Tensión diplomática

China ahuyenta a barcos japoneses de una isla en disputa y suma a un nuevo enemigo en sus tensiones marítimas

En las últimas semanas, Pekín ha tenido enfrentamientos con Filipinas y Taiwán. Tokio reclama desde hace años las islas Senkau, que China considera suyas

Imagen aérea de las islas Senkaku
Imagen aérea de las islas SenkakuWikipedia

La Guardia Costera de China ahuyentó a varios barcos japoneses que se encontraban en aguas cercanas a las islas Diaoyu, conocidas como Senkaku en Japón pero reclamadas por China.

Los incidentes entre los guardacostas chinos y los barcos nipones se registraron entre este martes y este jueves, informó hoy en un comunicado la Guardia Costera china. El portavoz de la Guardia Costera Liu Dejun instó a Japón a "detener inmediatamente todas las actividades ilegales en las aguas" y aseguró que las Diaoyu y las islas circundantes "son territorio inalienable de China".

"Las fuerzas marítimas chinas seguirán llevando a cabo actividades de defensa de los derechos marítimos y de cumplimiento de la ley en las aguas bajo su jurisdicción, protegiendo la soberanía nacional, la seguridad y los derechos e intereses marítimos", advirtió el portavoz en la nota oficial.

China otorgó el pasado mayo a sus guardacostas nuevas capacidades, incluyendo la autoridad para detener barcos extranjeros sospechosos de ingresar ilegalmente en sus aguas territoriales, en un marco de crecientes tensiones territoriales con socios de Estados Unidos como Japón o Filipinas.

La Guardia Costera china también ha visto su capacidad de acción reforzada desde un punto de vista material, gracias a la asignación de más buques y al aumento del apoyo logístico.

El conflicto por las Diaoyu/Senkaku, conquistadas por Japón tras la guerra con China en 1894-95, se ha recrudecido en los últimos años, a raíz de que en septiembre de 2012 Japón nacionalizara el suelo de tres de ellas.

Situadas en el mar de China Oriental, a unos 150 kilómetros al noreste de Taiwán, que también reclama su soberanía, estas islas deshabitadas tienen una superficie de unos siete kilómetros cuadrados y se cree que en sus aguas adyacentes podría haber importantes yacimientos de gas o petróleo.