Comisarías clandestinas chinas
Las comisarías clandestinas en Europa son “la punta del iceberg” de la red de seguridad de China
La organización Safeguard Defenders destapa un centenar de recintos de la Policía china en más de 50 países
Los países europeos apenas están oponiendo resistencia ante las comisarías clandestinas de Policía china, que, según denuncian varias organizaciones en defensa de derechos humanos, son utilizadas para vigilar a sus ciudadanos en el extranjero sin contar con la autorización de las autoridades locales. Las redes de seguridad del Partido Comunista Chino (PPCh) no estarían respetando las debidas garantías procesales de cada país.
La asociación Safeguard Defenders, con sede en España, ha descubierto más de un centenar de centros en más de 50 países vinculados a las oficinas de seguridad pública de China. En concreto, se los asocia con el Departamento de Trabajo del Frente Unido, una organización dispersa, descentralizada y opaca dedicada a promover la influencia del PCCh en la industria nacional y la sociedad civil que trata también de moldear la opinión pública en el extranjero y supervisar las actividades de la diáspora china.
Pekín rechaza de plano esta versión y dice cumplir “estrictamente el derecho internacional, respeta la soberanía judicial de todos los países y no ha llevado a cabo ninguna actividad de aplicación de la ley a través de estaciones de servicio en el extranjero”. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Webin, ha negado en todo momento las acusaciones y ha arremetido contra los países que han denunciado la existencia de este tipo de centros.
El Departamento de Justicia de EE.UU. trata de abordar esta problemática tras desbaratar el establecimiento de una comisaría clandestina en Nueva York con la detención de dos ciudadanos de origen chino captados por Pekín. Es el primer caso de este tipo en suelo estadounidense. En Europa, donde Safeguard Defenders ha detectado cerca de 50 centros de detención, la mayoría en España, Francia e Italia, las autoridades van a remolque.
“Es evidente que Estados Unidos lleva ventaja, no en lo que respecta a las comisarías en sí, sino a las investigaciones y enjuiciamientos de la represión transnacional procedente de la República Popular China”, explica la directora de campaña de Safeguard Defenders, Laura Harth, a Newsweek. Los países europeos deben hacer más para frenar las operaciones de influencia más amplias del PCCh. En este sentido, las comisarías son solo “la punta del iceberg”.
Países Bajos, el primer país europeo en hacer pública la existencia de las comisarías clandestinas, está a la vanguardia, explica Harth. Unas comisarías cuyo cometido va más allá que la mera persecución de presuntos delincuentes y disidentes políticos. Pekín las utiliza para vigilar a las comunidades chinas en el extranjero.
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