Japón

EE UU da luz verde al entrenamiento de piolotos ucranianos mientras se última una coalición para enviar F-16

El presidente ucraniano, que acudirá el domingo a Japón, ha insistido a los líderes occidentales en la necesidad de equipar a su Ejército con estos aviones que son "cuatro o cinco veces más eficaces" que los de su flota

G7 leaders gather for the family photo at the Itsukushima Shrine in Hiroshima, western Japan, Friday, May 19, 2023. (Stefan Rousseau/Pool Photo via AP)
Japan G7 SummitASSOCIATED PRESSAgencia AP

Volodimir Zelenski acudirá este fin de semana a la cumbre del G-7 en Hiroshima, después de que Estados Unidos diera luz verde al envío de cazas F-16 a Ucrania. Los líderes del grupo se encuentran en Hiroshima para una reunión de tres días, donde se han comprometido a redoblar su apoyo a Kyiv y a adoptar una serie de medidas adicionales para presionar a Rusia.

La comparecencia del líder ucraniano le brindará la oportunidad de apelar a la coalición internacional a una mayor profundización en las restricciones al Kremlin y a que proporcionen más ayuda militar a su país, en particular aviones de combate. Según el rotativo britanico "The Times", laAdministración Biden ha informado con cautela a los aliados europeos de que les permitirá exportar a Ucrania cazas F-16 de fabricación norteamericana. Hasta ahora había recibido aviones ex soviéticos de Polonia y Eslovaquia, pero ha estado presionando para hacerse con aeronaves occidentales más avanzadas dado que, según afirma, son "cuatro o cinco veces" más eficaces que los de su flota.

Entretanto, sus sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania, el papel mediador de Pekín en la contienda, la creciente preocupación por la estabilidad del estrecho de Taiwán y del Indo-Pacífico o la extrema volatilidad de los precios de las materias primas, copan la agenda de la 49 edición del Foro de Japón.

En este momento de extrema agitación internacional, la cumbre para la deliberación y la cooperación entre las principales democracias industriales del mundo está atrayendo un interés inusitado. Al igual que el hecho de que se celebre en la ciudad de Hiroshima, justo cuando el riesgo de uso de armamento nuclear es mayor que nunca desde la Guerra Fría.

Hiroshima se erige como un poderoso símbolo tanto de la devastación de la guerra como del potencial de prosperidad a través de la paz. Por ello, los mandatarios de Japón, Alemania, Canadá, Francia, Reino Unido, Estados Unidos e Italia participaron de una visita histórica al Museo de la Paz de la ciudad nipona, que documenta la devastación causada por la bomba estadounidense al final de la Segunda Guerra Mundial. Además, ahí se reunieron con una “Hibakusha” - mujer superviviente al bombardeo -llamada Keiko Ogura. Cuando Ogura tenía 8 años, estuvo expuesta a la explosión atómica en las proximidades de su casa, a 2,4 km del hipocentro.

Washington lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y una segunda sobre Nagasaki tres días después. Se calcula que unas 210.000 personas, en su mayoría civiles, fallecieron como consecuencia de los ataques.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha establecido el desarme nuclear como un punto clave de la agenda, en medio del chantaje atómico ruso y la vertiginosa expansión de las fuerzas nucleares chinas.

Nunca antes los deseos de paz se habían presentado tan resquebrajados, con un sangriento conflicto en Etiopía a la vuelta de la esquina, la invasión rusa y un Sudán al borde de la guerra civil. Por esto, el Foro considera que es necesario reafirmar los puntos clave acordados en el comunicado de los ministros de Asuntos Exteriores del G-7 del mes pasado.

Entre ellos, la cooperación hacia un "Indo-Pacífico libre y abierto", la importancia de la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán, la vigilancia contra la expansión de la influencia militar y económica de China, y la aplicación de sanciones internacionales contra los países que apoyan la actual invasión rusa de Ucrania.

Los lideres de las economías más boyantes están haciendo gala de una fuerza que muchos ni siquiera imaginaban, desde la cooperación en materia de sanciones para reducir las arcas de guerra de Rusia en un intento de frenar el avance de su ofensiva militar, hasta la adopción de medidas drásticas contra los países que las eluden.

"Haremos que Rusia se quede sin la tecnología, el equipamiento industrial y los servicios del G-7 que apoyan su maquinaria bélica", afirmó el grupo en una declaración, en la que también reveló su apoyo económico a la recuperación ucraniana tras la guerra

Por su parte, Reino Unido ha tomado ya algunas medidas concretas. El primer ministro británico, Rishi Sunak, declaró que su país prohibía las importaciones de diamantes y cobre, aluminio y níquel rusos, y anunció nuevas restricciones contra el robo y la reventa de cereales ucranianos.

A su vez, los integrantes del G-7 acordaron colaborar en el seguimiento de los diamantes rusos, pero no llegaron a imponer a Moscú una prohibición total del lucrativo comercio de piedras preciosas. En una declaración hecha pública el viernes, los líderes se comprometieron a trabajar juntos para "restringir el comercio y el uso de diamantes extraídos, procesados o producidos en Rusia" y coordinar futuras "medidas restrictivas, incluso mediante tecnologías de rastreo".

El objetivo es cerrar las lagunas de evasión en países de Europa a Asia y Oriente Medio, apuntar a los bienes utilizados por Moscú en la batalla, reducir la dependencia de las exportaciones energéticas de ese país y cortarle el acceso al sistema financiero internacional.

China ocupó también un lugar destacado en las conversaciones del viernes. Los dirigentes están dispuestos a establecer "relaciones constructivas y estables" con Pekín, actuando al mismo tiempo en defensa de sus intereses nacionales. Reconocen que "la resiliencia económica requiere la reducción de riesgos y la diversificación" de la segunda economía mundial.

Mientras, el G-7 debate cómo gestionar lo que consideran una amenaza para las cadenas de suministro mundiales y la seguridad económica, sin alienar por completo a un poderoso e importante socio comercial. Parte de la estrategia ha incluido un mayor énfasis en los semiconductores, ya que estos países buscan diversificarse y alejarse de China, así como impedir que este país acceda a tecnología avanzada que podría utilizarse con fines militares.

Además, las represalias económicas de China contra otros países por disputas políticas y otros acuerdos ocuparán un lugar destacado en la cumbre, especialmente tras una serie de tácticas coercitivas.

Recientemente, los chinos han allanado empresas privadas estadounidenses y detenido a sus empleados, han paralizado las importaciones de Lituania después de que este país permitiera a Taiwán abrir una oficina de representación, han dejado de comprar aceite de colza canadiense después de que sus autoridades detuvieran a un directivo de Huawei Technologies, han sancionado a Lotte Corporation de Corea del Sur después de que Seúl adquiriera un sistema estadounidense de defensa antimisiles THAAD... entre otras.