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EE UU presiona a la UE en el tratado de libre comercio

La Razón
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Según una filtración a la que ha tenido acceso la ONG Greenpeace, Estados Unidos estaría presionando en sus negociaciones con Bruselas para rebajar los estándares medioambientales de la legislación europea dentro del acuerdo de libre comercio e inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés). La pasada semana terminó en Nueva York la 13ª ronda negociadora entre las dos partes y el objetivo final sigue siendo llegar un acuerdo entre Bruselas y Washington antes de que expire el mandato de Barak Obama en el Despacho Oval, con el fin de que un nuevo inquilino en la Casa Blanca no suponga un obstáculo insalvable para el tratado transatlántico.

En un comunicado difundido ayer por el director de Greenpeace Europa, Jorgo Riss, se definen los efectos del acuerdo de libre comercio entre las dos potencias como «inicialmente sutiles, pero finalmente devastadores». Según el documento de 245 páginas a las que ha tenido acceso la ONG, en la posición defendida por Estados Unidos no aparece ninguna referencia a la necesidad de respetar el acuerdo firmado recientemente en París para evitar el calentamiento del planeta en 1,5 grados centígrados, ni tampoco se respetan las disposiciones dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para limitar las actividades de librecambio «al respeto a la vida y salud de los seres humanos, animales y plantas», tal y como recoge la OMC desde hace setenta años.

A su vez, Greenpeace considera que los grupos de presión, los conocidos «lobbies», tendrán la última palabra en la legislación tanto europea como estadounidense en detrimento de la salud publica y los consumidores. Según Riss, «sabíamos que la posición europea era mala, ahora sabemos que la de Estados Unidos es peor. Un compromiso entre los dos sería inaceptable».

La organización mediaombiental y los grupos de izquierda del Parlamento Europeo temen que este acuerdo derive en una relajación de los estándares medioambientales europeos en asuntos tan sensibles como los transgénicos, el «fracking», la utilización de determinadas sustancias químicas o la exportación de carne hormonada, terminantemente prohibida en suelo comunitario. En el documento filtrado ayer no hay ninguna referencia a los tribunales de arbitraje privados para dirimir conflictos entre Estados y multinacionales, uno de los puntos más polémicos y cuya negociación están siendo postergada hasta la última fase de las negociaciones.