Asia
Así se rearma Taiwán: EEUU le debe a la isla 66 cazas F-16, 108 tanques Abrams y 100 sistemas de misiles Harpoon
Taipei, obligada a aumentar sus capacidades asimétricas ante el recrudecimiento de las actividades de China en el estrecho de Taiwán y el retraso en el envío de armas de EEUU
Taiwán sigue a la espera de varios paquetes de armas de EE.UU., cuya entrega se ha retrasado debido a las trabas burocráticas y a los cuellos de botella de la industria estadounidense de defensa, mientras desarrolla sus fuerzas de combate asimétricas para contener la creciente amenaza de China.
Según estimaciones del Instituto Cato, un laboratorio de ideas con sede en Washington, el valor del armamento que todavía no ha llegado a Taiwán asciende a 19.700 millones de dólares, una cuantía que incluye 66 cazas F-16, 108 tanques Abrams y 100 sistemas de misiles Harpoon adquiridos durante la Administración del expresidente Donald Trump (2017-2021).
Estas demoras coinciden con el recrudecimiento de las actividades de China en el estrecho, lo que ha forzado al Gobierno taiwanés a modificar su estrategia defensiva y apostar por el fortalecimiento de sus capacidades asimétricas para contrarrestar las ventajas militares de China, que considera a la isla como una “provincia rebelde”.
“Taiwán no puede aspirar a construir suficientes barcos, aviones y tanques para equiparse ‘uno-uno’ al EPL (Ejército Popular de Liberación). Volverse asimétrico es la mejor forma”, afirma a EFE Eric Gomez, investigador senior del Instituto Cato.
Intentos por acelerar las entregas
El pasado 24 de abril, el presidente estadounidense, Joe Biden, promulgó una ley que incrementaba la ayuda exterior a Taiwán y otros aliados del Pacífico que incluía 2.000 millones de dólares en financiación militar extranjera y 1.900 millones en concepto de PDA (‘autoridad presidencial de reducción’), una medida con la que Washington puede sacar material de sus propios arsenales para transferirlo directamente a la isla.
Esta legislación puede servir para solventar algunas entregas, pero no soluciona el problema de fondo: gran parte del armamento adquirido por Taipéi no está ahora mismo en los inventarios de EE.UU. y otro tanto ya ha sido adjudicado a los contratistas de defensa, por lo que habría envíos que inevitablemente se duplicarían. “La clave es que (la PDA) no arregla tu problema, porque siguen siendo 1.900 de 19.700 millones de dólares”, argumenta Eric Gomez al abordar unos retrasos de los que se desconoce la causa exacta más allá de su relación con los procesos burocráticos y el exceso de demanda de la industria estadounidense.
“No tenemos las capacidades de producción que solíamos tener durante la Guerra Fría. Las fábricas no producen armas lo suficientemente rápido”, asegura a EFE Raymond Kuo, director de la Taiwan Policy Initiative de la Rand Corporation.
Defensas asimétricas para disuadir a Pekín
Ante la tardanza en los envíos y con una China cada vez más agresiva, Taiwán ha optado por incrementar su presupuesto de defensa hasta un récord de 600.700 millones de dólares taiwaneses (18.362 millones de dólares) este año, al tiempo que ha centrado su atención en mejorar sus capacidades asimétricas, fundamentales para resistir los primeros embates de una invasión china.
En este contexto, ambos expertos consideran que EE.UU. podría ayudar a reforzar las fuerzas asimétricas de Taiwán, empleando la PDA para aumentar las reservas de municiones de la isla o promoviendo transferencias de tecnología a la industria taiwanesa de defensa, entre otras iniciativas.
“Las capacidades asimétricas permiten contrarrestar los sistemas enemigos con diferentes tipos de capacidades”, expone Gomez al detallar las armas que más necesita Taiwán, principalmente sistemas de misiles antibuque, vehículos no tripulados de combate y reconocimiento y “drones pequeños y portátiles”, ampliamente utilizados por Ucrania contra Rusia.
“El caso ucraniano ha mostrado cómo los sistemas asimétricos pueden ayudar a un país relativamente más débil a complicarle la vida a uno mucho más fuerte, especialmente en el aire y en el mar”, señala el investigador, aclarando que hacen falta “muchísimos” de esos sistemas para que resulten exitosos.
EE.UU., por lo pronto, anunció hace dos semanas la posible venta de 291 drones y 720 misiles merodeadores a Taiwán, en línea con las necesidades más apremiantes del Ejército isleño.
Consenso bipartidista
Dentro de una política estadounidense cada vez más polarizada, la “cuestión taiwanesa” es uno de los escasos puntos de “consenso” entre el Partido Demócrata y el Republicano: más de veinte legisladores de ambos partidos han viajado a Taiwán en lo que va de año, y el último paquete de ayuda militar a Taipéi fue ampliamente respaldado por la Cámara de Representantes.
“Comparado con diez años atrás, cuando EE.UU. estaba cesando sus ventas de armas y su apoyo a Taiwán, es una mejora real”, asevera Raymond Kuo, agregando que en Washington existe “conciencia” de la “amenaza” que representa China para la isla, lo que invita a pensar que las ventas de armamento continuarán pese a las reiteradas protestas de Pekín. EFE
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