Balcanes

Un tiroteo en un monasterio entre la policía kosovar y pistoleros serbios acaba con 4 muertos

En el norte de Kosovo se sigue concentrando la minoría serbia que se siente discriminada por las autoridades kosovares y que demandan más autonomía

Kosovo police officers secure a cross road leading to the Banjska Monastery in the village of Banjska on Sunday, Sept.24, 2023. Kosovo's prime minister on Sunday said one police officer was killed and another wounded in an attack he blamed on support from neighboring Serbia, increasing tensions between the two former war foes at a delicate moment in their European Union-facilitated dialogue to normalize ties. (AP Photo/Visar Kryeziu)
Kosovo Serbia TensionASSOCIATED PRESSAgencia AP

La violencia vuelva a los Balcanes. Este domingo un ataque de una banda armada serbia contra policías en el norte de Kosovo ha dejado al menos cuatro muertos. El máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha condenado los hechos y ha pedido que paren «inmediatamente» los ataques. El pasado 14 de septiembre se celebró en Bruselas la última reunión de alto nivel dentro de los esfuerzos para que Kosovo y Serbia normalicen sus relaciones, una condición sine qua non para que los dos territorios puedan entrar en la Unión Europea.

Desde que en el mes de junio las elecciones en el norte de Kosovo llevaran a una nueva escalada de tensiones, la impresión es que cualquier mecha puede hacer prender una hoguera de consecuencias imprevisibles. Un comunicado de los Veintisiete del pasado 19 de septiembre alertaba de la «falta de avances por ambas partes» y este nuevo episodio de violencia puede hacer que las negociaciones se encuentren en un callejón sin salida, a pesar de los esfuerzos tanto por parte de la UE como de EE UU.

Según el ministro Interior de Kosovo, Xhelala Svecla, este ataque proviene de una unidad profesionalmente preparada de más de 30 personas uniformadas, enmascaradas y equipadas con vehículos blindados y armas pesadas. Los hechos tuvieron lugar en el monasterio de Bankske, lugar que ha sido utilizado como refugio y parapeto contra la policía ya que los combates prosiguieron después.

Según la Iglesia ortodoxa serbia, un grupo de personas armadas irrumpió este domingo en el patio del monasterio lo que propició que los sacerdotes y los fieles se tuvieran que encerrar en el templo para protegerse, mientras los combates continuaban y este grupo se atrincheraba en el patio del monasterio. El mando de las fuerzas de la OTAN en Kosovo, KFOR, ha señalado en un comunicado que está preparada para actuar si es necesario.

La ministra de Exteriores de Kosovo, Donika Gërvalla-Schwarz, calificó este domingo de «vergonzosa» la reacción de Borrell, ya que el político español ha hablado de «hostilidades» sin calificar los hechos como «actos terroristas» y tampoco ha mostrado apoyo explícito a la policía kosovar.

«Pregunto si Borrell se refiere también a ataques terroristas en España como hostilidades. ¡Qué vergüenza! ¿Cómo pueden los miembros de la UE seguir tolerando este cinismo?», ha asegurado a través de las redes sociales la ministra.

Tras las guerras de los Balcanes, Kosovo (provincia serbia de mayoría de población albanesa) declaró su independencia de manera unilateral con el padrinazgo de EE UU en el año 2008. Belgrado nunca reconoció a Kosovo como un nuevo país, lo que ha impedido a los dos territorios normalizar sus relaciones durante todos estos años. Cinco países europeos, entre ellos España, tampoco consideran la provincia albanesa como un Estado independiente.

En el norte de Kosovo se sigue concentrando la minoría serbia que se siente discriminada por las autoridades kosovares y que demandan más autonomía de sus municipios.

En el mes de junio, los alcaldes de etnia albanesa tomaron posesión de sus cargos en municipios del norte, escoltados por la Policía kosovar. Cientos de serbios se habían manifestado para exigir la retirada de los Ayuntamientos de los nuevos regidores de la mayoría albanesa y que fueron elegidos en unos comicios celebrados en abril y que fueron boicoteados por los serbios.

Debido a esta situación, la participación fue apenas del 3%, lo que ha contribuido aún más a que, para los serbios, estas elecciones carecieran de legitimidad. Las tensiones hicieron que la Policía kosovar acabara entrando en algunos ayuntamientos para recuperar la calma. Esto también desencadenó que, desde Serbia pusiera a su Ejército en estado de alarma e incluso acercara soldados a la frontera.

Los serbios acabaron enfrentándose a las fuerzas internacionales de mantenimiento de paz de la OTAN, KFOR, e incluso hirieron a 30 soldados aliados. Esto hizo que la OTAN enviara 700 soldados suplementarios para garantizar la seguridad.

En su último comunicado, los Veintisiete recordaban «la importancia de celebrar cuanto antes elecciones municipales anticipadas en el norte de Kosovo para ayudar a disipar las tensiones. Es necesario adoptar la solución más rápida para permitir la convocatoria de las elecciones. Animamos a los serbios de Kosovo a participar plenamente en el proceso electoral y declarar públicamente su participación incondicional».