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Casa, empleo y esclavas... la oferta para unirse a la yihad

Casa, empleo y esclavas... la oferta para unirse a la yihad
Casa, empleo y esclavas... la oferta para unirse a la yihadlarazon

El Estado Islámico edita una cuidada revista Dabiq dirigida a los radicales occidentales para que se sumen a sus filas en la guerra de Irak y Siria

En la monumental plaza del Vaticano y sobre el obelisco ondea una bandera negra del Estado Islámico (EI). Es el provocador fotomontaje elegido por la red terrorista para ilustrar la última portada de su magazine on-line «Dabiq» . El titular principal de la portada es «Cruzada fallida». Dentro argumenta el fiasco de los ataques de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y asegura que la victoria está de su parte. Igual que Al Qaeda con su revista «Inspire», el EI difunde sus mensajes apocalípticos de la «guerra santa» en diferentes idiomas, entre ellos el inglés. A diferencia de la propaganda islamista obsoleta de Hamas o Hizbulá, «Dabiq» destaca por su nivel de factura y cuidado diseño. Está dirigida a un lector occidental. Esta revista ha sido clave para que más de 30.000 fanáticos de 74 países diferentes se sumaran a sus filas.

La elección del nombre responde a una de las metas del califato. Dabiq es una ciudad santa musulmana en Siria, ubicada en el distrito de Azaz (frontera con Turquía) en la provincia de Alepo, donde tendrá lugar una de las batallas definitivas en el Apocalipsis, en el que triunfarán sobre las fuerzas de «Constantinopla» y «Roma», según narra un Hadiz (versos del Profeta Mahoma). La revista ya va por su cuarto número. En está última edición incluye un siniestro artículo titulado «El regreso de la esclavitud antes de la Hora». En él justifica la dominación de miles de mujeres y niños yazidíes, afirmando que «fueron divididos según la «sharía» entre los combatientes del Estado Islámico». También defiende el secuestro y la toma de mujeres como esclavas sexuales de las familias de «infieles» porque es un aspecto «firmemente establecido por la ley islámica». A través de sus publicaciones, el EI desglosa su ideología del terror, se jacta de sus victorias, dibujando una imagen romántica de la restauración de una edad de oro islámica y la gloria del autoproclamado califa Ibrahim (el líder Abu Bakr El Bagdadi), que se presenta como el heraldo de un nuevo califato basado en la yihad. Incluye, además, reportajes fotográficos sobre la destrucción de templos y tumbas de santones en Mosul, considerados paganos, o explícitas imágenes de las ejecuciones y decapitaciones de James Foley y Steve Stoloff que hielan la sangre.

«Dabiq» se burla de la opinión pública occidental en una sección llamada «El Estado Islámico en palabras del enemigo», que reproduce comentarios del senador John McCain o el presidente Obama que, según piensan los yihadistas, en realidad no hacen sino glorificarles. Con su narrativa el EI intenta convencer a más musulmanes a unirse a su causa. Hace un llamamiento a todos los musulmanes del mundo para que emigren de inmediato al califato. «Hacemos un llamamiento especial a los estudiosos, “fuqaha” (expertos en jurisprudencia islámica), así como a personas con experiencia militar o administrativa y a médicos e ingenieros de diferentes especialidades y campos», proclama. Para incentivar a los nuevos reclutas promete puestos de trabajo, y vivienda gratuita en el nuevo Estado musulmán. «Hay casas aquí para ustedes y sus familias. Usted puede ser un importante contribuyente para la liberalización de la Meca, Medina, y al-Quds. ¿No le gustaría alcanzar el Día del Juicio con estas grandes obras sobre sus hombros?». En la revista también se advierte de que lapidaciones, amputaciones, crucifixiones o ejecuciones son parte de la convivencia y justifica la conducta de sus soldados diciendo que «no son ángeles infalibles». El EI, a diferencia de Al Qaeda, no busca formar a combatientes extranjeros para que cometan atentados en sus países de origen, sino soldados útiles que quieran permanecer allí y continuar con la construcción de su califato, un vasto territorio entre Siria e Irak en el que viven más de once millones de habitantes.

«Estos extremistas no son locos. Tienen sus métodos. Se han hecho con mucho dinero en efectivo y con los recursos naturales más importantes: petróleo y agua. Sin duda van a utilizarlos para fortalecerse», explica a LA RAZÓN Basam Lahud, experto de la Universidad Americana de Beirut. En otra entrega, el EI se compara con Noé, el personaje bíblico que se enfrentó al diluvio universal. La cubierta del segundo número está ilustrada con la famosa arca atravesando las inundaciones. Toma frases de Noé y justifica sus matanzas más sangrientas. Termina con una advertencia: «Invadirás la Península Arábiga y Alá te permitirá conquistarla. Luego invadirás Persia (Irán), Roma, y lucharás contra el falso mesías, y Alá te permitirá conquistarlo».