizado por la inflación, la crisis energética y las subidas de tipos de interés. Una evolución que contrasta con la que han mostrado otras economías como la española o la italiana, que crecieron un 0,5%, o la francesa, que lo hizo un 0,2%. En conjunto, el área del euro avanzó un 0,1% en ese mismo periodo, mientras que la Unión Europea lo hizo un 3%.
Los datos de Destatis hicieron que muchos echaran la vista atrás para recordar la "década dorada”. Aquella en la que Alemania creció durante diez años e instauró uno de los aumentos más largos de la historia de la República Federal. Ahora, esa década ha llegado a su fin y la locomotora de la zona euro está tropezando directa a la recesión impulsada por los principales indicadores. Así, los hogares alemanes gastaron mucho menos ya que según Jörg Kräamer, economista jefe de Commerzbank, “el aumento masivo en los precios de la energía pasó factura en los meses de invierno”. No obstante, a finales de abril, Destatis mostró su convencimiento y aludió a un posible estancamiento en el primer trimestre animado por la situación de la industria que -frente a todo pronóstico- pudo ampliar su negocio a principios de año. Una circunstancia que alimentó esa esperanza pero que finalmente y debido a que marzo se convirtió en un mes problemático para muchas empresas, no remedió que la economía alemana se desplazara hacia la sombra de la recesión. La industria germana no pudo compensar la caída del consumo privado.
Según la Oficina Federal de Estadística, la producción industrial cayó un 3,3% en marzo. Casi ningún experto había esperado una caída tan pronunciada a pesar de que, a finales del año pasado, se produjeron desplomes significativamente más fuertes, debidos principalmente a las industrias energéticas. No obstante, en marzo, casi todas las áreas se vieron afectadas y en especial la importante industria automotriz alemana que cayó un 6,5%. Tanto la caída de la producción como de los pedidos estuvieron impulsadas por las dificultades del comercio exterior. En marzo, las exportaciones alemanas cayeron un 5,2% en comparación a febrero. "La debilidad de la producción en Alemania está acompañada, al menos en parte, por una debilidad del comercio exterior", aseguró Torsten Schmidt, director de Coyuntura y Crecimiento del Instituto de Renania Westfalia para la Investigación Económica (RWI). Además, el cambio de tendencia en las tasas de interés está frenando la demanda.
Sin embargo, esto no significa que el año en su conjunto vaya a ser negativo para la economía germana. Principalmente gracias al templado invierno, los peores escenarios no se llegaron a materializar y otros organismos como el Fondo Monetario Internacional asumen que es probable que el crecimiento económico oscile alrededor de la línea cero. Es probable que el factor decisivo sea la alta tasa de inflación, que en abril todavía era del 7,2% en comparación con el mismo mes del año pasado. "El aumento masivo en los precios de la energía pasó factura en los meses de invierno. Desafortunadamente, no hay una mejora fundamental a la vista porque todos los indicadores principales importantes en el sector manufacturero están cayendo" aseguró el economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer.
El gasto del consumidor privado, en particular, cayó un 1,2% en los primeros tres meses del año en curso. La alta inflación está erosionando el poder adquisitivo de los consumidores. De acuerdo con la información, los hogares particulares gastaron menos en alimentos y bebidas, ropa, calzado y muebles que en el trimestre anterior. Asimismo, las familias alemanas compraron menos coches nuevos, lo que probablemente se deba a la interrupción de las subvenciones para adquirir híbridos enchufables y a la reducción de las subvenciones para vehículos eléctricos a principios de 2023.
En vista de los débiles datos económicos, el ministro federal de Finanzas, Christian Lindner, dijo: "Esta es una clara señal para los políticos". Alemania amenaza con seguir cayendo y para contrarrestar esto, el gobierno acelerará los procedimientos de planificación y aprobación y atraerá a más trabajadores calificados, según Lindner. Motivos que estuvieron lejos de convencer a la oposición que aprovechó los malos datos para criticar la política económica del gobierno tripartito. "Esto debería despertar al canciller", dijo el presidente de la CDU, Friedrich Merz. "Por la forma en que funciona su gobierno, muchas empresas dudan del futuro de Alemania como lugar de negocios". Nada se sabe “desde hace meses” de la "acción concertada" del canciller con los agentes sociales para combatir la inflación. "Los altos precios de la energía y la falta de una línea clara en la política económica están inquietando a empresarios y empleados", recalcó Merz.
Los datos salen a la luz en un momento en el que la actual coalición es más impopular que nunca. Según una reciente encuesta de la radiotelevisión pública alemana (ARD), el 71% de los encuestados está "poco o nada satisfecho" con el trabajo del ejecutivo germano; una cifra que es, con mucho, la peor que la coalición ha logrado hasta ahora. Las opiniones también están divididas sobre el canciller Olaf Scholz. En general, los ciudadanos le perciben como alguien "extremadamente reservado". Solo un tercio está satisfecho con su trabajo. “Muchos alemanes piensan que es demasiado vacilante, demasiado reservado, muy poco líder”, asegura uno de los investigadores que llevó a cabo este análisis. Por otro lado, y aunque una mayoría acogió con beneplácito el comportamiento cauteloso del canciller en la guerra de Ucrania, la nota de Scholz fue "mucho menor que la que obtenía Angela Merkel". Incluso en momentos en los que el gobierno de Merkel sacaba malas notas, los valores personales de la excanciller siempre fueron mejores.
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