Reforma de AMLO

México adopta elección de jueces por voto popular, un caso único en el mundo que cuestiona la independencia judicial

El Senado avaló la enmienda judicial con 86 votos a favor y 41 en contra en una jornada caótica

El Senado, en las primeras horas de la madrugada y gracias al voto de judas de un senador de la oposición y la controvertida ausencia de otro, aprobó este miércoles por mayoría de dos tercios la polémica reforma constitucional que permitirá que los mexicanos elijan a sus jueces por voto popular.

En los once primeros días de septiembre, en un trámite parlamentario a contrarreloj, inaudito y rocambolesco, se consumó la mayor reforma de la Constitución en la historia reciente de México. A solo tres semanas de concluir su mandato, la aprobación de la reforma del Poder Judicial en Congreso y Senado es el regalo de despedida más deseado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y probablemente no el único.

La jornada en la Cámara Alta iniciaba despejando una de las intrigas que había puesto al país en vilo durante los últimos días. ¿Quién sería el senador que daría su voto decisivo a la bancada de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde? A primera hora del día se confirmaron las sospechas que recaían desde el lunes por la noche sobre el senador del PAN de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Márquez, que había dejado de contestar las llamadas de sus compañeros de partido. El senador conservador solicitó un permiso de ausencia argumentando que padecía molestias en su columna por un accidente de tráfico de hace años. En su lugar, envió al Senado a su suplente que no era otro que su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, exgobernador de Veracruz.

La sustitución solo duró una horas, porque Yunes hijo, ya sin dolor de espalda, reapareció por la noche para defender su voto a favor de la reforma. «Ni México se va a destruir por la reforma judicial ni el sistema va a cambiar inmediatamente», dijo. «Sé que en las leyes secundarias tendremos la oportunidad de perfeccionarla, en la decisión más difícil de mi vida he decidido dar mi voto a favor para perfeccionar el sistema de justicia», explicó. Los Yunes forman parte de una estirpe política muy conocida en Veracruz con varias causas judiciales abiertas. El apoyo que desesperadamente necesitaba Morena vino de una familia que representa todo lo que ellos se han propuesto combatir.

Con el esperpento de los Yunes se materializó el vaticino del presidente del Senado que la semana pasada auguró que la votación saldría adelante. «No hay poder sobre la tierra que detenga el proceso legislativo», dijo Gerardo Fernández Noroña. También contribuyó a la victoria oficialista la ausencia del senador Daniel Barreda de Movimiento Ciudadano que presuntamente estaba detenido en circunstancias extrañas en Campeche.

Una vez aprobada en Congreso y Senado, por ser una reforma de la Carta Magna, la reforma del Poder Judicial tiene que ser refrendada por los congresos estatales. A solo una horas de obtener luz verde en el Senado, las cámaras de Oaxaca y Tamaulipas, ya la habían aprobado.

La reforma prevé que los jueces y magistrados y hasta los ministros (jueces) de la Suprema Corte de Justicia puedan ser elegidos en votación popular. También se rebajan los requisitos para presentarse a un puesto en el poder judicial, bastará con una media de ocho en la carrera de Derecho y algunas cartas de recomendación para presentarse a juez. Ya no será necesaria experiencia previa. Los detractores de esta reforma argumentan que sin una carrera judicial será el poder político quien promueva a sus candidatos a jueces, mermando la independencia judicial. También, otras parte interesadas, como abogados cercanos al narco podrían participar en estos comicios a la judicatura.

Una vez aprobada la polémica reforma, todos los ojos están puestos en la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. La primera presidenta de México será la encargada de desarrollar e implementar esta modificación constitucional. En apenas 20 días, el próximo 1 de octubre, recibirá no solo la banda presidencial de México y sino también lo que muchos consideran «un país en llamas».

En las últimas semanas se han multiplicado las manifestaciones de estudiantes universitarios, ciudadanos y trabajadores del Poder Judicial contra la reforma, la Justicia está paralizada por la huelga indefinida de jueces desde el pasado 21 de agosto. Los socios comerciales más importantes de México, Estados Unidos y Canadá, insisten en sus advertencias contra esta reforma porque es «un riesgo para la democracia». A solo unos meses de que su vecino del Norte celebre elecciones presidenciales, las relaciones diplomáticas con Washington están «pausa». El peso mexicano sigue depreciándose y las inversiones extranjeras amenazan con mermarse por el nuevo panorama de inestabilidad jurídica.

No es el mejor escenario para comenzar un nuevo sexenio. Sin embargo, Sheinbaum, está blindada por su aplastante triunfo electoral, más del 60% de los votantes mexicanos decidieron el pasado 2 de junio por el llamado segundo piso de la Cuarta Transformación, la continuidad al proyecto puesto en marcha por AMLO. Y, respaldada también la nueva presidenta, por las holgadas mayorías en el Congreso de los Diputados y en el Senado. No quedan contrapesos al poder.