Sistema electoral
Biden se lanza a la batalla por el derecho al voto en EE UU
El presidente promete acabar con las leyes republicanas que ponen trabas a las minorías para registrarse como electores en 19 Estados
“Estoy cansado de estar callado”, declaró Joe Biden ante la muchedumbre, con un tono de voz más alto del habitual. El presidente de EEUU rompía hoy su silencio desde Atlanta para avanzar sus intenciones de cambiar las reglas del Senado y aprobar nuevas protecciones del derecho al voto de los estadounidenses. Biden ha puesto de manifiesto esa meta personal desde que tomó posesión del cargo, reforzando su posición de aprobar lo antes posible la reforma electoral.
El simbólico viaje oficial al Estado de Georgia, que le dio la victoria electoral en las presidenciales de 2020 y que, junto a su vicepresidentaKamala Harris, realizó el demócrata este martes con el fin de recalcar el impulso urgente de una sus máximas aspiraciones como inquilino de la Casa Blanca, marcaba la prioridad absoluta de su agenda demócrata: su proyecto de ley presentado en el Congreso, la Ley de Libertad para Votar.
Para ello, Biden pretende eliminar la “obstrucción repetida” que, según sus propias palabras, imponen los republicanos y poner en marcha nuevas protecciones para proteger el derecho al voto de los estadounidenses en los procesos electorales.
“El derecho a votar, y que se cuente ese voto, es el umbral de libertad de nuestra democracia. Sin él, nada es posible. Pero, con él, cualquier cosa es posible”, enfatizó Biden. Más de 55 millones de personas tienen más dificultades para votar en Estados Unidos, uno de cada seis entre la población.
“Así no es cómo una democracia debería funcionar”, dijo Harris antes de cederle la palabra al presidente, resaltando la necesidad de “cada americano, desde cada lugar y de cada partido” a participar con su voto en los comicios.
Los liberales, con ayuda de Biden, intentarán defender la medida en el Capitolio desde primera línea política, a sabiendas de que la drástica oposición de los conservadores a cambiar las tradicionales normas de la Cámara Alta de EE UU traerá consigo, una vez más, la confrontación bipartidista.
Ni la experiencia de cuatro décadas de Biden como senador, ni su afán por acercar posturas, avalan el éxito de su arriesgada apuesta, ya que necesitará contar también con el respaldo al completo de sus filas, sin una sola baja del Partido Demócrata, para sacar adelante la votación del Senado. 50 escaños de los demócratas para hacer frente a los otros 50 de los republicanos, más el voto de desempate de Harris como presidenta de la Cámara Alta.
“Los próximos días, cuando estos proyectos de ley lleguen a votación, marcarán un punto de inflexión en esta nación”, dijo Biden desde Atlanta. “¿Elegiremos la democracia sobre la autocracia, la luz sobre la sombra, la justicia sobre la injusticia?”, declaró Biden. “Sé dónde estoy parado”, añadió el presidente.
De llevar a cabo su plan, el demócrata dará el paso más significativo de su primer año de mandato, desde que llegó a la Casa Blanca hace casi 365 días. Para el presidente de EE UU, presionar a la cúpula del Poder Legislativo para que actúe a favor del derecho al voto de los estadounidenses es “la mayor prueba de la democracia” desde la Guerra Civil.
Biden sostuvo, además, que el obstruccionismo republicano ha protegido “ataques externos al derecho constitucional más básico”. Y es que un total de 19 estados de EE UU, sólo en 2021, aprobaron leyes con nuevas restricciones de voto que dificultan la participación en los proceso electorales.
El Congreso tiene la potestad de actuar contra esas restricciones, tanto legal como constitucionalmente. Algunos expertos creen que debería haberlo a través de estándares nacionales, en lugar de dejar que cada Estado imponga sus propias normativas. Que se pueda tener la opción de votar de manera anticipada con la garantía de 15 días consecutivos previos a los comicios; creando facilidad de acceso a determinadas comunidades y personas con discapacidad, así como a procesos de digitalización y recuento de votos, entre otros.
Pero, para ello, Biden deberá superar algunos obstáculos, como convencer a los indecisos y opositores. Una vez más, el senador demócrataJoe Manchinse mostró receloso a apoyar la medida al creer que “no nos hará trabajar mejor en el Senado”. También sorprendió la ausencia de Stacy Adams, a la que Biden tuvo que justificar asegurando que había hablado con ella antes de llegar a Georgia. “Estamos en la misma página y creo que está todo bien”, confirmó.
El presidente y la vicepresidenta de EE UU mantuvieron también en Georgia una reunión privada con la familia de Martin Luther King Jr en vísperas de la conmemoración anticipada de su cumpleaños, tras la que organizaron una ofrenda floral en la cripta del pastor, que desarrolló un rol clave en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos. Su hijo mayor, Martin Luther King III, colocó la corona ante la pareja presidencial y el resto de los miembros del clan familiar King.
Biden, en respuesta a las preguntas de los periodistas, llamó a “mantener la fe” ante la incertidumbre de saber si contará con el apoyo suficiente para sacar adelante la votación en el Congreso.
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