Giro en la capital germana
Berlín tendrá un alcalde conservador por primera vez en más de 20 años
Los conservadores aprueban una gran coalición con los socialdemócratas para gobernar Berlín
El camino para la formación de una gran coalición en Berlín entre el Partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Cristianodemócrata (CDU) quedó despejado este lunes a última hora de la tarde. Dos meses y medio después de las elecciones, los 275 delegados presentes de la CDU votaron a favor de la alianza, sin votos en contra ni abstenciones y solo un día después de que el 54,3% de los miembros del SPD se pronunciaran conformes a una coalición que supone un cambio de rumbo político en la capital alemana y cuyo primer movimiento implica que Kai Wegner sea elegido este jueves como el primer alcalde conservador de la ciudad desde 2001.
Berlín, uno de los bastiones de la izquierda en Alemania, se enfrenta a un nuevo horizonte político que, por el momento, ha causado una profunda escisión entre los socialdemócratas de la capital. De trasfondo, la determinación de la todavía alcaldesa de la ciudad, la socialdemócrata Franziska Giffey, que, ante la debacle que sufrió en las urnas, aceptó el mensaje lanzado por la ciudadanía y sacrificó una posible alianza con la izquierda de Die Linke y el partido de Los Verdes, así como su puesto en el ayuntamiento de la ciudad, para dar paso a Wegner que, con claridad, se impuso en los comicios. No obstante, no está claro que el líder conservador obtenga el jueves todos los votos de la CDU y el SPD. El camino se intuye lleno de obstáculos, mucho antes de haber empezado la marcha.
A la espera de lo que pueda pasar a partir de ahora, es significativo que solo una de las socialdemócratas muestre alivio y alegría. Giffey ha conseguido la alianza de gobierno que deseaba y, desde la prensa de Berlín, se dice que “no se trata de amor, sino de razón”. No se puede hablar de visiones compartidas y, desde el SPD, se apunta a que quieren asumir la responsabilidad a pesar de que, echando un vistazo a la votación socialdemócrata, se puede atisbar que el partido aceptó esta alianza con dolor, teniendo en cuenta la baja participación. Desde la CDU, está clara la ambición por gobernar y de ahí que la postura de Wegner haya sido de cautela para no poner en peligro el sí de los miembros del SPD. No obstante, todo apunta a que los conflictos estén por llegar.
La SPD seguirá de cerca cuán social será la política de alquiler bajo un alcalde conservador, si se cumple la prometida protección climáticas o si sigue en marcha el ambicioso plan para dotar a la ciudad de más carriles para bicicletas. Además, la administración social seguirá luchando con el alojamiento de miles de refugiados y una lucha casi interminable e ingrata de las vías de integración. En política sanitaria, pasada la pandemia, siguen los espinosos problemas de la atención sanitaria, desde hospitales sobrecargados hasta falta de especialistas en enfermería. Sin embargo, es probable que el desarrollo urbano sea el más difícil: la crisis energética y la subida de los precios amenazan con años de estancamiento en la industria de la construcción. Los expertos temen que la construcción de nuevos edificios colapse y solo la floreciente economía de Berlín promete titulares positivos hasta 2026.
La ambición de Wegner es que los berlineses recuperen la confianza en la política y de ahí que, tras la votación, agradeciera al SPD por las conversaciones mantenidas para conseguir el acuerdo. El hombre de 50 años, nacido en Spandau, se sentó en el Bundestag durante mucho tiempo, muy alejado de la política estatal de Berlín. En la tradicionalmente dividida CDU de la capital, Wegner siempre fue un factor de poder y ahora tiene tres años y medio para demostrar que la victoria sorprendentemente alta en la repetición de las elecciones -más diez puntos porcentuales- no fue una coincidencia histórica, sino que sería posible reeditarla en 2026. Wegner quiere unir la ciudad desgarrada, quiere acabar con la discusión entre automovilistas y ciclistas o entre los vecinos de la periferia y del interior.
Tras el visto bueno de ambos, ambos partidos dejaron listo el reparto de carteras. Según informaciones de la RBB, la radiotelevisión pública de Berlín, la CDU se quedará con las carteras de Justicia, Medio Ambiente, Cultura, Finanzas y Educación, mientras los socialdemócratas abarcarán Economía (que pasaría a manos de Giffey), Vivienda, Interior, Salud y la cartera de Integración, Trabajo y Asuntos Sociales, que se ampliará para incluir las áreas de diversidad y lucha contra la discriminación.
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