Avispero de los Balcanes

Serbia detiene a policías fronterizos de Kosovo en una nueva escalada de las tensiones

El Gobierno kosovar prohíbe a los vehículos serbios cruzar la divisoria y exige la liberación de lo que Belgrado ha catalogado como “banda terrorista”

In this photo provided by the Serbian Ministry of Interior, a three Kosovo police officers captured by Serbian police officers lying face down on a field, on Wednesday, June 14, 2023. Serbian authorities said Wednesday they have captured three "fully armed" Kosovo police officers inside Serbia near their mutual border, while Kosovo police said they have likely been "kidnapped" on Kosovo territory as they patrolled the area. (Serbian Ministry of Interior via AP)
Serbia Kosovo TensionsASSOCIATED PRESSAgencia AP

Belgrado anunció el miércoles la detención de tres policías kosovares en su territorio. Pero Pristina replicó que los agentes habían sido secuestrados en su territorio y prohibió a los vehículos serbios cruzar la frontera. Es la última escalada de las tensiones entre ambas partes después de los disturbios hace apenas unas semanas en el norte de Kosovo, en los que resultaron heridos más de 30 efectivos de la KFOR, las fuerzas de la OTAN desplegadas en la zona.

Serbia alegó que los agentes iban armados y contaban con dispositivos GPS, mapas y otros equipos. “Esta banda terrorista ha sido detenida hoy a las 12.38 horas en las profundidades del territorio de Serbia central, en la zona del pueblo de Gnjilica, en el municipio de Raska”, declaró a la prensa Petar Petkovic, jefe de la oficina del Gobierno serbio para Kosovo. Esta localidad está a unos seis kilómetros del paso fronterizo.

Un vídeo publicado por la policía serbia mostraba a unos hombres enmascarados que se llevaban esposados a un grupo de hombres. Sin embargo, el Gobierno de Albin Kurti rechazó las acusaciones, afirmando que el grupo había sido secuestrado. La Policía de Kosovo declaró que el grupo pertenecía a una unidad de patrulla fronteriza y había desaparecido tras denunciar una incursión de hombres enmascarados y armados en la zona.

Kurti culpó a Serbia del secuestro del grupo, afirmando que se trataba probablemente de una “venganza” tras la detención el martes en Kosovo de un presunto líder paramilitar serbio. “La entrada de fuerzas serbias en el territorio de Kosovo es una agresión y un objetivo de escalada y desestabilización”, afirmó el primer ministro kosovar en un comunicado publicado en las redes sociales, en el que aseguró que el incidente tuvo lugar en su territorio, concretamente en el municipio septentrional de Leposavic.

“Exigimos la liberación inmediata de los tres funcionarios de policía secuestrados”, añadió Kurti. Como primera respuesta al incidente, su Gobierno prohibió inmediatamente la entrada en territorio kosovar a todos los vehículos con matrícula serbia, según declaró el portavoz del gobierno, Perparim Kryeziu: “Por razones de seguridad, las instituciones han decidido aumentar el nivel de los controles fronterizos”.

“Por lo tanto, como medida inmediata, se ha decidido prohibir la entrada de vehículos con matrícula serbia en la República de Kosovo, mientras continúa el análisis de la situación por parte de las instituciones de seguridad”, añadió Kryeziu, que matizó que la respuesta no significa imponer un embargo a las mercancías serbias.

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, acusó directamente a Kurti de “querer provocar una guerra” y prometió que Serbia “lo dará todo” para evitar el conflicto. “Estamos en una encrucijada: si seguiremos teniendo paz o no... Me temo que hemos cruzado el Rubicón y será muy difícil volver a la normalidad”, dijo Vucic durante una entrevista televisada.

Boicot a los comicios

Las tensiones entre los dos archirrivales se han disparado tras la decisión de Pristina de instalar alcaldes de etnia albanesa en cuatro municipios de mayoría serbia. Los alcaldes fueron elegidos en comicios celebrados en abril que fueron boicoteados por los votantes de etnia serbia.

El episodio fue el último de una larga lista de incidentes que han sacudido la zona desde que Kosovo declaró su independencia de Serbia en 2008, casi una década después de que las fuerzas de la OTAN ayudaran a expulsar a las fuerzas serbias de la antigua provincia durante una sangrienta guerra en la que murieron unas 13.000 personas, la mayoría de etnia albanesa.

Belgrado, junto con sus principales aliados, China y Rusia, se ha negado a reconocer la independencia de Kosovo, lo que le impide tener un puesto en las Naciones Unidas.

La mayoría de la población de Kosovo es de etnia albanesa. Pero en el norte del territorio, cerca de la frontera con Serbia, la etnia serbia sigue siendo mayoritaria en varios municipios. Serbia ha considerado durante mucho tiempo a Kosovo como su patria espiritual e histórica, escenario de batallas cruciales a lo largo de los siglos. Sigue albergando algunos de los monasterios más venerados de la Iglesia Ortodoxa Serbia.