Elecciones presidenciales

El conservado Stubb y el ecologista Haavisto pasan a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Finlandia

El exprimer ministro se impone por la mínima al extitular de Exteriores en la primera cita electoral tras el ingreso del país nórdico en la OTAN

Finlandia, el único país nórdico con Islandia que tiene la república como sistema de gobierno, acudió este domingo a las urnas para elegir a su primer presidente tras su histórico ingreso en la OTAN el pasado abril. Y es que la política exterior y de seguridad es el principal poder que conserva el jefe de Estado finlandés tras las reformas constitucionales de 2000 y 2012.

Sin embargo, según informa la televisión pública Yle, ninguno de los once candidatos logrará el 50% de los votos suficientes con casi 99% de las papeletas escrutadas, por lo que habrá que esperar a la segunda el 11 de febrero para conocer al sucesor de Sauli Niinistö, que ha completado sus dos mandatos de seis años a los que podía presentarse.

Como anticipaban todos los sondeos, el ex primer ministro conservador Alexander Stubb, de 55 años, fue el más votado con el 27,1% de los sufragios. Le sigue muy de cerca, con el 25,7% de los votos, el ecologista Pekka Haavisto, quien jugó un papel clave en las negociaciones del ingreso de Finlandia en la OTAN como ministro de Exteriores en el Gobierno de la socialdemócrata Sanna Marin.

Haavisto, de 65 años, se presenta como candidato independiente y concurre por tercera vez a unas elecciones presidenciales, tras quedar segundo en las dos ocasiones anteriores frente a Niinistö. En caso de ganar dentro de dos semanas, se convertiría en el primer presidente ecologista y gay de Finlandia.

En tercer lugar, queda el candidato del partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses y actual presidente "del Eduskunta" (Parlamento), Jussi Halla Aho, con el 19%, un puntos menos de los que obtuvo su formación en las elecciones generales de abril.

En cuarta posición, con el 15,4%, se sitúa el excomisario europeo de Economía y actual gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, quien también concurre como independiente pese a pertenecer al liberal Partido de Centro, actualmente en la oposición tras la debacle de las pasadas legislativas.

Por su parte, la candidata del Partido Socialdemócrata (SDP), Jutta Urpilainen, quien dejó temporalmente su cargo de comisaria europea de Asociaciones Internacionales para concurrir en las presidenciales, apenas lograría el 5% de los votos, una cuarta parte de los que su partido sumó el pasado abril, cuando quedó a sólo dos diputados de los conservadores y a uno de la ultraderecha. El SDP no ocupa la presidencia de Finlandia desde Tarja Halonen (2000-2012)

"Estas eran las semifinales. Mañana empezaremos de nuevo", declaró Stubb al conocerse el resultado, que su rival calificó sin embargo de "fantástico" y que abre paso a una segunda ronda que se presenta "muy prometedora".

La segunda vuelta del 11 de marzo se presenta más reñida de lo que se preveía hace unas semanas. La convocatoria de huelga de los sindicatos contra la reforma laboral del Gobierno de derechas del primer ministro, el conservador Petteri Orpo, puede además perjudicar las expectativas de su compañero de partido Stubb.

Estos comicios se caracterizan por un el elevado porcentaje de voto anticipado. En total, 1,88 millones de finlandeses, lo que corresponde al 44% del censo, no esperaron a a este domingo.

El futuro presidente finlandés tendrá que hacer frente a un escenario internacional impredecible tras la invasión rusa de Ucrania hace dos años. Una guerra de agresión que obligó a Finlandia a dar un giro de 180º grados en su tradicional política de no alineamiento militar para llamar a las puertas de la OTAN, lo que consiguió en menos de un año y adelantando a su vecina Suecia, con la que había solicitado conjuntamente sus adhesión oficial en mayo de 2022. "La seguridad es una cuestión existencial para Finlandia, aunque todos estamos bastante unidos en la visión de conjunto", resaltó Stubb

Con 1.340 kilómetros de frontera con Rusia, el país nórdico se mantiene en alerta antes la «guerra híbrida» lanzada por su vecino, que durante el pasado otoño alentó la llegada de solicitantes de asilo, tal y como hizo Bielorrusia con Polonia en 2021. Con el fin de proteger sus fronteras, que son también de la UE y de la OTAN, Helsinki mantiene cerrados todos sus pasos fronterizos con Rusia desde el pasado 30 de noviembre.

La explosión del gasoducto Nordstream, la misteriosa rotura del gasoducto Balticconnector que une a Finlandia y Estonia y la avería en el cable de telecomunicaciones submarino que atraviesa el Golfo de Finlandia, además de varios ciberataques, mantienen en guardia a las autoridades finlandesas frente a la permanente amenaza rusa.

Como miembro de pleno derecho de la Alianza Atlántica, Finlandia tiene aún que resolver aspectos clave de su membresía. En primer lugar, decidir sobre la presencia de soldados y bases militares de Estados Unidos en su territorio, lo que podría provocar la ira de Moscú, que ha amenazado repetidamente con responder al ingreso de su vecino en la OTAN. En segundo lugar, la instalación de armas nucleares en Finlandia es algo controvertido, dado que la legislación lo prohíbe explícitamente. Islandia y Dinamarca, miembros de la OTAN desde 1949, disfrutan de una cláusula que las excluye de almacenarlas.