Terrorismo

El Estado Islámico echa mano de Alá para mantener la disciplina interna

Amenaza con el fuego de Satanás a los que no sigan las consignas que dictan sus cabecillas

Editorial del semanario Al Naba
Editorial del semanario Al Nabajmz

Las cosas en el Estado Islámico (Isis, Daesh) no deben estar muy bien, en cuanto a disciplina se refiere, ya que llevan varios mensajes lanzados a través de las redes sociales en los que recuerdan a sus terroristas que “la obediencia a Dios es necesaria, es la guía para los creyentes en asuntos en los que la necesidad requiere su reunión, como la guerra y similares”.

Así lo aseveran en el editorial de su semanario Al Naba, publicado la pasada madrugada, en el que les recuerdan que “abstenerse del mandato unificador y alejarse de él, ya sea furtivamente, es indicativo de falta de fe y debilidad”.

La realidad es que los cabecillas exigen a sus militantes un juramento a alguien que no conocen (el único que salió a la luz pública fue Baghdadi), que incumple, por lo tanto, el mandato de un auténtico “califa” y al que deben seguir más por su probado fanatismo que por razones que acrediten un liderazgo.

Los yihadistas lo resuelven todo con la invocación a su dios, Alá; hemos tenido un ejemplo reciente en España con el atentado de Algeciras. El autor actuaba, según él, bajo la llamada divina y contra los demonios, después de haber consumido de forma profusa propaganda de Daesh.

Por si acaso, les advierten que si no obedecen les llegará un doloroso castigo.

“Quizás Satanás entró en algunos musulmanes y les sedujo para que se movieran según su capricho, para que Satanás esté feliz”. “No es bueno que los muyahid (combatientes) rompan el pacto de Dios y Su Mensajero, quien les dio a sus comandantes escuchar y obedecer en estímulos y compulsión, lo que requiere moverse de acuerdo con su permiso”, subrayan.

Les hacen un llamamiento a “la osadía y al martirio” y que sigan las directivas coránicas y proféticas, para que entreguen su yihad y completen su recompensa”.

El problema que plantea la lucha contra las bandas yihadistas es el de la desradicalización de sus miembros, ya que la cárcel, como desafortunadamente se ha demostrado, no sirve, salvo casos aislados, para este proceso, todo lo contrario.

Hay que combatirlos desde la información, la prevención y sobre el terreno.

Ignorar este peligro, creciente real, y dejar el Sahel, una zona tan conflictiva y desde la que pueden volver a llegar nuevos ataques organizados a Europa en manos de los mercenarios rusos de Wagner, es un error táctico y estratégico de consecuencias imprevisible, según expertos en la materia. El mandatario ruso, Vladimir Putin, ya ha abierto el flanco norte, en Ucrania; y dejar en sus manos, el posible control de un flanco sur, en África, puede ser, a corto y medio plazo, un gravísimo problema.