Comunismo

La fascinación por el lujo del dictador de Corea del Norte y las élites norcoreanas

El séquito de Kim Jong Un exhibió bolsos y accesorios de miles de euros durante su viaje a Rusia en busca de ayuda humanitaria

El séquito de Kim en Rusia exhibió bolsos y accesorios de miles de euros
El séquito de Kim en Rusia exhibió bolsos y accesorios de miles de eurosKCNA

Mientras millones de sus súbditos se mueren de hambre, el excéntrico dictador de Corea del Norte, Kim Jong Un, atravesó la semana pasada sus herméticas fronteras traqueteando en su lujosísimo tren blindado para celebrar una cumbre con Vladimir Putin en Vladivostok, supuestamente en búsqueda de ayuda humanitaria. A pesar de las medidas enérgicas del régimen contra lo que denomina «cultura burguesa» y de defender a los cuatro vientos su postura «antiimperialista», miembros de su séquito como la ministra de Exteriores o la hermana del líder portaban carísimos accesorios de diseño occidental para exhibir sobre la alfombra roja rusa, según muestra un análisis de NK News.

Para sorpresa de muchos, en fotos publicadas por los medios estatales el sábado se pudo ver a la canciller norcoreana Choe Son Hui en la planta de aviación Yuri Gagarin, en Komsomolsk-on-Amur, exhibiendo lo que la agencia ha identificado como un excepcional bolso de la firma italiana Gucci. Y, si bien este modelo Zumi de piel de avestruz ya no se comercializa, si está a la venta en un sitio web islandés de segunda mano por nada menos que 10.000 dólares.

Esta no es precisamente la primera ocasión en que miembros de la familia Kim aparecen en público luciendo artículos de lujo de otros países. Durante el lanzamiento del misil balístico intercontinental Hwasong-17 en marzo, la hija de Kim, Ju Ae, fue vista con un abrigo negro de 1.900 dólares, presuntamente de la exclusiva casa Dior. Asimismo, durante un desfile militar para celebrar el 75 aniversario del Partido de los Trabajadores, se observó al propio Kim con un reloj del fabricante suizo IWC Schaffhausen, valorado en 13.400 dólares.

Por otra parte, y según los Servicios Nacionales de Inteligencia surcoreanos, la hija del líder norcoreano «disfruta de una vida suntuosa» mientras la población sigue haciendo frente a una creciente crisis alimentaria. No obstante, parece que últimamente Kim está mucho más concentrado en exhibir su arsenal de potentes y devastadores misiles nucleares, con los que defiende su supremacía. Así, la agencia de inteligencia afirma que Ju-ae, de unos 10 años de edad, lleva un estilo de vida opulento y pasa su tiempo libre nadando, esquiando y montando a caballo. Entretanto, la heredera que jamás ha asistido a una institución educativa formal, recibe una formación personalizada desde su domicilio, en Pyongyang.

En el pasado los lujos se limitaban a la familia Kim, pero recientemente, parece que varias élites norcoreanas también han tenido acceso a marcas punteras internacionales. Al parecer, las tiendas estatales de Pyongyang se dedican a vender artículos ostentosos recibiendo dólares estadounidenses de sus clientes y devolviendo el cambio en wones norcoreanos. Y eso que, en virtud de la Resolución 2270 del Consejo de Seguridad de la ONU, la importación de marcas de lujo foráneas a este país está explícitamente prohibida. Sin embargo, la familia del dictador tiene supuestamente contratada una organización independiente que les adquiere todo tipo de artículos inaccesibles para la mayoría.

Escasez de alimentos

El estilo de vida de la tribu de Kim contrasta aún más con la escasez crónica de alimentos en esta nación. Aunque son bien conocidos los problemas que arrastra desde hace décadas para abastecer a su población, algunos expertos afirman que el país se enfrenta a su peor crisis desde la hambruna de la década de 1990, conocida como la "Marcha Penosa", en la que murieron de hambre hasta 3,5 millones de ciudadanos.

Ya en febrero, el Ministerio de Unificación de Corea del Sur declaró que su vecino del Norte se enfrenta a una "grave" escasez alimentaria, que podría haberse saldado con muertes por inanición.

Además, al ser uno de los países más aislados del mundo, se cree que el comercio y la inversión han disminuido hasta niveles extremos, lo que ha llevado al país al borde de la bancarrota. De hecho, según los cálculos de la Universidad de Economía y Negocios de Viena en 2020, el 60% de la población del país sufre de pobreza absoluta. Como la economía con menos libertades del Índice Heritage 2023, el gobierno acapara casi todo el PIB del país, y gran parte de sus recursos se destinan al desarrollo militar y armamentístico.

En el Reino Ermitaño, la gente está atrapada por la política del miedo del régimen, su sistema de vigilancia, el control de la movilidad y el Songbun (sistema de clases), que controla estrictamente el estatus y las oportunidades vitales de las personas. No hay libertad de expresión, la religión está prohibida, la miseria es generalizada y la malnutrición es la norma. La cúpula tiene un gran interés en que la situación no cambie. Más allá de la casta dirigente, no existe un verdadero liderazgo cívico. Y, ser consciente de que la propaganda del régimen se parece poco a la realidad no ha llevado a la población a organizarse contra la represión y las penurias, dado que el temor a ser ajusticiado es enorme.