Resurgimiento
El pueblo ha hablado: el extremismo es mayoría en Francia
La noche de este domingo tuvo dos ganadores evidentes: Emmanuel Macron y Marine Le Pen. Pero también los extremos lograron una victoria que quizás requiera más cautela
La noche de este domingo tuvo dos ganadores evidentes: Emmanuel Macron y Marine Le Pen. Ambos irán a la segunda vuelta electoral el próximo 24 de abril.
Pero hay una victoria que es menos evidente y quizás requiera más cautela: los extremos. Entre Marine Le Pen, candidata de extrema derecha que obtuvo un 24,20% del voto nacional; Jean-Luc Mélenchon de extrema izquierda con un 20,5% y Eric Zemmour también de extrema derecha con un 7%, los extremos suman más del 51% de los sufragios en Francia. Los extremos son más.
Las razones pueden ser varias: primero, una falta de atractivo importante en las candidatas de las tendencias tradicionales. Valérie Pécresse, de derechas, no consiguió ni siquiera el apoyo total de su partido, Les Républicains. Su discurso flojo, su poca fuerza corporal y su falta de espontaneidad generaron bostezos entre sus propios militantes, ni hablar del resto de los electores.
Anne Hidalgo, del Partido Socialista, logró convencer aún menos con un ínfimo resultado de 1.9 %. Muchos aseguran que la sombra del mal gobierno de François Hollande sigue pesando en las elecciones francesas, como lo hizo hace cinco años.
Por su parte, la extrema derecha va en franco ascenso, acumulando más del 30% de la votación de esta primera vuelta. Marine Le Pen alcanzó tres puntos más que en las elecciones de 2017, logrando posicionar sus argumentos con una actitud más pausada y con mayor aplomo. Sus ideas siguen calando en una Francia que rechaza cada vez más la inmigración ilegal y que ve en ella una conexión directa de la delincuencia. Lo mismo con los episodios de violencia yihadista, que son repudiados por la población, que lo refleja inmediatamente en un apoyo a la extrema derecha.
Le Pen propone realizar un referéndum sobre la migración, para aprobar reformas estructurales como la anulación del derecho a la reagrupación familiar, el principio de no-regularización de extranjeros en situación de ilegalidad migratoria y la reserva de las ayudas sociales exclusivamente a los franceses. En cuanto al poder adquisitivo, también plantea una idea atractiva para millones de ciudadanos: reducir el impuesto sobre los combustibles de 20% a 5.5%.
Con una hoja de ruta muy parecida, se ha presentado también Eric Zemmour. Personaje de verbo polémico, excéntrico y muchas veces hostil en los programas de
televisión, donde es invitado frecuente. Autor del libro «El suicido francés» publicado en 2014, Zemmour se expresa de manera radical sobre la inmigración, proponiendo términos desagradables como la «halalización» de Francia o la «xenofilia» que practican los sectores más progresistas.
Su impacto fue tan fuerte que llegó a considerársele un posible relevo de Marine Le Pen. Aunque no lo haya conseguido, Zemmour, con su resultado de 7%, asegura estar dispuesto a sumar votos a su favor: “Tengo muchas discrepancias con Marine Le Pen pero frente a ella está un hombre que trajo dos millones de inmigrantes, que no dijo una palabra sobre identidad, seguridad e inmigración durante la campaña, y que lo hará peor si es reelegido. Por eso hago un llamado a mis electores a votar por Marine Le Pen” – dijo Zemmour este domingo por la noche.
En la otra orilla política está Jean-Luc Mélenchon, el candidato que obtuvo más votos de la izquierda francesa. Sus ideas respondían a muchas exigencias sociales, viejas y nuevas: congelación de precios de los productos básicos, aumento del salario mínimo a 1.400 euros netos, la realización de un Referéndum de Iniciativa ciudadana (RIC) como pidieron los Chalecos Amarillos en 2019, bajar la edad de jubilación de 62 a 60 años y redactar una nueva constitución.
Con estas promesas, no es de extrañarse que Mélenchon tenga una muy buena acogida en una parte del país, amén de una de las mejores destrezas oratorias de la política francesa.
Para una segunda vuelta, Mélechon lo ha dicho claro y fuerte: “¡Ni un solo voto para Marine Le Pen!”. Su grito significa una alianza importante: la tercera fuerza política de Francia – hoy con un 20,5% del electorado- está llamada a votar por Macron el próximo 24 de abril.
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