Movilización en el Hexágono
La gran marcha contra la ola antisemita en Francia: "No sólo los judíos deberían tener miedo al totalitarismo islamista"
La nota discordante la ha puesto la presencia de Marine Le Pen a la que le acusan de blanquear a su partido y la ausencia de Jean Luc Mélenchon y del presidente Emmanuel Macron: "Soy un hombre de acción"
Desde la Asamblea Nacional hasta el palacio del Senado, las calles de París rebosan de silencio este domingo. Un ambiente sorprendente cuando se constata que ese silencio proviene de más de 100.000 personas que salieron a manifestar contra el antisemitismo - casi 185.000 en toda Francia - plantando cara a la explosión del repudio contra los judíos en Francia desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el pasado 7 de octubre. El ministerio del Interior ha documentado casi 1.250 episodios que incluyen amenazas, casas marcadas con la estrella de David, insultos y agresiones. Por ello, ha dispuesto más de 3.000 policías y gendarmes con el fin de garantizar la seguridad de los manifestantes.
En la marcha, convocada por los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado - Yaël Braun-Pivet y Gerard Larcher respectivamente - el silencio se rompe de vez en cuando con aplausos o con una tímida entonación de La Marsellesa.
Hay judíos, por supuesto. Se ve en las kipás y en las banderas de Israel. Pero también hay cristianos, agnósticos y ateos.
Así encontramos a Ludovic, joven de 30 años, levantando una pancarta con el mensaje “Contra el antisemitismo y contra la islamofobia”. ¿Se puede marchar por las dos causas?
“Para mí no son dos causas, es una sola y es la misma: la paz. Que todos tengan derecho a vivir en este mundo sin ser agredidos, sin ser atacados” comienza Ludovic. “No se puede hablar de antisemitismo sin hablar de todas las demás formas de racismo que estamos viendo en este momento y contra las que tenemos que luchar. Soy agnóstico y me interesa mucho las relaciones interreligiosas, pero siempre desde el punto de vista de la paz”.
A pocos pasos está también Mickael, judío francés de 42 años que, envuelto en la bandera de Israel, va regalando sonrisas a lo largo de todo el cortejo:
“Hay muchísima gente y eso me alegra mucho. Reconozco que he sentido miedo estos últimos días, por todos los actos que se han cometido contra los judíos. Pero lo estoy manejando bien y lo que veo hoy me tranquiliza. Hay mucha gente que parece apoyar nuestra causa. Pero no sólo los judíos deberían tener miedo de este totalitarismo que se avecina, porque todo Occidente está en peligro a causa del islamismo.”
David, también judío de 48 años, sonríe menos. De hecho, su pancarta es más rotunda: “El antisemitismo mata”.
“Es inaceptable que 75 años después de la Shoa, los judíos franceses tengan que morir a causa del antisemitismo” condena David. Es intolerable. Ha habido más de 1.000 actos antisemitas en Francia en el último mes y hay que combatirlos”.
La manzana de la discordia
Si bien la marcha contra el antisemitismo en París se desarrolló de una manera totalmente pacífica, la polémica reinó en la arena política interna. ¿La causa? La presencia de Marine Le Pen, jefe de la bancada de diputados del partido de extrema-derecha, Agrupación Nacional, y heredera de la pesada sombra de su padre, Jean-Marie Le Pen. Un hombre que ha declarado en diferentes oportunidades que las cámaras de gas en las que murieron millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial “eran sólo un detalle”, lo que le valió varias condenas judiciales y el repudio de toda Francia.
A pesar de este pasado oscuro, Marine Le Pen hizo acto de presencia este domingo: “Estoy donde debo estar. Es lamentable que una parte de la clase política no sea consciente de la importancia del momento y que no sea capaz de hacer una pausa - de algunas horas - en sus polémicas politiqueras”.
Un dardo directo al corazón del presidente del partido de extrema izquierda, Jean Luc Mélenchon, quien cumplió su palabra de no asistir a la marcha contra el antisemitismo para no verse fotografiado al lado de Le Pen.
Otro gran ausente en el evento fue el mismo presidente Emmanuel Macron. Ante la lluvia de críticas, se justificó asegurando que es “un hombre de acción y no de manifestar todas las semanas”.
“Mi papel es más bien construir la unidad del país y tomar decisiones” respondió Macron un día antes de la marcha para calmar la polémica. “Estaré allí con el corazón y con el pensamiento. Cuando se trata de antisemitismo, es muy sencillo: no cederemos en nada, y no hay justificación para ello”.
En su lugar, a la cabeza de la marcha, los rostros políticos más importantes se mostraron sin tapujos: los expresidentes Nicolás Sarkozy y François Hollande, la primera ministra Elisabeth Borne, los líderes del congreso francés e incluso el ex primer ministro y excandidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls.
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