Opinión

A Maduro solo le queda la fuerza

El «pupilo de Chávez» no ganaría una elección limpia en contra de María Corina Machado

FILE - Venezuelan President Nicolás Maduro listens during their meeting at Miraflores presidential palace in Caracas, Venezuela, Feb. 20, 2024. On Thursday, Feb. 22, Joshua Holt, a Utah man imprisoned for nearly two years in Venezuela, sued Maduro, accusing the leftist leader of heading a “criminal enterprise” that kidnaps, tortures and unjustly imprisons American citizens. (AP Photo/Ariana Cubillos, File)
El presidente de Venezuela, Nicolás MaduroASSOCIATED PRESSAgencia AP

Si Nicolás Maduro muestra durante estas horas su peor cara; la del hostigamiento, la cara de la amenaza y de la persecución. Su última víctima es Rocío San Miguel, defensora de los derechos humanos en Venezuela. Hoy se encuentra en las mazmorras del chavismo acusada de: «coordinar y trasladar material de comunicaciones de la trama golpista Brazalete Blanco cuyo fin último era matar al presidente Nicolás Maduro», según el Fiscal general de Venezuela -y fiel defensor de Maduro- Tarek William Saab.

El talón de Aquiles de Maduro es el voto. El «pupilo de Chávez» no ganaría una elección limpia en contra de María Corina Machado. Él lo sabe y lo saben todos sus acólitos. A partir de allí, ¿qué les queda? La fuerza, el miedo, la amenaza. Ante las cámaras y los micrófonos, sus risas y burlas se desbordan. Internamente, el juego que plantean es perverso. Una estrategia oscura, silenciosa pero bien pensada y ejecutada.

El chavismo ha convertido al gobierno venezolano en un grupo gansteril, mafioso. Por parte de los opositores, cuesta moverse porque no se sabe el día y la hora en que la justicia injusta del chavismo tocará la puerta.

Y mientras María Corina es de las pocas que sigue en la calle llamando a la movilización, el 80% de los venezolanos se encuentra a la expectativa de un cambio político a través del voto. ¿Misión imposible? En política nunca se sabe. Tendrán que sentarse las bases de unas condiciones lo suficientemente atractivas para que Maduro sea «obligado» a medirse limpiamente y acepte la derrota electoral. Hoy, esas condiciones son difíciles de visualizar.

Se sigue esperando que la noche oscura del chavismo sea el preámbulo de un nuevo amanecer en una Venezuela secuestrada por una cleptocracia indolente.

*Socio director y fundador de Thinko Consulting amotta@thinkoconsulting.com