Política

¿Cuánto aguantará Líbano en el alambre? 3 claves para entender qué ocurre en el "oasis" de Oriente Medio

El Parlamento libanés vuelve a posponer unas elecciones municipales que ya iban con dos años de retraso

 Musulmanes chiíes libaneses celebran el Día de Ashura en el suburbio sureño de Beirut (01-10-2017)
Musulmanes chiíes libaneses celebran el Día de Ashura en el suburbio sureño de Beirut (01-10-2017)Agencia EFE

El Líbano lleva casi dos años con un Gobierno interino, otros tantos con Ayuntamientos con mandatos extendidos in extremis y 18 meses sin un jefe de Estado, un vacío sin solución a la vista ante la falta de consenso entre los diferentes bloques políticos para acordar un candidato.

Desde que el pasado octubre estallaran intensos enfrentamientos diarios entre el grupo chií libanés Hizbulá e Israel, se han incrementado los llamados a elegir a un presidente de la República, especialmente ante la amenaza de que la violencia derive en una guerra abierta.

Estas son algunas claves para entender el pantano político en el que está atrapada la nación mediterránea:

1. Otro año sin municipales

El Legislativo aprobó este jueves una propuesta de ley que extiende el mandato de los actuales representantes municipales hasta el 31 de mayo de 2025 dada la situación de seguridad, aplazando formalmente por tercera vez los comicios previstos para el mes próximo.

Ya debían haberse celebrado en 2022, pero fueron pospuestos por motivos logísticos dada su proximidad con las parlamentarias de aquel año y, en abril de 2023, volvieron a ser aplazados una vez más entre promesas de organizarlos a la mayor brevedad.

El principal argumento para la extensión de este jueves era que el sur del país no podría acudir a las urnas, pues allí se concentra el estallido de violencia con Israel y más de 90.000 personas están desplazadas de sus localidades.

Algunos abogaban por excluir solo a las regiones más golpeadas y otros preferían igualdad de condiciones para todos los municipios del Líbano, entre ellos Hizbulá -cuyo principal bastión es el sur del país- y su aliado también chií Amal.

2. Vacío presidencial

Paralelamente, el país lleva año y medio sin jefe de Estado, un cargo que escoge el fragmentado Parlamento.

Tras más de una decena de votaciones fallidas, el Hemiciclo no ha vuelto a ser convocado para una elección presidencial desde el pasado verano ante el claro punto muerto en el que había entrado el proceso.

Entre las iniciativas para destrabarlo, destaca una por parte del denominado 'Comité de los Cinco' formado por Estados Unidos, Francia, Arabia Saudí, Egipto y Catar, cuyos embajadores han realizado en las últimas semanas una serie de rondas de contacto con líderes de todo signo.

La semana pasada mantuvieron un encuentro con Suleiman Franjieh, el candidato apoyado por Hizbulá y quien en las últimas votaciones había cosechado buena parte de los apoyos, pero sin lograr llegar al mínimo requerido.

Hace una semana, el político cristiano anunció en su cuenta de X que no está dispuesto a retirarse de la carrera, tal y como piden algunas voces.

Con Hizbulá centrado en el conflicto en el sur y ante las persistentes diferencias entre los componentes del complejo espectro político, parece poco probable que la iniciativa del 'quinteto' vaya a lograr un consenso a corto plazo.

3. Un Gobierno interino

A su vez, el Ejecutivo libanés está en funciones desde las elecciones parlamentarias de 2022 y no se podrá formar otro hasta que primero haya un presidente de la República.

La interinidad del Gobierno de Najib Mikati, que sin tener plenos poderes lleva sobre sus hombros el peso de un país al borde de la guerra y sumido en una grave crisis económica, trae consigo una retahíla de problemas propios, incluidas dificultades para convocar un Consejo de Ministros.

Legalmente, ni siquiera el Parlamento se podría haber reunido este jueves, ya que durante un vacío presidencial está obligado a dejar de lado las sesiones legislativas para dar prioridad a la elección de un jefe de Estado.

En medio de todo ello, el Gobierno trabaja como puede para promover contactos que eviten el estallido de una guerra abierta en el país y ha diseñado un plan de emergencia para tal eventualidad, alistando la ayuda de organizaciones y países ante la falta de fondos por la crisis.