Curiosidades

Las “bodas con fantasmas”, el peligroso ritual chino con el que una persona viva se casa con una muerta

La oscura ceremonia ya puso en alerta a las autoridades en algunas partes de China, sobre todo por el incremento del mercado negro de cadáveres

Las "bodas fantasma" es una costumbre ancestral que se lleva a cabo desde hace miles de años
Las "bodas fantasma" es una costumbre ancestral que se lleva a cabo desde hace miles de añosDreamstime

China no es solo un país volcado en la búsqueda del control del Orden Mundial. No se trata solamente de una nación que desarrolla armas nucleares, misiles hipersónicos o demás armamento militar en su lucha por la carrera armamentista. El gigante asiático, además de ser el mayor exportador del mundo, posee una cultura rica y diferente a Occidente, con rituales, costumbres o prácticas muy diferentes a las de Europa o Estados Unidos.

Pero también, el territorio chino va más allá de eso. Indagando en lo paranormal, en lo extraño o en lo místico, China está a la cabeza de fenómenos inimaginables y no registrados en los países occidentales. Con la superstición por bandera, y al más puro estilo de novela negra, elabora ceremonias como las “bodas con fantasmas”, que como su propio nombre indica, se trata de proporcionar un conyugue a una persona que muere soltera.

Cualquier persona que haya ido a alguna boda en su vida habrá oído al sacerdote o persona que dicta el casamiento aquello de “hasta que la muerte os separe”. En esta práctica, sin embargo, se invierte esa sentencia y, se podría decir, que se podría considerar como “hasta que la muerte nos una”.

Una costumbre ancestral de China que, según los investigadores, se lleva a cabo desde hace más de tres mil años. Una amplia tradición espiritista, propia de la cultura china y que se compone de asesinatos, secretismos e historias no aptas para cardíacos.

¿En qué consisten las bodas con fantasmas?

Los creyentes de esta costumbres dicen que, anteriormente, las bodas con fantasmas consistían en casar a dos personas muertas que eran solteras antes de fallecer. No obstante, en los últimos años, se ha “modernizado” y, ahora, permite casar a una persona viva con una persona fallecida que murió soltera. Factores como edad o antecedentes jugaban un papel importante, al igual que en las ceremonias tradicionales.

En los casamientos entre dos personas muertas, la familia de la novia exigía un precio por ella. Incluso, unas bonificaciones extra porque los allegados del novio tenían “el placer” de contraer matrimonio con la novia. Estos iban desde joyas, sirvientes e incluso una mansión, pero todo representado con figuras de papel.

La boda consiste en la colocación de una placa funeraria de la novia y el novio y un banquete, pero para llevarse a cabo, debían desenterrar los huesos de la novia y ponerlos en la tumba del novio.

El objetivo no es otro de proporcionar cónyuges a personas que habían quedado solteras en la vida para tener alguien con quien compartir la muerte. Pero a veces, este ritual iba más allá, que no solo mutara en ciertas partes de China, sino también se ha producido la aparición del mercado negro, robos de tumbas e incluso asesinatos de personas para llevarlos a cabo.

Según explica el medio australiano ABC, un hombre llamado Ma Chonghua del noroeste de China asesinó a dos mujeres con discapacidades mentales y vendió cada cuerpo por 40.000 yuanes (8.300 dólares) para matrimonios fantasma en el año 2016. Así, el profesor Yao explicaba al medio de Australia que, en los últimos años, hubo evidencias de al menos doce casos destacados de asesinatos relacionados con matrimonios fantasmas, así como otros tantos de secuestro y robo de tumbas.

Por otro lado, tal y como cuenta a BBC Huang Jingchun, jefe del departamento chino en la Universidad de Shanghái, que realizó un estudio sobre las bodas fantasmas en Shanxi entre 2008 y 2010, el precio de un cadáver o de los huesos de una mujer joven aumentó considerablemente.

China, actualmente, no tiene una regulación que prohíba específicamente los matrimonios fantasma, así como la venta o compra de cadáveres. Muchos chinos creen que la desgracia cae sobre ellos si no cumplen los deseos de los muertos, por lo que se ven “obligados a realizar esta práctica”. Pero no es el único país, ya que otros como Taiwán o Sudán, también llevan a cabo estos siniestros rituales, más propios de una película de terror que de la realidad.