
Entronización de León XIV
Fe y diplomacia en el Vaticano con la ausencia de Trump
El vicepresidente de EE UU Vance y el secretario de Estado Marco Rubio representan hoy al país natal de León XIV

La ceremonia de entronización del papa León XIV reúne hoy a jefes de Estado de todo el mundo junto a los más de 200.000 feligreses que se espera acudan al evento, que tendrá lugar en la Plaza de San Pedro bajo la protección de unos 5.000 agentes de seguridad. Ningún acontecimiento mundial reúne a tantos y tan diversos líderes políticos y económicos. Los poderes visibles y los que están en la sombra. Desde hace más de un milenio, el ascenso de un nuevo pontífice es una oportunidad para la diplomacia internacional. La inauguración tendrá como objetivo reunir a los mandatarios y fieles bajo el nuevo lema papal: «In Illo Uno Unum» («En el Único, somos uno»), reflejo de la herencia espiritual agustiniana del Santo Padre. El gran ausente será el presidente estadounidense, Donald Trump, quien acaba de salir de su mesiánico tour en Arabia Saudí de la mano del príncipe heredero, Mohammed bin Salman, quien ordenó el asesinato del periodista del New York Times, Jamal Khashoggi. Más aún, el magnate obviará la ceremonia después de haber viralizado una imagen de sí mismo vestido de pontífice. Su ausencia es significativa. León XIV es el primer pontífice nacido en Estados Unidos, el cuarto país con más católicos del mundo. Sin embargo, el ala dura trumpista desconfía de un papa al que ven como un agente marxista.
En su lugar acudirán el vicepresidente, JD Vance, y el secretario de Estado, Marco Rubio, ambos devotos católicos. Se desconoce si tendrán la oportunidad de reunirse con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, que ya ha confirmado su presencia. La semana pasada el presidente ucraniano y León XIV mantuvieron una conversación telefónica en la que el Papa se comprometió a apoyar una paz justa y duradera.
Uno de los asistentes más polémicos será el presidente de Israel, Isaac Herzog. El país hebreo apenas tuvo representación durante el funeral del Papa Francisco, cuyo pontificado fue muy crítico con la invasión ordenada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, después del ataque masivo de Hamás contra civiles del 7 de octubre, que dio inicio a un conflicto que el antecesor de León XIV llegó a pedir que se investigara como posible «genocidio», cosa que le granjeó mucha oposición entre los líderes judíos. Por ello, es muy posible que la presencia de Herzog sea un intento de Tel Aviv para reestablecer las relaciones con la Iglesia católica.
Con o sin jefes de estado, Europa será el continente que contará con mayor presencia política. Desde representantes de la Unión Europea hasta presidentes y primeros ministros como el austríaco, Anthony Albanese, quien aseguró ante los medios de su país que quiere «reconectarse con su herencia católica». El primer ministro neerlandés, Dick Schoof, será uno de los dos representantes de los Países Bajos, pues asistirá con la Reina Máxima. Las casas reales estarán en primera línea para ver cómo León XIV recibe el Anillo del Pescador y el palio, los símbolos de la Iglesia para representar la autoridad pastoral y la continuidad apostólica del vicario de Cristo. Su Majestad el Rey de España, Felipe VI, lo hará junto a la reina Letizia siguiendo la larguísima tradición borbónica española de apoyo al Vaticano. Las casas reales de Bélgica y Mónaco también han confirmado su asistencia. Reino Unido, cuya tradición anglicana comenzó cuando el rey Enrique VIII decidió separarse de Roma para crear la Iglesia de Inglaterra, enviará a Eduardo, duque de Edimburgo. La corona británica ha elegido al hermano menor del monarca, Carlos III, porque presenta un perfil más discreto que el del príncipe William.
América Latina, bastión del catolicismo, también contará con gran representación. Entre los destacados estarán el presidente colombiano, Gustavo Petro, el líder de Ecuador, Daniel Noboa, el presidente de la República paraguaya, Santiago Peña y, para México, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. La asistencia de la presidenta peruana, Dina Boluarte, será especialmente emotiva. En ese país el Papa se formó como misionero y luego ascendió a obispo de Chiclayo. Por su parte, el siempre controvertido presidente de Argentina, Javier Milei, no asistirá a la ceremonia tras cancelar su viaje para centrarse en las elecciones legislativas de Buenos Aires. El advenimiento de León XIV marcará el inicio de un pontificado que busca reforzar los lazos del Vaticano con la comunidad internacional, siguiendo el enfoque geopolítico de su predecesor: la justicia social, el ecumenismo y la defensa de los derechos humanos.
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