Matanza Texas

Biden llora la muerte de los niños de Uvalde en su segunda visita a un tiroteo masivo en dos semanas

El Departamento de Justicia investigará la actuación policial en la matanza de la escuela de primaria en Texas

El presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden hoy en el memorial de Robb Elementary School en Uvalde, Texas
El presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden hoy en el memorial de Robb Elementary School en Uvalde, TexasEvan VucciAgencia AP

Con el deseo de “llevar un poco de consuelo a la comunidad”, el presidente de Estados Unidos y la primera dama, Joe y Jill Biden, decidían viajar cinco días después de la matanza escolar de Uvalde, una de las más mortíferas de la historia reciente del país, a la pequeña localidad de Texas para ofrecer sus condolencias a los familiares de las 21 víctimas mortales de la tragedia y a los supervivientes.

“Como nación, creo que todos debemos estar ahí para ellos”, adelantó antes de su visita oficial este domingo, fin de semana de festivo nacional en Estados Unidos por la celebración del “Día de los Caídos” (Memorial Day en inglés), que conmemora a los soldados caídos en combate. “Y debemos preguntarnos cuándo, en el nombre de Dios, haremos lo que hay que hacer”, añadió.

El avión del presidente de Estados Unidos, el Air Force One, aterrizó en San Antonio pasadas las 10 de la mañana. Los Biden, vestidos de negro, llegaron a la ciudad de Texas situada a 150km de Uvalde para abordar desde allí el helicóptero presidencial, el Marine One. Pocos minutos antes de las 11 de la mañana, Joe y Jill Biden llegaban a Uvalde, donde las autoridades estatales y locales les esperaban.

El gobernador y la primera dama de Texas, Greg y Cecilia Abbott; el congresista republicano por el 23 distrito de Texas y ex veterano de guerra, Tony Gonzales; el senador de Texas Roland Gutiérrez; el Juez del condado, Bill Mitchell y el alcalde de Uvalde, Don McLaughlin. A la comitiva oficial se unieron el superintendente del Distrito Escolar Independiente del Condado de Uvalde, Hal Harrell y Mandy Gutiérrez, la directora de la Escuela Primera Robb donde tuvo lugar la tragedia.

La caravana presidencial fue recibida por una multitud, en la que un joven que sostenía a un niño en brazos hizo el signo de la paz con sus dedos. Al paso del matrimonio Biden, acogidos entre aplausos, cerca de la escuela les recibió un manto de cruces blancas con los nombres de todas y cada una de las víctimas de la matanza, dando la bienvenida a Uvalde al séquito presencial.

Las lágrimas del presidente

Los Biden, conmocionados, dejaron un ramo de flores en el memorial en honor a las víctimas de la matanza escolar, la mayoría de ellas menores de edad de entre 8 y 11 años. Fue entonces cuando, tras una breve conversación con el superintendente y la directora de la escuela, al presidente Joe Biden se le pudo ver de lejos secarse una lágrima del rostro.

Durante varios minutos y antes de dirigirse a la ceremonia en la Iglesia para la misa de despedida, el matrimonio Biden caminó por el lugar de recuerdo que la localidad había preparado en honor a las 21 víctimas mortales, deteniéndose a leer los nombres e incluso tocando sus fotografías.

“¡Necesitamos ayuda!”, se escuchó gritar desde la multitud al paso del gobernador Abbott. La tristeza e incertidumbre de las primeras horas se han ido convirtiendo en dolor e indicación con el paso de los días al conocerse más detalles de una tragedia que con toda probabilidad se podría haber evitado.

Así lo pone de manifiesto la investigación que en un principio se fue dando en cuentagotas y tanto las autoridades locales como estatales se han visto obligadas a reconocer: la Policía de Uvalde actuó demasiado tarde. Las múltiples llamadas de emergencia registradas al 911 desde el interior de la escuela han demostrado que se tardó más de una hora en entrar a rescatar a los menores y sus profesores de la amenaza mortal del tirador activo, Salvador Ramos, cuyo ataque fue tratado como secuestro con rehenes.

La madre de una de las víctimas de la masacre denunció que su hija se podría haber salvado si hubieran actuado a tiempo, en lugar de esperar la hora y media que aseguran los testigos esperaron antiguados a las puertas del centro educativo. “Su hija había recibido un disparo por la espalda a través del área del riñón”, explicó el senador demócrata Roland Gutiérrez, por lo que podría haber sobrevivido si la policía hubiera irrumpido antes en el aula.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos investigará la actuación policial del tiroteo de Uvalde con el objetivo de “brindar un relato independiente de las acciones y respuestas de las fuerzas del orden público ese día e identificar las lecciones aprendidas y las mejores prácticas” para poner aplicar en un futuro.

Pero, a la espera de lo que decida hacer el Congreso estadounidense a nivel federal, algunos estados del país no han querido esperar a imponer restricciones para el control del uso de armas. Nueva Jersey, Nueva York y California anuncian imponer próximamente medidas que limiten el uso de las armas, como aumentar la edad legal para comprarlas, exponer a los fabricantes a demandas civiles o prohibir la adquisición de rifles de asalto.

Límites a la Segunda Enmienda

El presidente demócrata tiene los próximos meses un gran desafío por delante para cumplir con su palabra. La cuenta atrás para las decisivas elecciones de mitad de mandato, las “midterm”, ya ha comenzado. Y, si bien Biden ya adelantó sus intenciones de impulsar restricciones que permitan tener un mayor control sobre el relativamente fácil acceso a las armas de fuego en el país, el inquilino de la Casa Blanca también sabe que sus rivales políticos harán todo lo que esté en sus manos para impedir ese objetivo.

“La Segunda Enmienda no es absoluta”, señaló Biden esta semana tras la masacre, en alusión al “derecho constitucional de poseer y portar armas” y como una primera declaración de intenciones. Una gran parte de la población estadounidense se opone a impulsar medidas que priven la libertad individual y establezcan cambios en las bases constitucional del país, pero el presidente estadounidense recordó que cuando se aprobó la enmienda “no se podía poseer un cañón” ni ciertos tipos de armas. “Siempre ha habido limitaciones”, añadió Biden.

Y parece que por ahí irán los tiros. Se espera que el líder demócrata enfoque gran sus esfuerzos durante las próximas semanas en tratar de convencer a la oposición republicana para aprobar medidas bipartidistas que limiten la venta de fusiles de asalto y otras armas de fuego utilizadas en guerras, tales como los rifles AR-15 que usaron los autores de las recientes matanzas y que ahora están de manera legal en manos de la población civil.