EE UU

Caza de brujas en el FBI: Altos cargos interrogados con polígrafo para detectar opiniones negativas sobre Trump

"Es surrealista. Nunca imaginé que nos harían pasar por un polígrafo para medir nuestra adhesión a una persona, no a la institución"

EEUU.- EEUU abre una investigación contra los exdirectores del FBI y la CIA James Comey y John Brennan
Decenas de mandos intermedios y altos cargos han sido sometidos a pruebas donde se les pregunta si han hablado en contra de Patel o de su gestiónEuropa Press

El New York Times destapó una práctica inédita en el Buró Federal de Investigaciones (FBI): el uso sistemático de pruebas de polígrafo para evaluar la lealtad de sus altos funcionarios hacia el director, Kash Patel, nombrado por el presidente Donald Trump. Los interrogatorios, que incluyen preguntas directas sobre críticas internas, forman parte de una reestructuración más amplia que ha llevado a la renovación del 40% de las direcciones de oficinas regionales y a la salida de agentes veteranos.

Según documentos internos y testimonios recabados por el Times, decenas de mandos intermedios y altos cargos han sido sometidos a pruebas donde se les pregunta si han hablado en contra de Patel o de su gestión. La medida, justificada oficialmente como un mecanismo contra filtraciones, ha sido calificada por exagentes como una "caza de brujas" que prioriza la obediencia ideológica sobre la expertise profesional.

El caso más sonado fue el de Michael Feinberg, un veterano con 22 años de servicio que renunció antes de someterse al examen, alegando que "el FBI que yo serví no funcionaba con miedo".

La purga de Patel

Desde su llegada en 2022, Patel, abogado sin experiencia previa en inteligencia y cercano a Trump, impulsó una multitud de cambios radicales. Entre ellos destacan los reemplazos masivos en 18 de las 56 oficinas regionales, que ahora cuentan con nuevos directores afines al entorno trumpista. También generó controversia al exigir portar un arma reglamentaria, un privilegio tradicionalmente reservado a agentes operativos. Además, emitió directivas para limitar el acceso a informes internos, incluso a fiscales del Departamento de Justicia, creando una cultura de secretismo sin precedentes. Críticos dentro de la agencia advierten que estas medidas erosionan la independencia histórica del FBI.