Inmigración

España se queda fuera del pacto migratorio entre Italia, Francia y Alemania

El Gobierno de Sánchez no fue invitado a la cumbre de Malta en la que se acordó la reubicación automática de todos los migrantes que lleguen por mar a Europa

Un acuerdo a cuatro bandas Pancartas de una ONG a favor de los migrantes en el puerto de Birgu, en Malta, donde se celebró ayer la cumbre migratoria auspiciada por Italia
Un acuerdo a cuatro bandas Pancartas de una ONG a favor de los migrantes en el puerto de Birgu, en Malta, donde se celebró ayer la cumbre migratoria auspiciada por Italialarazon

Según las estadísticas oficiales, este año han llegado a España casi 20.000 migrantes de modo irregular, por los 38.600 de Grecia y los 8.800 que suman entre Italia y Malta. Sin embargo, serán solo estos dos últimos países los que se beneficien por el momento del acuerdo firmado entre Francia y Alemania.

Roma ha sabido utilizar un cambio de Gobierno muy celebrado en la UE para capitalizar en Bruselas la idea de la cooperación en el ámbito migratorio. Mientras que España, que recibe casi el triple de migrantes que Italia, se ha quedado fuera del debate.

La realidad es que nuestro país no fue invitado a la cumbre celebrada ayer en Malta. Los argumentos del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, es que las discusiones se centrarían únicamente en los migrantes rescatados por las ONG y que la reubicación solo sería posible para quienes tienen derecho a asilo. La realidad española es otra, ya que las operaciones de salvamento las realizan las Fuerzas de Seguridad del Estado y además la gran mayoría de los que llegan son migrantes económicos, que no tendrían la posibilidad de ser reubicados. Sin embargo, su colega italiana se encargó ayer de desmentir las explicaciones de Grande-Marlaska, al asegurar que lo acordado no afecta solo a las ONG y que en la reubicación entrarían todos los migrantes, al margen de su estatus legal.

El ministro del Interior español estuvo la semana pasada en Roma, donde se reunió con su homóloga italiana, mientras este país terminaba de cerrar el pacto con Francia y Alemania. En la comparecencia que ofreció más tarde ante los periodistas, Marlaska no acertó a explicar por qué España no se había sumado al grupo y simplemente dijo que «no se puede parcelar el Mediterráneo» y que «la solución debe ser conjunta». La baza que le queda a España es que el compromiso sellado ayer en La Valeta pueda hacerse extensible al resto en la próxima cumbre de ministros del Interior de la UE para que nuestro país logre reubicar a los migrantes, como parece que lo hará Italia.

El Gobierno español ya ha quedado rezagado y a la espera de sumarse a la iniciativa de Italia. Si España intentó apropiarse del papel central en la UE que abandonó la Italia de Salvini, parece que ha perdido definitivamente esa posibilidad, una vez que socialdemócratas y el Movimiento 5 Estrellas han tomado el control en Roma. Un Pedro Sánchez eternamente en funciones ni siquiera representa ya el rostro más fresco de una izquierda moderada.