EE UU

Trump defiende su derecho a inmunidad presidencial incluso para el asesinato de rivales políticos

La defensa del expresidente de EE UU argumenta que sólo un proceso de "impeachment" podría juzgar al magnate neoyorquino

El expresidente de EE UU, Donald Trump, ha acudido este martes de manera voluntaria a la primera de las muchas citas judiciales que tiene por delante este 2024. Se ha celebrado a primera hora de la mañana en Washington, donde el magnate neoyorquino ha tratado de convencer a los jueces de la Corte Federal de Apelaciones de que él es inmune y no puede ser procesado.

Los magistrados han escuchado con escepticismo como su equipo legal argumentaba que Trump solo puede enfrentar cargos penales si es declarado culpable en un juicio político, ya que se están juzgando hechos que surgieron de decisiones que su cliente tomó siendo presidente de Estados Unidos. Los magistrados no lo ven claro, y la Fiscalía cree que esta idea es "aterradora". Incluso la jueza Karen Henderson, designada por el expresidente republicano George H.W. Bush, ha dudado de la solución, asegurando que "es paradójico decir que su deber constitucional de velar por que las leyes se ejecuten fielmente, le permite violar el derecho penal".

A las 9:30 horas de la mañana (las 15.30 horas en España), Trump llegaba con semblante serio a la Corte de Apelaciones de EE UU para el Circuito del Distrito de Columbia, en la capital del país. El expresidente ha entrado en la sala escoltado por varios abogados y Walt Nauta, quien fue su antiguo asistente personal y que también está acusado en otro caso federal contra Trump por el manejo de documentos clasificados. En la sala se ha enfrentado a 3 jueces, dos designados por los demócratas y uno por los republicanos, los tres dispuestos a escuchar las reclamaciones del equipo legal de Trump para que su cliente no pueda ser procesado por sus supuestos intentos de anular las elecciones del 2020.

En esta primera audiencia también se encontraba su máximo azote, el fiscal especial Jack Smith, al que Trump ha llamado en alguna ocasión "psicópata trastornado", entre otros muchos improperios. Su equipo ha dicho que el expresidente no puede estar por encima de la ley, y ha advertido que otorgarle la inmunidad para que no sea procesado legalmente abriría una "compuerta" y sería "aterrador" porque no habría mecanismo para impedir que futuros presidente traten de robar votos para permanecer en el poder.

Tras la vista y fiel a su estilo, Trump ha querido darse un baño de medios de comunicación a las puertas del hotel Waldorf Astoria, donde se aloja, y ha dicho ante los muchos periodistas que lo esperaban que el día había sido "trascendental en términos de lo que aprendimos". También ha aprovechado para atacar al partido demócrata a menos de una semana de que se celebren los famosos caucus de Iowa asegurando que ¨es muy injusto que se procese a un oponente político¨.

Poco después, su abogado John F. Laura remarcaba que "no podemos tener un país donde cada cuatro años haya un ciclo de recriminaciones políticas". Trump ha insistido en el supuesto fraude electoral de las elecciones pasadas, ha hablado también de las últimas encuestas electorales y ha insistido en que no se le puede juzgar porque según él "siento que, como presidente, uno debe tener inmunidad, muy simple", "no hice nada malo".

Dentro de la sala su abogado John Sauer, se ha centrado en dejar muy clara una idea: "Estamos en una situación en la que tenemos el procesamiento del principal oponente político que está ganando en todas las encuestas las elecciones federales del próximo año y está siendo procesado por la administración que busca remplazar". Además, dijo Sauer, "ese es el futuro aterrador que está hecho a medida para lanzar ciclos de recriminación que sacudirán a nuestra República en el futuro".

Tras la primera audiencia de hoy que ha durado aproximadamente una hora y 15 minutos, el resultado más probable es que el panel de tres jueces decida que Trump es procesable, y niegue sus reclamos de inmunidad. Si es así se espera que el exmandatario y su equipo legal apelen la decisión, lo que en última instancia podría llegar a la Corte Suprema.

De ser así, el gran Tribunal podría negarse a escuchar los argumentos, por lo que primaría la decisión del tribunal de apelaciones. Esta opción parece atractiva para muchos jueces porque evitaría a la justicia entrar en un tema política bastante contaminado a estas alturas. En este caso el proceso volvería a manos de la jueza Tanya S. Chutkan, a cargo del caso subyacente y comenzaría a preparase el juicio para su comienzo el próximo 4 de marzo.

Si la Corte Suprema decide aceptar el caso, el proceso podría dilatarse un poco más, algo que interesa a Trump que de hecho ya ha intentado varias veces que todos sus asuntos legales se resuelvan después de las elecciones del próximo noviembre. Tampoco puede alargarse mucho porque de su decisión dependerían muchos siguientes pasos en el resto de los procesos legales que tiene pendientes Donald Trump. Sin embargo, hay otro componente muy importante.

Los actuales jueces de la Corte Suprema paran su mandato en junio, por lo que, si no consiguen tomar una decisión antes, la causa pasaría manos del siguiente periodo que no arranca hasta octubre, por lo que sería complicado tomar una decisión antes de que se celebren las elecciones presidenciales a principios de noviembre.